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Mensaje de año nuevo del presidente, ¿por qué hasta ahora?

Hace horas, la Presidencia de la República anunció que el mandatario Enrique Peña Nieto ofrecerá un discurso a la nación.

Se espera que el presidente hable en cadena nacional alrededor de las 9 de la noche. Y según se dijo, el tema de su discurso será el año nuevo.

Sin duda, es positivo que un presidente hable con sus gobernados.

Sin duda, es saludable que el líder de una nación difunda un mensaje de esperanza y buenos ánimos.

Y sin duda, vale la pena que los mandatarios se sumen a la temporada de celebraciones por el arranque de un nuevo año.

No obstante, tampoco está de más señalar que el año nuevo ya tiene 11 días. Es decir, que para algunos ya no es tan nuevo. Por eso, llama la atención que el presidente Peña decidiera esperar hasta ahora para difundir su mensaje.

Cierto, hoy se reactivaron las actividades normales en la mayoría de escuelas y centro de trabajo. No obstante, Enrique Peña ha participado en actividades públicas desde hace una semana.

Por eso preguntamos, ¿por qué esperaron hasta ahora? ¿a qué se debió la demora? ¿se trata de una demora planeada? ¿acaso el presidente esperaba la caída del Chapo antes de dar su mensaje? ¿será que, como se dice, el aparato de inteligencia ya tenía identificados los tiempos en que el Chapo regresaría a zonas urbanas y estaban listos para detenerlos? ¿el presidente Peña había planeado incluir al Chapo en su mensaje de año nuevo? ¿será que el mandatario ya había decidido que empezaría el año con la captura de Joaquín Guzmán? ¿acaso la demora corresponde al tiempo que tomó a los Marinos concretar la captura del Chapo? ¿será, entonces, que el presidente Peña ya sabía lo cerca que estaban de recapturar al Chapo Guzmán?

¿Qué opinan los expertos sobre el Chapo y su recaptura?

Después de la segunda captura del Chapo, en La Otra Opinión entregamos un recuento de opiniones de expertos.

A la fecha hay quienes apenas escriben sobre el tema, pero también hay muchos que se recopilaron en días pasados y siguen teniendo qué decir, por eso actualizan su punto de vista luego de que se dio a conocer información nueva.

Dejamos a continuación algunas de las opiniones más relevantes que hemos encontrado en los principales medios de noticias.

 

El pedo de Sean Penn

Jorge F. Hernández

…En la entrevista con Penn el Chapo habló de empresas a través de las cuales ha lavado dinero, habló de las bondades en invertir en el sector petrolero (reconociendo que por sus giros él mismo no podría invertir en pozos ni destilados) y hay más de un fleco suelto que no debemos pasar por alto como si fingiéramos no percibir el sutil aroma de un cebadito de guayaba. Ni el gobierno de México en su apresurado afán por darle fast-track a la extradición de Joaquín Guzmán Loera, ni el gobierno de los Estados Unidos, ni el sinfín de argonautas del Twitter y apóstoles del Feis han recalado en el verdadero horno de lo hediondo: durante sus meses en captura (de todas las veces que ha pasado por las rejas) el propio Chapo farda que jamás han decaído el mercado, alterado el nivel de precios o mermado los puntos de equilibrio entre Oferta y Demanda de mariguana, cocaína y metanfetaminas, también está claro que jamás han congelado sus cuentas ni de ahorro ni de inversión, jamás se ha movido a su mamacita de rancho ni a sus hijos de jugueterías de prestigio donde compran los teléfonos negros que ahora nos enteramos los de abajo que son indetectables, los botones galácticos que te permiten volar aviones sin que te detecten radares, los entramados amplios de complicidades diversas que les permite operar en 50 países del mundo entero, aunque sólo sea México el que aparece como el escenario surrealista e indescifrable, mucho más de novela de Jorge Ibargüengoitia que de Arturo Pérez Reverte, y huele tan mal que el guión que quería encargar el narco en realidad ya se volvió aún más impredecible: déjenlo hablar y que hable mucho y en una de ésas el Chapo termina comprometiendo a toda la civilización occidental en una inmensa nube de estercolero o búsquenle productor galáctico que logre filmar su ilegal fusilamiento o lobotomía en un búnker de Arizona o el azaroso infarto al volver a subirlo en un avión o el infinito silencio de los inocentes que en realidad son culpables de haberse tirado el pedo del siglo.

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Maldito seas, Sean Penn

Diego Fonseca

Desde hace al menos tres años, Joaquín Guzmán Loera buscó que el mundo conociera su historia por propia boca. El año pasado dio una entrevista a Rolling Stone -que se acaba de publicar- y hace pocos días cayó prisionero por la imprudencia de producir una película, su último intento para propagandizarse. Antes, El Chapo quiso que alguien escriba la historia de su vida.

Un día de enero de 2012, cuando Washington DC era un pantano de humedad gélida, una editora amiga me llamó para tentarme con una oferta que no podía rechazar: El Chapo Guzmán, dijo, quería contar su vida y ella me había elegido a mí como su autor. Un cirujano plástico amigo de El Chapo había llamado de buenas a primeras a su compañía en busca de quien le abriera las puertas a la historia del narco más famoso del planeta. Podían haber elegido cualquier otra editorial, dijo, pero la fortuna —o la guía telefónica— quiso que la suya, Aguilar, comenzase con la letra A. El Chapo quería narrarse a sí mismo, cansado de que la Historia lo tuviera del lado de los malos y no como un bandido con corazón…

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No lo entregue a Estados Unidos, Presidente

Ciro Gómez Leyva

…Si la extradición se consuma, como perfila el comunicado de la PGR, el presidente Peña Nieto diluirá parte del éxito de la captura y perderá una oportunidad de oro para relanzar su proyecto de seguridad, y para decirle al mundo que México corrigió las fallas y, como lo demostró la aprehensión en Los Mochis, es un país con estándares internacionales, no sólo para dar con los delincuentes más temibles, sino para someterlos. Mandarlo a Estados Unidos es el camino fácil. Y el reconocimiento de que las autoridades mexicanas son incapaces de evitar una nueva fuga.

Una vez agotado el trámite de amparos, juzgados y tribunales colegiados, el documento para conceder la extradición a Estados Unidos tendrá que llegar al escritorio del Presidente de la República. Y es facultad discrecional de él concederla o no, determinar si procede o no.

Costaría comprender que la notoriedad de la captura, celebrada como gesta histórica por el cuerpo diplomático y el gabinete de seguridad, concluya en la claudicante entrega de un prisionero al gobierno de Obama, quizá al de Trump.

