Las campañas electorales iniciaron el 1 de marzo, los contrastes de candidatos, a diversos cargos de elección, los símbolos empleados, los discursos con o sin propuestas, lo tradicional renovado y un pasado inmediato que los refleja en un espejo crítico de violencia criminal, corrupción y mentiras, todo con el fin de ganar el voto de los electores.
La posverdad de cada candidato, de cada actor político, con sus intereses, enfrenta y trata de componer una realidad, que se observa en encuestas que se perciben maquilladas, en notas disfrazadas que resuenan en medios de comunicación y redes sociales.
Hay registros publicados, de homicidios políticos, en donde se involucra la violencia criminal, de más de 22 aspirantes/candidatos, de más de 50 aspirantes censurados y bajados de sus aspiraciones y de muchos más que han decidido autocancelarse en sus deseos de ocupar algún cargo de representación popular.
¿EL PRESIDENTE, UN RIESGO PARA LA SEGURIDAD NACIONAL?
La narcodelincuencia coaligada con intereses políticos corruptos también decide de manera directa e indirecta y vota.
La democracia se tambalea en el contexto de intromisión de la violencia delincuencial, de quienes violan la ley abusando de un cargo que les facilita un poder, que sienten se les escapa y no quieren abandonar, de proteger sus intereses poco claros para rendir cuentas al soberano popular.
La autoridad electoral y otras instancias de gobierno, enfrentan las limitaciones de una competencia política dispareja y, grave cosa, asumen posiciones interesadas que atentan contra los principios de legalidad e imparcialidad, que debieran guiar su proceder y afectan la transparencia y buen rumbo del proceso electoral.
El ciudadano es objeto de interés de quienes desean llevar agua a su molino, es visto como una clientela electoral al que le restriegan servicios públicos, necesidades, intereses o deseos, ya sea el gobierno en sus tres niveles, ya sean los delincuentes vinculados al poder y deseosos de más poder, ya sea la inercia de la necesidad, ya sea la compra de conciencias, ya sea la batalla por la supervivencia de los adultos mayores, ya sea el engaño de los jóvenes recién llegados, a este proceso que, por actores delincuenciales e interesados, que distorsiona una decisión informada, crítica y objetiva sobre sus filias y fobias respecto de candidatos, partidos y confundidos por la retórica o las amenazas de cancelar sus beneficios vía apoyos.
Habrán más de 20 millones, 350 mil, 081 spots durante las campañas, que sumados en tiempos de radio y televisión fundamentalmente significan 610 millones, 802 mil, 430 segundos y de ahí las cuentas temporales y el impacto en la población.
El inicio de las campañas, de los tres aspirantes presidenciales, ha colocado a la inseguridad como el tema central, los candidatos van a favor o en contra de lo que se ha hecho, esperamos nos lleven a propuestas de fondo para resolver los grandes problemas nacionales, que nos alejen de esta terca y trágica realidad de inseguridad cotidiana.
Veremos el músculo electoral, la fuerza y capacidades empleadas, los auCtores de carne y hueso, debates directos e indirectos, todos juegan, todo cuenta, al final, el ciudadano premia o castiga con su voto. Serán días intensos, tóxicos, esperanzadores y, al final de triunfos o derrotas.
