Respeto y Resultados

Especial

No se sabe mucho de la familia Lebaron. Tienen nombre de auto, uno de ellos es un activista que participa en una agrupación que promueve el voto nulo como medida de protesta y además son mormones. Todos estos datos son suficientes para no caerle bien a muchas personas.

No voy a caer en la defensa, ni el ataque, habida cuenta de la cantidad de información distorsionada que circula, sobre todo en redes sociales, que tal y como dijera Umberto Eco, son tribuna de imbéciles, de gente que sin duda jamás debiera tener oportunidad de hacer del dominio público sus opiniones.

Simplemente hay que decir que todo ciudadano mexicano, independientemente de que nos caiga bien o no, por sus creencias, su giro de actividades o sus ideas políticas, tiene derecho a la justicia y al amparo de la ley, para si y su familia; y tal es el punto toral en el caso Lebaron.

Porque es inaceptable la muerte de cualquier inocente, a manos del crimen organizado, pero más aún todavía lo es que las víctimas hayan sido mujeres y niños indefensos.

Esta situación llena de rabia y nos lleva a exigir aplicación inmediata y drástica de la ley a las autoridades. Pero cuando los encargados de perseguir el crimen e impartir justicia, nos salen con circunloquios, lugares comunes y evasivas, nos invade la indignación y nos preguntamos que hace semejante clase de gente en puestos de servicio público y cuáles son las alternativas accesibles al ciudadano en estos casos.

Para quienes creemos en la ley y en las instituciones, el primer paso a seguir es la protesta pública, a efecto de ejercer presión sobre las autoridades y obligarlas a cumplir con sus compromisos y responsabilidades.

Corresponde a los servidores públicos ser sensibles a lo anterior y entender que es su obligación respetar el ejercicio de los derechos de la ciudadanía, que no por eso debe ser menospreciada, menoscabada y vista como una molestia, ni como la figura desagradable que se hace presente, en el momento menos oportuno.

Tal es lo que debe entender la administración lopezobradorista, para intentar ser empática, no solo con los integrantes de la familia Lebaron, sino con el resto de los mexicanos que tiene motivos, fundados o no, para hacer reproches o señalamientos al régimen en turno.

El respeto a la libertad de expresión y manifestación de quienes no piensan como nosotros, es un principio que debe guiar la conducta de todos los integrantes de cualquier gobierno, sin importar su vertiente ideológica.

Dar resultados tangibles a los clamores populares, es por tanto, otro de los puntos que debieran orientar el quehacer de las autoridades legítimamente constituidas. Tal es lo que los mexicanos exigimos a López Obrador: respeto y resultados. Un par de elementos de los que ha carecido su administración.

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Más alla de tildar a quienes con toda razón o hasta sin ella, se asuman y declaren en contra del rumbo que lleva la nación, es obligación de todo gobierno entender que siempre habrán discrepancias y disidentes y que si algo espera el pueblo, son resultados de las acciones de gobierno.

Hago votos para que la cuarta transformación tome conciencia de la necesidad impostergable del respeto a los opositores y de los resultados en la administración, para poder encauzar la vida nacional, por canales de diálogo, entendimiento y paz. Porque de lo contrario, todos lamentaremos las consecuencias…

Dios, Patria y Libertad