Aproveche para relanzar los programas carcelarios, Presidente. Sírvase de la captura para borrar la imagen bananera que le estampó a su administración el escape por la regadera y el túnel. No lo entregue a Estados Unidos. El México institucional tiene que ser mucho más que El Chapo.

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‘El Chapo’ y el espectáculo de la sospecha

Héctor De Mauleón

…Desde su primera aparición pública en el aeropuerto donde mataron al cardenal Posadas en 1993, ocasión en que el país oyó por primera vez su nombre y se enteró que policías, Ministerios Públicos, jueces, procuradores, militares y políticos de toda laya se encontraban en su nómina, El Chapo se convirtió en una especie de personaje público que pobló la vida oculta de México.

Entró a una cárcel de máxima seguridad y la compró. Escapó durante una década, corrompiendo todo lo que lo tocaba —y casi nadie está en la cárcel por ello. Hoy sabemos, sin embargo, que por donde pasó hubo un policía, un militar, un funcionario, un político dispuesto a solaparlo. Así forjó uno de los cárteles más poderosos, y adquirió los submarinos, los barcos, los aviones que le presumió a Sean Penn.

Escapó de nuevo el año pasado e ignoramos aún a qué nivel de encumbramiento llegan los funcionarios que colaboraron en su fuga. Las guerras que El Chapo ha emprendido representan acaso la mitad de las 120 mil muertes ocurridas desde que empezó la guerra contra el narco. Su cártel ha matado y mutilado personas.

El Chapo es posible por todo lo malo que hay en México. El Chapo que vemos hasta en la sopa representa la corrupción, la ineficacia, la podredumbre que envuelve al negocio de la política. Es la prueba más fehaciente de por qué no hay qué confiar en el Estado.

No critico pues a los compatriotas que el día de su detención no se chuparon el dedo. Sin embargo, tengo ganas de rebelarme ante la sospecha zonza, sistemática, envenenada, a la que Paz atribuyó el odio, y la destrucción del razonamiento.

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El triunfo de Joaquín Guzmán

León Krauze

¿Cómo juzgar la entrevista que el actor estadounidense Sean Penn, con la coordinación de la actriz mexicana Kate del Castillo, realizó a Joaquín Guzmán? Primero hay que quitarse las telarañas que invitan a no leer el encuentro entre El Chapo y Penn como un trabajo periodístico. En su artículo para Rolling Stone, Penn se asume, de manera explícita, como periodista: “Cuando hago periodismo, no acepto pago alguno”, dice. Su intención, pues, era enfrentar a Joaquín Guzmán desde la trinchera, en los términos y con las herramientas del periodismo. No se encontró con El Chapo para discutir la producción de una futura película sobre la vida del jefe del Cártel de Sinaloa. Tampoco lo hizo sólo por curiosidad, aprovechando el vínculo con Del Castillo. Se acercó a la actriz (y luego al capo) porque de tiempo atrás pretendía escribir algo para Rolling Stone y una plática con Guzmán sería —¡y cómo no!— la cereza en el pastel. Para Penn, la entrevista equivalía a encontrarse con un jefe de Estado: “Hoy México tiene, en efecto, dos presidentes”. Así consiguió Sean Penn la entrevista, así la asumió y así se preparó para ella. Un periodista haciendo su trabajo. Así hay que juzgarlo…

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Juan Ignacio Zavala

Sin regateos: felicidades al presidente Peña Nieto por la captura de El Chapo. Debe sentirse satisfecho. Es la exitosa enmienda de un error catastrófico. La captura es la muestra de que no somos ese país bananero y corrupto de la cabeza a los pies que, lamentablemente, es la imagen que ha dado este gobierno. El Presidente debe sentirse contento, pero tampoco debe arrojarse a la falsa sensación de la “misión cumplida”.

También sin regateos hay que decirlo: El Chapo debe ser extraditado a la brevedad. Claro que hay que cumplir con el mandato legal, pero hay que hacer lo necesario para agilizar ese trámite. Extraditarlo es una decisión tan importante como la de apresarlo.

El Estado mexicano ha mostrado una eficiencia operativa para capturar al narcotraficante. Esta última aprehensión fue en un tiempo breve. El trabajo de las fuerzas armadas es profesional, de alto nivel e institucional. No importa el partido del que provenga el Presidente. La lealtad y la eficiencia del Ejército y la Marina están más que probadas. Desgraciadamente en el ámbito civil no podemos decir lo mismo. Las fugas del delincuente son la muestra de la podredumbre que campea en ese ámbito.

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Chapoteando 1. Eficacia y ridículo

Héctor Aguilar Camín

…¿Cómo hemos llegado a esta deleznable notoriedad? ¿Qué secuencia de errores ha vuelto central en nuestro presente a este sangriento personaje y su sangriento oficio que, para colmo, tiene los rasgos de una  mitología, de una leyenda mexicana?

¿Cómo hemos llegado aquí? ¿Qué hemos hecho tan mal para ser medidos como país por si agarramos o se nos escapa El Chapo? Terrible que sus fugas y sus capturas sean la medida de nuestro fracaso o nuestro éxito como país.

Terrible también la cantidad de gente, empezando por la autoridad, que dice o parece decir que hay que extraditar a El Chapo porque somos incapaces de mantenerlo preso.

Hay una triste y resignada idea de nuestro propio país en este diagnóstico: “No podemos con éste, dénselo a los gringos que sí pueden”. Es como una renuncia incluso a la idea de a que podemos corregir nuestros errores y mantener preso a un delincuente en una cárcel segura donde no tenga las ventajas que tuvo para escaparse dos veces.

¿No podemos corregir ni siquiera esto, luego de habernos equivocado a fondo? ¿No podemos tener preso ni siquiera al más peligroso preso de México?…

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El Chapo: política, terruño y video

Jorge Fernández Menéndez

Desde hace semanas se tenía determinado un esquema de reclusión. Se pensó en otros penales más modernos y mejor equipados que Almoloya, pero creo que las autoridades se decidieron a regresarlo allí porque es, también, una demostración de fuerza y de reafirmación de sus capacidades: un Estado no puede estar constantemente temeroso de su presunta debilidad, convencido de que la traición y la corrupción son más fuertes que él. Sería inadmisible que no se hubiera aprendido la lección de julio. Y estoy convencido de que no se permitirá que algo similar vuelva a ocurrir.

Esto tiene relación con algo que señalábamos antes: fue detenido con vida. No es un dato menor. Todo el mundo pensaba, incluyendo El Chapo, que si se lo volvía a encontrar, su destino sería el mismo que el de Pablo Escobar, muerto en una azotea de Medellín (por cierto, tanto Escobar como a El Chapo, aunque eran parte de una búsqueda nacional e internacional, decidieron quedarse en su terruño, cerca de los suyos en lugar de tratar de esconderse en el otro extremo del mundo). Pudo haber ocurrido así pero, a diferencia de Escobar, que literalmente se hizo matar en la persecución, El Chapo trató primero de escapar y cuando fue localizado en la fuga no ofreció resistencia. El que haya sido capturado con vida es un plus, un mérito, en el operativo que se implementó para su búsqueda.

La captura de El Chapo es un triunfo político y es también una oportunidad: más allá de su caída, hay que aprovechar el momento y la demostración de fuerzas que implica, para convencer a gobiernos, partidos y el Congreso, de que de una vez por todas se debe trabajar en temas centrales de la seguridad, postergados durante casi una década. Entre ellos y en forma prioritaria, el nuevo sistema policial para todo el país y una transformación completa del sistema de reclusorios en todos los niveles.

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El señor de los suelos

José Cárdenas

Desde ese momento El Chapo supo que Kate del Castillo sería la llave para lograr el objetivo para inmortalizar su leyenda. A través de ella llegó al actor Sean Penn—dos veces ganador del Oscar— y acarició el sueño de convertirse en personaje de película admirado por todo el mundo. Concedió al actor y a la actriz una entrevista de siete horas y respondió preguntas mediante videos y mensajes. Sus contactos con el mundo de la farándula hollywoodense terminaron por delatarlo y acelerar su persecución y recaptura, presumen altos oficiales del gobierno.

El mayor traficante de heroína, cocaína, metanfetaminas y mariguana del mundo, dueño de aviones, barcos y submarinos (como él mismo se definió ante Sean Penn), es, entre muchas cosas, un sujeto emocional. Los vaivenes de su carácter complejo lo llevaron de la violencia criminal al amor paternal y a la necesidad de satisfacer un ego desbocado. Otra vez, a El Chapo lo perdieron sus pasiones.

EL MONJE FILOSO: ¿La entrevista de Sean Penn (en Rolling Stone) —lograda por mediación de Kate del Castillo— pretende la humanización del delito?

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Vanidad de vanidades

Gil Gamés

Gil se quita el sombrero y se pone de pie, luego se arrodilla y se pone el sombrero. Después se lleva los dedos índice y pulgar al nacimiento de la nariz y cavila: lo peor de la realidad es que siempre parece ficción. Gilga buscó el origen con denuedo (gran palabra) y lo encontró en La Biblia. No es vacilada, la raíz se encuentra en Eclesiastés 1-3, ahí está la respuesta a los días del Chapo en fuga, en palabras del Predicador, hijo de David, rey de Jerusalem: “Vanidad de vanidades, dijo el predicador, vanidad de vanidades, todo es vanidad”.

Guzmán Loera, el más grande distribuidor en el mundo de heroína, metanfetamina, coca y mariguana imaginó un legado en el cual la posteridad le hiciera justicia. Esa herencia sería una película.

Un día le pidió a su abogado y hombre de confianza que buscara a Kate del Castillo La Reina del Sur. Gamés no quisiera ponerse sonso, pero en Almoloya de Juárez o en Avenida Juárez él también habría buscado un acercamiento con madame Del Catillo. En eso, Gamés y El Chapose parecen, la misma generación. “Nunca tomo, pero con usted me voy a tomar una copa”, le habría dicho El Chapo a Kate durante la entrevista que tuvo lugar en un espacio ignoto con Chong Penn (el chiste le pertenece a Sergio Zurita): Miguel Ángel Osorio Chong Penn.

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El precio de la libertad

Eduardo Guerrero Gutiérrez

A veces olvidamos que las figuras públicas, incluso aquéllas que ostentan mayor poder, son seres humanos como los demás. Los riesgos que un fugitivo esté dispuesto a tomar son el factor clave para capturarlo. Aunque su historia es poco conocida, Frank Matthews ha sido uno de los mayores narcotraficantes de la historia. Fue pionero en el tráfico de heroína a gran escala (a principios de la década de los 70 controlaba el comercio de dicha sustancia en todas las ciudades de la costa este de Estados Unidos). Desapareció cuando ya era sujeto de una investigación de la DEA. Ni el gobierno norteamericano, con sus ingentes recursos, ha podido dar con su paradero en más de 40 años.

Matthews evadió con éxito la justicia porque estuvo dispuesto a renunciar a su vida en Estados Unidos (con toda seguridad se fugó al extranjero) y aceptó mantener un perfil bajo por el resto de su vida. Joaquín Guzmán Loera no estuvo dispuesto a pagar un precio tan alto por su libertad. Al parecer quedó expuesto por el apego a su familia o por el capricho de ser inmortalizado en una película. Si las cosas hubieran sido de otra forma, y la entrevista entre Sean Penn y El Chapose hubiera dado a conocer antes de que se concretara la captura, la humillación para el gobierno mexicano hubiera sido inmensa. Sin embargo, el gobierno federal supo aprovechar bien las debilidades de Guzmán Loera. Su captura no deja de ser un éxito y un alivio para Los Pinos. Después de meses de tropiezos, en un contexto de acelerada depreciación del peso, el viernes pasado el Presidente pudo salir sonriente ante los medios para anunciar un logro tangible. Por ello se explica el triunfalismo algo excesivo en sus mensajes.

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Pablo Escobar y El Chapo: miedo a la extradición

Leonardo Núñez González

¿Por qué uno de los narcotraficantes más temidos de la historia peleó con tanto ahínco contra la extradición? La respuesta está en los mismos hechos: al seguir dentro del débil entramado institucional de su país, su poder real y su capacidad para corromper se mantuvieron casi intactos. Por el contrario, una cárcel de máxima seguridad en Estados Unidos es intimidatoria en sí misma: una aislación casi total del exterior con visitas controladas y permanentemente vigiladas en las que el poder y el dinero no hacen gran diferencia.

En México vimos cómo el gobierno se negó a extraditar a El Chapo Guzmán. Se consideró que las instituciones mexicanas eran lo suficientemente fuertes y confiables. Las similitudes con Escobar y Colombia aparecieron de inmediato: a pesar de estar en una prisión de máxima seguridad, el poder del capo no se vio mermado y hasta tuvo reuniones con abogados y familiares 81 por ciento de los días que estuvo recluso, por lo que no fue complicado elaborar el plan y corromper a las autoridades necesarias para su segundo escape.

Ahora que ha sido recapturado, ya no debería ser tema de discusión la pertinencia de su extradición, es evidente que lo es. Sin embargo, aceptarla no es un sinónimo de derrota e incapacidad del Estado mexicano. No estamos ni cerca de los niveles que vivió Colombia. Ahora la extradición debe ser vista como una herramienta de apoyo en el proceso de construcción de instituciones sólidas. Aceptarla no es derrotismo, sino el inicio de un proceso para que la extradición realmente sea innecesaria.

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El acierto como obligación

Javier Solórzano Zinser

…El gran problema sigue siendo el mismo. No se ha desactivado la estructura económica del capo, todo parece seguir intacto. Lo que sabemos tiene que ver con el trabajo coordinado que llevó a la detención de Guzmán Loera, lo cual era una obligación que se ha cumplido.

Sin embargo, no se tiene información de que las redes de El Chapo hayan sido desarticuladas. ¿Quiénes son los empresarios que se llevan una “tajada del pastel”? ¿Por qué no se sabe y qué entornos impiden saberlo? ¿Quién esconde a quién?

El gobierno debe una explicación porque si no es así de nuevo la detención, incluida su eventual extradición, dejará la estructura intocada y vigente para que alguien la retome con facilidad.

A El Chapo le ganó la vanidad. Se emocionó con una actriz que le mandó reconocimientos confusos y fuera de lugar, la cual además le puso enfrente a un gran actor y terminó por creer que el siguiente paso era ver su estrella en Hollywood Boulevard.

Más allá de la segura extradición, si el gobierno no va a fondo el tiempo lo hará de nuevo cómplice. En su acierto tiene que saber ir hacia adelante y no regodearse en su obligación…

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Misión imposible

Sergio Sarmiento

La captura de El Chapo en una batalla en un barrio residencial de Los Mochis en que vive la propia madre del gobernador Mario López Valdez de Sinaloa fue obra, según el New York Times, de las autoridades mexicanas sin apoyo de las estadounidenses. La Marina, que se ha convertido en la policía más eficaz del Estado mexicano, llevó a cabo el operativo en el que fallecieron cinco personas y varias más resultaron heridas pero que concluyó con la captura.

El gobierno ha vuelto a recluir a El Chapo en el penal del Altiplano del cual se evadió el 11 de julio de 2015. Esto ha generado cuestionamientos, pero esta cárcel sigue siendo la más segura del país. La de Puente Grande, Jalisco, es la segunda, pero de ella también se evadió El Chapo en 2001.

La gran pregunta ahora es si Peña Nieto tratará de mantener a El Chapo en cárceles mexicanas, para demostrar que México es un país soberano y con capacidad para castigar a los criminales, o si preferirá lavarse las manos y extraditarlo a Estados Unidos. La decisión, sea cual sea, será altamente controvertida.

Yo no sé si la o las películas que saldrán sobre El Chapo serán buenas o no, aunque la historia tiene un gran atractivo. Lo que sí sé es que la tercera captura no reducirá el flujo de drogas y sí puede aumentar la violencia en el país. El narcotráfico no se combate encarcelando o matando capos sino reduciendo el consumo o legalizando. Capone lo supo cuando traficaba con bebidas alcohólicas. Pero reducir el consumo de drogas es una misión imposible.

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La coproducción del héroe

Jesús Silva-Herzog Márquez

…El execrable reportaje de Sean Penn hace lo mismo: convierte a un criminal que ha provocado la muerte de miles de personas en un héroe encantador. Un empresario talentoso y pacífico que solamente se defiende de sus enemigos. Una víctima del capitalismo que ha sabido manipular su hipocresía para sobrevivir. Los muertos y las vidas destruidas no son responsabilidad del criminal sino de sus perseguidores y, desde luego, de esa entelequia desalmada que es el sistema. La superficialidad de las preguntas del actor no permite a su interlocutor decir nada interesante. Lo notable de este ejercicio de frivolidad es, por supuesto, la construcción del forajido como un héroe. No sé si la narración podría funcionar como libreto cinematográfico, pero como descripción de la realidad es simplemente aberrante. “Cualquiera que sea la maldad que se le atribuya (sic) a este hombre y su innegable sabiduría de calle, es también una persona humilde, un campesino cuya percepción de su sitio en el mundo ofrece una ventana al extraordinario enigma de la disparidad cultural”. Un hombre tímido, atento y pacífico, un genio carismático, lo llama Sean Penn.

Defendiendo su polémica conversación con el Mayo Zambada, Julio Scherer dijo que si el diablo le concedía una entrevista, iría a los infiernos. Tendría sentido el descenso si fuera posible cuestionar realmente a Satanás y escapar de su censura. No hay mérito periodístico si el encuentro sirve para halagar la vanidad del poderoso y la valentía del periodista.

Las frivolidades de un actor fascinado por el poder terminan prestando servicios de imagen a un criminal. La misión se cumplirá cuando nadie -ni los políticos necesitados de hazaña ni los actores aburridos en Hollywood- rinda homenaje a los criminales.

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#MásPoesía Jaime Sabines

¿Qué putas puedo hacer?…

 

¿Qué putas puedo hacer con mi rodilla,

con mi pierna tan larga y tan flaca,

con mis brazos, con mi lengua,

con mis flacos ojos?

¿Qué puedo hacer en este remolino

de imbéciles de buena voluntad?

¿Qué puedo con inteligentes podridos

y con dulces niñas que no quieren hombre sino poesía?

¿Qué puedo entre los poetas uniformados

por la academia o por el comunismo?

¿Qué, entre vendedores o políticos

o pastores de almas?

¿Qué putas puedo hacer, Tarumba,

si no soy santo, ni héroe, ni bandido,

ni adorador del arte,

ni boticario,

ni rebelde?

¿Qué puedo hacer si puedo hacerlo todo

y no tengo ganas sino de mirar y mirar?

 

Tomado de la antología de Juan Domingo Argüelles: Poesía mexicana. De la época prehispánica a nuestros días.

Penn y Kate, al servicio del Chapo

El periodismo consiste en identificar, jerarquizar y desde luego publicar informaciones. Además, permite ubicar los acontecimientos en su contexto. De eso se trata: difundir noticias y explicarlas. Eso ha sido y seguirá siendo el periodismo tanto en papel como en pantallas. Además, en vista de la presencia pública que alcanza, el periodismo profesional se respalda en normas éticas tanto para cumplir con sus responsabilidades sociales como para asegurar su credibilidad que es ingrediente esencial para que sirva de algo.

Nada de eso hay en la supuesta entrevista que Sean Penn le hizo al Chapo Guzmán con la nada desinteresada mediación de Kate del Castillo. Las respuestas del narcotraficante a las elementales preguntas que le envió el actor no hacen sino repetir generalidades ya conocidas: su infancia, su madre, las justificaciones para traficar con drogas, alguna insulsa opinión sobre los políticos. El extenso relato que acompaña al precario diálogo puede ser atractivo por las peripecias que relata en la búsqueda de Penn, aunque, en rigor, no implica novedad alguna.

La noticia auténtica no está en el reportaje, sino en la decisión de un actor prestigiado, con una carrera profesional habitualmente por encima de los devaneos políticos que lo llevaron a simpatizar con personajes como el autoritario Hugo Chávez, para buscar y ensalzar a un delincuente. La noticia, sobre todo, son los negocios de una actriz conocida por su inconsistencia política, pero con un serio trabajo histriónico, para desempeñarse como intermediaria y posiblemente socia de negocios del criminal más buscado.

Penn y Del Castillo aceptaron ser peones en el ajedrez manipulado por Joaquín Guzmán. Ambos admitieron las seducciones o invitaciones para acudir al llamado del narcotraficante. Uno, en busca de una entrevista que nunca fue realmente tal, pero que le permitió convivir algunas horas con ese delincuente al que retrata con notoria condescendencia. La otra, interesada en hacer una película que, al supeditarse a las exigencias del narcotraficante, sería inevitablemente apologética.

Está por determinarse si la posible inversión financiera de Guzmán en ese proyecto llegó a constituir alguna forma de lavado de dinero. Pero más allá de las posibles responsabilidades judiciales, ahora se pueden discutir las implicaciones éticas y políticas de la subordinación de dos actores muy destacados a los caprichos del narcotraficante.

Las gestiones de Del Castillo y el reportaje de Penn no están esencialmente al servicio de los negocios, sino de la vanidad de El Chapo Guzmán. La banalización de su figura que lo ha convertido en personaje de corridos y leyendas (digo banalización pensando en la implicación que le dio Hanna Arendt y que hace medio año comenté en este espacio) se la creyó él mismo de tal manera que se soñó como personaje hollywoodense.

Por eso Guzmán quiso hacer su película, de la misma forma que en varias ocasiones intentó que algún periodista profesional escribiera su biografía. Raymundo Rivapalacio contó hace tres años cómo, en 2008, se negó a que el periódico que dirigía hiciera una entrevista solicitada por el narcotraficante. El periodista argentino Diego Fonseca relata ahora en El País que hace tres años fue invitado, y también se negó, a escribir un libro promovido por El Chapo.

El texto que Penn escribe para Rolling Stone no explica ni contextualiza nada. Se trata de una elegía apenas disimulada por los esporádicos recordatorios que ese autor hace de los abusos criminales del capo sinaloense. Con esas menciones a la criminalidad de los narcos, Penn busca, sobre todo, respaldar dos posturas. Por una parte, pretende que todo México está sometido a la delincuencia y, pues, ni modo, así son las cosas. Cuando asegura que en este país hay dos presidentes y que quien tiene algo realmente interesante que decir no es Peña Nieto sino El Chapo, Penn toma partido por el enaltecimiento del narcotraficante. Sin duda, en México padecemos instituciones profundamente debilitadas por la corrupción y en algunas zonas las pandillas criminales hacen negocios y estropicios a su antojo, pero el del narcotráfico de ninguna manera es un poder equiparable al del Estado.

Con ese recordatorio de la violencia mexicana, Penn busca, además, subrayar su propia audacia: miren qué arrojado soy, he padecido el miedo terrible de no saber si me secuestrarían o mutilarían y todo lo hago por ir en busca de la verdad. El actor se construye como protagonista de un relato en donde lo único interesante son sus peripecias. Después de todo, el protagonista de la pieza que publica Rolling Stone no es El Chapo Guzmán, sino Sean Penn.

Del narcotraficante, no hay una auténtica semblanza porque a Penn le faltan rigor y distancia crítica. Al admitir que las cosas son como son y pues qué remedio, ofrece una apreciación intencionalmente complaciente del delincuente. No lo mira como un criminal: “la diferencia con muchos de sus contrapartes que se meten en secuestros y asesinatos gratuitos es que El Chapo primero es un hombre de negocios (que) sólo recurre a la violencia cuando estima que es ventajosa para él o para sus intereses de negocios”.

Así que el delincuente es un businessman en cuya apreciación se puede prescindir de los asesinatos y de la criminalidad cotidiana que significa la distribución de drogas que avasallan y matan a decenas de millones de personas. El trabajo de Penn, en este caso, no está al servicio de los lectores, sino de la fascinación que, a pesar de todos sus temores, tiene por el criminal.

Si eso es periodismo, lo es de manera pobre, limitada y controvertible. El periodismo nunca es objetivo. Siempre está al servicio de un interés, una perspectiva, una o variadas decisiones editoriales, de negocios, políticas. El texto y sobre todo la búsqueda de Sean Penn y su publicación en la otrora respetable y admirable Rolling Stone (que lleva ya varios desatinos periodísticos al hilo) están al servicio de un narcotraficante.

El Chapo Guzmán propició y facilitó la entrevista, con la sorprendente mediación de Kate del Castillo. Ese narcotraficante puso las condiciones, los plazos, los ritmos y la forma de la entrevista que finalmente no fue presencial, sino en breves respuestas en video. Penn y la revista aceptaron enviarle a Guzmán el texto para someterlo a su aprobación antes de que fuera publicado.

Un texto que el entrevistado puede revisar y a cuya anuencia se supeditan el autor y la publicación está más en el terreno de la propaganda que en el campo del periodismo. Eso es lo que hicieron Penn, Del Castillo y la revista: se desempeñaron como publirrelacionistas de un poderoso individuo. No se trata de cualquier personaje, sino de un delincuente que, solazándose en sus crímenes, quería satisfacer su vanidad. El periodismo también es ética. La ética de Penn y sus editores queda difuminada en la espectacularidad gestionada y manejada por un asesino.

Tomado de La Crónica 

El Chapo en el cine; la doble moral de Kate

Resultaron de risa loca tanto el enojo como las teorías conspiratorias de malquerientes del gobierno de Peña Nieto, luego de conocer la recaptura de “El Chapo” Guzmán.

Que si fue una cortina de humo para ocultar la devaluación del peso frente al dólar; que si se trató del control de daños por la entrevista que El Chapo dio a actores y empresarios de cine –difundida en Rolling Stone–; que si Peña Nieto es mago y todo lo puede.

Chabacanas teorías contrarias a los rumores inventados luego de la fuga del narcotraficante, cuando decían que era un invento el túnel; aseguraban que el gobierno dejó salir a El Chapo y que la autoridad se había suicidado.

Lo curioso es que la propia Kate del Castillo –actriz y productora–, también promovió esas teorías conspiratorias; doble moral que confirma que al tiempo que la actriz, amigos y socios cuestionaban la incapacidad del gobierno mexicano para contener el crimen organizado y el narcotráfico, ella y ellos hacían negocios con el narcotraficante; se beneficiaban del criminal negocio de la drogas.

Y es que ese es el centro del tema; la doble moral de sectores sociales y políticos bien identificados que, por un lado festejan y estimulan los fracasos del gobierno federal –sea Calderón, sea Peña–, y por otro lado son socios del crimen organizado; negociantes de la tragedia y encubridores de las bandas criminales con las que hacen política y negocios.

Si lo olvidaron, eso pasó en casos como la muerte de Los 43, la fuga de El Chapo y hasta en el crimen en Temixco. ¿Quién está detrás del crimen de los 43, de las teorías conspiratorias por la fuga y recaptura de El Chapo; quien está detrás de la urgencia de culpar al gobierno federal por el crimen de la alcaldesa de Temixco?

Los mismos de siempre; entre ellos Kate –que elogió a El Chapo y hasta dijo que era mejor que Peña–; el actor Sean Penn –promotor de la dictadura de Chávez y Maduro en Venezuela–, y muchos otros que mientras dinamitan la democracia mexicana se enriquecen con turbios negocios políticos con el crimen, además de cine y televisión engañabobos.

Y podrán decir misa, pero Kate del Castillo y Sean Penn deben ser llevados a la justicia –mexicana y/o estadounidense–, por el presunto delito de hacer negocios con un narcotraficante; por presunto lavado de dinero. ¿O qué, no es cierto que la película que preparaban es una modalidad de lavado de dinero? ¿Cuánto dinero recibieron para los preparativos de la película de El Chapo? ¿No es dinero negro, producto del tráfico de drogas? ¿No es lavado de dinero? ¿Cuántos muertos y cuántos adictos costó el viaje de los actores al refugio de El Chapo; cuantos muertos y adictos costaría la película?

El Chapo Guzmán está en su derecho de comprar conciencias, matarifes y escoltas; es parte de su empresa criminal comprar autoridades y soplones. Y resulta entendible que en tanto hombre de poder sin límite y riquezas sin freno, El Chapo busque trascendencia y paso a la historia.

Está claro que El Chapo es –antes que empresario del crimen–, un ser humano con iguales defectos, afectos y necesidades que los ciudadanos de a pie. Sin embargo, también es cierto que todo negocio con El Chapo es un negocio criminal. Es lavado de dinero. ¿En este caso llegará la justicia en la que no creen Kate y Sean? ¿Los veremos en prisión? Al tiempo.

EN EL CAMINO.

En Colima es grosera la guerra sucia y el ataque a la vida privada contra el candidato del PAN. Mientras tanto, en el PRI se pelean a balazos. ¿Y el INE? Calladito se ve más bonito.

Tomado de El Universal

Debate en Colima, ¿pleito de cantina?

En medio del escándalo por la recaptura de Joaquín, el Chapo, Guzmán y de la ceremonia de entrega de los Golden Globes –donde, por cierto, también se habló del Chapo–; en Colima se realizó el debate entre los seis contendientes al gobierno estatal.

Como sabe, la mano del gobernador de Colima –y de su equipo–, provocó que el Tribunal Electoral cancelara el proceso electoral del cinco de junio. En consecuencia, los colimenses tendrán que votar por su próximo gobernador el domingo 17 de enero. Es decir, en siete días.

Como parte de esta elección extraordinaria, el Instituto Nacional Electoral organizó un debate entre los seis candidatos. Originalmente, se buscaba que los políticos debatieran sobre temas que preocupan a los colimenses –seguridad, economía, comercio, etc–, sin embargo, los punteros de la contienda hicieron de aquello un penoso espectáculo.

Si usted se ha mantenido atento al proceso electoral de Colima, seguramente sabe que sólo los candidatos del PRI –Ignacio Peralta– y el del PAN –Jorge Luis Preciado–, tienen oportunidades reales de triunfo. No obstante, durante el debate, los electores pudieron ver que el comentario más preciso fue el de la candidata perredista, Martha Zepeda; quien acusó a Peralta y a Preciado de haber convertido el proceso electoral en un pleito de cantina.

A todas luces, la señora Zepeda tuvo razón. Para Peralta y Preciado poco o nada importaron las reglas, la discusión y los temas sugeridos por el INE. Para el priista y el panista, el debate fue el escenario ideal para replicar las acusaciones, los chismes y las versiones envenenadas que circulan en redes sociales.

Una vez más, Peralta acusó al panista Preciado de haber consolidado sus negocios con dinero mal habido y de obligar a su mujer a practicarse un aborto. De igual forma, Preciado acusó al priista Peralta de hacer trampa en los procesos y de tener vínculos con el crimen organizado.

Los punteros en la contienda dejaron pasar la oportunidad de convencer a los colimenses con un programa de gobierno. Tanto el priista como el panista como el priista se limitaron a continuar la difusión de chismes y habladas. Para Preciado y para Peralta, el debate no fue debate sino pleito de cantina. ¿Y los colimenses? ¿y sus preocupaciones? ¿y sus necesidades? ¿a quién le importan? ¿por qué votarán los ciudadanos el próximo domingo? ¿por el que parezca menos malo?

Senado busca autonomía para InfoDf

La senadora oanista Mariana Gómez del Campo propuso adicionar el artículo 9-C al Estatuto de Gobierno del Distrito Federal, a fin de dotar de autonomía al Instituto de Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales del Distrito Federal (Info-DF).

En su iniciativa, la senadora propone que el pleno del Instituto esté integrado por cinco comisionados ciudadanos representantes de la sociedad civil y que serían designados por el voto de las dos terceras partes de los diputados presentes en sesión de la Asamblea Legislativa.

Gómez del Campo también propone garantizar la equidad de género, por lo que sugiere que al menos un cuarenta por ciento de los comisionados ciudadanos sean de un género distinto al de la mayoría. El dictamen señala que el comisionado presidente del Instituto será designado por los propios comisionados ciudadanos, mediante voto secreto, por un periodo de tres años, con posibilidad de ser reelecto por un periodo igual.

Otra de las propuestas es que el Instituto tendría un Consejo Consultivo, integrado por cinco consejeros y que durarán en su cargo siete años, que sean renovados de manera escalonada, no podrían reelegirse, y serían designados por el voto de las dos terceras partes de los diputados presentes en sesión del pleno de la Asamblea Legislativa.

El Chapo, Sean Penn, Kate del Castillo y las dudas.

La noche del sábado se confirmó que los actores Sean Penn y Kate del Castillo se reunieron con Joaquín, el Chapo, Guzmán cuando éste seguía prófugo de la justicia mexicana.

Según se dijo, el Chapo habría contactado a del Castillo para que coordinara la realización de una película sobre la vida del narcotraficante. A su vez, el dos veces ganador del Oscar, Sean Penn, se habría enterado de la relación entre Kate del Castillo y el Chapo Guzmán por lo que habría pedido a la primera que sirviera de interlocutora y ayudara a concertar una entrevista con el criminal más buscado de México.

Evidentemente, la revelación provocó todo tipo de reacciones: desde los que aplauden la osadía de los actores hasta quienes piden se les acuse de ser cómplices del narcotraficante.

Por eso, en La Otra Opinión preguntamos, ¿ante qué fenómeno estamos? ¿los encuentros entre Kate del Castillo y el Chapo Guzmán entrarían en la categoría de juntas de negocios? ¿es válido que un ciudadano mexicano se reúna con el que fuera el criminal más buscado del país? ¿hacer negocios con un criminal te convierte en criminal? ¿la señora del Castillo estaba obligada a denunciar el paradero del Chapo? ¿Kate del Castillo acudió a las autoridades? ¿lo denunció? ¿si, como se dijo, el Chapo fue quien buscó a la actriz, la señora del Castillo tenía la opción de negarse a los encuentros? ¿será cierto que la gente del Chapo fue quien se acercó a Kate de Castillo? ¿es creíble la versión de que los abogados del capo se aproximaron a la actriz luego que ésta publicó una carta en Twitter donde pedía al Chapo que traficara para hacer el bien? ¿las reuniones de Kate del Castillo y el Chapo convierten a la actriz en cómplice del criminal? ¿se debe sancionar a la actriz por encontrarse con el delincuente más buscado de México? ¿pudo más la vanidad de la artista que su deber cívico? ¿son éticos los encuentros entre la actriz y el narco? ¿son moralmente correctos? ¿son legales?

De igual forma, las comunicaciones y el encuentro que tuvieron el Chapo Guzmán y el actor Sean Penn se prestan para preguntar, ¿la información que Sean Penn obtuvo del narcotraficante lo convierten en su cómplice? ¿Penn debió entregar esos datos al gobierno de México? ¿los entregó? ¿es válido utilizar al periodismo como excusa para solapar a uno de los delincuentes más peligrosos del mundo? ¿el señor Sean Penn es periodista? ¿qué hace de alguien un periodista? ¿hasta dónde llega la responsabilidad de la revista Rolling Stone, la misma que publicó la entrevista entre Penn y el Chapo? ¿es válido entrevistar a un delincuente? ¿Al reunirse con un criminal y no denunciarlo, se atenta contra la responsabilidad social inherente al periodismo? ¿cierto o falso que, en casos como éste, la labor del periodista se limita a contar historias? ¿cierto o falso que el periodista está comprometido con la transformación social debido a las herramientas de denuncia y divulgación a las que tiene acceso? ¿dónde quedó ese compromiso social en el caso de Sean Penn? ¿es válido argumentar que un periodista debe proteger a sus fuentes y que por eso el actor no debía denunciar al Chapo? ¿son éticos los encuentros entre el actor y el narco? ¿son moralmente correctos? ¿son legales?

Ahora bien, también es necesario preguntar, ¿cómo es posible que una actriz, un actor y una revista tengan contacto con el criminal más buscado del mundo; mientras que las instituciones del Estado no podían localizarlo? ¿cómo se explican los encuentros de estos actores con el delincuente más buscado de México? ¿en serio nadie en el gobierno federal sabía de las reuniones? ¿será que dos actores y una revista pudieron hacer en pocos días lo que, durante seis meses, el Estado mexicano no pudo? ¿cómo entender que una revista llegó más lejos que las instituciones del Estado? ¿qué trato darán las autoridades a los señores Kate del Castillo y Sean Penn? ¿se convertirán en testigos clave? ¿los actores tendrán que evadir a la autoridad? ¿el gobierno buscará sancionar a quienes se reunieron con el Chapo mientras las instituciones del Estado hacían hasta lo imposible para dar con el narcotraficante? ¿Sean Penn y Kate del Castillo exhibieron las limitandes del Estado? ¿si, como se dijo, la autoridad aprovechó el acercamiento entre Kate del Castillo y el Chapo para detener al criminal; desde cuándo sabía que se reunían? ¿Kate del Castillo entregó al Chapo? ¿por qué el Chapo se arriesgó de este modo? ¿por qué el Chapo confió en la actriz? ¿se conocían desde antes de estos encuentros? ¿algún día conoceremos las respuestas a estas preguntas?

La megalomanía del Chapo… su talón de Aquiles

La película autobiográfica del Joaquín, el Chapo, Guzmán es una producción que nunca se filmará, que no se editará y que, desde luego, jamás se estrenará.

Según la procuradora Arely Gómez, las negociaciones entre los abogados del Chapo y los posibles productores y actores de una película autobiográfica habrían ayudado a localizar y detener al narcotraficante más buscado de México.

Por donde se vea, resulta increíble que un criminal de la talla de Joaquín Guzmán caiga por un descuido como éste.

Cierto, algunos cinestastas y actores corren grandes riesgos para expresar sus inquietudes artísticas.

Ahí está, por ejemplo, el cine dogma de Lars Von Trier y Thomas Vinterberg que garantizaba que todo lo que se viera en pantalla fuera real. Alguna vez incluso sacrificaron a un burro ante las cámaras.

Sin embargo, el caso del Chapo es completamente distinto. No estamos ante un artista que pone en riesgo su libertad y su vida en un afán de expresarse.

En realidad, asistimos a la confirmación de que la megalomanía, la vanidad y el ego del Chapo Guzmán fueron su talón de Aquiles.

Al final del día, la autobiografía fílmica del Chapo recuerda que atrás del mito, atrás del capo de capos, y atrás del narcotraficante más poderoso del país –y quizá del mundo– existe un hombre común y corriente, alguien que quiere contar su historia y que aspira a dejar su legado en video.

Cierto, el Chapo es la cabeza de una organización internacional que vale miles de millones de dólares. El Chapo es capaz de corromper al sistema carcelario y al de procuración de justicia. El Chapo podría tener vínculos con algunos de los políticos y empresarios más importantes del mundo; aun así, este mismo Chapo descuidó y arriesgó su libertad por salir en una película. ¿No cree le parece increíble?

Por cierto, llama la atención el descuido con que el Guzmán Loera habría procesado la realización de su película. Es probable que, consciente de su poder e influencia, el capo creyera que podía actuar al descubierto y seguir impune.

No obstante, también existe la posibilidad de que el Chapo supiera que tenía los días contados, que el Estado le pisaba los talones y, entonces, decidió arriesgarse más de la cuenta para contar su historia antes de regresar a prisión.

¿Usted con qué historia se queda?

La mano del Chapo en 2016 y 2018

Es probable que para las elecciones del 5 de junio próximo, Joaquín “El Chapo” Guzmán ya se encuentre en una cárcel de alta seguridad de Estados Unidos.

Sin embargo, no es novedoso que su recaptura tendrá un impacto nada desdeñable en la renovación de 12 gobiernos estatales –previstos para el 5 de junio–, ya que junto con éxitos como la baja en el precio de las gasolinas, la reducción del costo en la energía eléctrica, en telefonía y la reducción de la inflación a los niveles más bajos en medio siglo, serán un paquete electoral harto vendible para el electorado.

Todo ello en medio del fracaso histórico del Partido de la Revolución Democrática que, en no pocos gobiernos estatales, confirma que igual que la izquierda radical –de Morena–, sabe gritar pero no sabe gobernar.

Y si dudan del fracaso de la izquierda del PRD y de Morena, basta recordar que el PRI recuperó el estado de Guerrero luego de gobiernos fracasados y depredadores que entregaron la entidad y el poder al crimen organizado, hasta llegar a escándalos como el de Iguala y la muerte de los normalistas.

En Morelos, el de Graco Ramírez ha resultado peor que los gobiernos panistas de Sergio Estrada y Marco Adame y peor que el gobierno priista de Jorge Carrillo Olea, quien cayó por una crisis menor que aquella que hoy enfrenta el Morelos de Graco Ramírez.

Por eso –por el elevado nivel de descomposición de los gobiernos del PRD en Michoacán, Guerrero y Morelos–, las dirigencias del PRD y Morena hacen todo por culpar al gobierno federal de tragedias como la de Iguala y de Temixco. Con un cinismos mayor culpan al gobierno federal –sea del PAN, sea del PRI–, de los fracasados gobiernos en Guerrero, Michoacán y Morelos.

Y por si fuera poco, también en junio próximo la izquierda amarilla será derrotada en Oaxaca, en donde el PRD y Morena son responsables de llevar al poder a Gabino Cué, el peor gobierno que ha tenido esa entidad. En Oaxaca se vive la peor tragedia social en la historia mexicana, ya que millones de niños, durante décadas, han sido obligados a vivir en la ignorancia y la miseria; se les impide el acceso a la escuela. Y claro, de esos fracasos nadie dice nada.

EN 2018, LA MANO DE “EL CHAPO”.

El domingo 18 de octubre de 2015, en el Itinerario Político señalamos que además de haber exhibido las debilidades y corruptelas del Estado todo y del gobierno de Peña Nieto, la fuga de El Chapo había arrastrado una potencial y aventajada candidatura presidencial.

Dijimos: “Para nadie es secreto que el principal golpe político por la fuga de El Chapo lo recibió Miguel Ángel Osorio. Tampoco es nuevo que hasta antes del escape, el titular de Gobernación era puntero en la carrera presidencial”.

Y agregamos: “Lo cierto es que Osorio sigue en el cargo por razones que en política son fundamentales; por la confianza del presidente y porque luego de la fuga Osorio se comprometió –en tanto cabeza del Gabinete de Seguridad–, a que llevaría al “Chapo” de vuelta a prisión. Hoy se sabe que el gobierno federal pisa los talones al “El Chapo” y que el jefe criminal podría caer en cualquier momento”.

Y, como todos saben, el momento llegó el viernes 8 de enero. La Marina Armada y la Policía Federal capturaron a El Chapo en la ciudad de Mochis, en Sinaloa, luego de un operativo de cinco meses que estuvo coordinado por el propio secretario de Gobernación.

Hoy se sabe que Osorio se jugó una carta de vida o muerte. Es decir, apostó todo su capital político a la captura de El Chapo. Y la jugada resultó redonda para el gobierno federal.

Pero también es cierto que la recaptura de El Chapo no borra ni la gravedad ni el tamaño de las fallas que hicieron posible la fuga. Dicho de otro modo, que mientras no se revierta el sistema de corrupción en todo el sistema penitenciario nada impedirá que los pocos criminales que llegan a prisión –en un sistema judicial también corrupto–, compren su escape.

Lo más significativo es que con la recaptura de El Chapo, también regresan los bonos favorables para la precandidatura presidencial de Miguel Osorio, el titular de Gobernación que –en los hechos–, había recuperado posiciones en todas las encuestas.

Sin embargo, ya con El Chapo en prisión, se abre otro flanco peligroso para otro de los potenciales presidenciables. Resulta que en 2016 el gobierno mexicano será evaluado en su sistema financiero para detectar y sancionar el lavado de dinero; sistema que depende de la Secretaría de Hacienda. Y dicen los que saben que la evaluación será reprobatoria.

¿Y eso qué tiene que ver con El Chapo?

Casi nada, que mientras buena parte del gobierno federal destinó recursos extraordinarios en la captura de El Chapo –lo cual al final de cuentas dio resultados positivos–, la SHCP de Luis Videgaray no ha hecho nada para debilitar la estructura financiera de El Chapo. Y es que mientras la industria criminal siga boyante en sus finanzas, de poco servirá que los jefes de las bandas sean detenidos.

¿Alguien sabe cuántas casas, cuentas, aviones, autos, relojes… ha incautado el gobierno mexicano a El Chapo? ¿Alguien sabe dónde están los miles de millones de pesos de la fortuna de El Chapo, que es considerado como uno de los más acaudalados del mundo?

Lo cierto es que, guste o no a los políticos, el chapo también juega en las elecciones presidenciales y en las estatales.

EL DÍA DESPUÉS.

¿Qué pasará con el Chapo?

Ya es público que el gobierno federal inició de manera formal el proceso de extradición a Estados Unidos de Joaquín Loera, en donde harán todo lo posible por arrebatarle su fortuna, como parte del proceso al que será sometido. Sin embargo, son muchas las preguntas que aún quedan sin respuesta.

¿Qué va a pasar con las bandas criminales que son desprendimiento del cártel de El Chapo? ¿Quién impedirá que sigan existiendo narcoelecciones, como las que se producen en Colima y Tamaulipas, por citar sólo dos casos? ¿Cuál es el avance en el combate a la corrupción al interior de los penales? ¿Cómo se consolidará a las policías municipales, estatales y a la federal para identificar y enfrentar al resto de los delincuentes que siguen en las calles?

¿Cómo se garantizará la integridad, la seguridad y la vida de todos los ciudadanos de a pie que podrían resultar afectados por el reacomodo en las estructuras criminales, luego de la captura del Chapo? ¿Cambiará, a partir de ahora, la cooperación con las agencias extranjeras?

En efecto, es aplaudible la captura de Joaquín Guzmán Loera. Sin embargo, es apenas el primer paso de un trabajo titánico del estado mexicano.

Al tiempo.

Tomado de El Universal.

La Otra Opinión