DE LA MADRE WENDY A LA MADRE LO SUFICIENTE BUENA.

Dra. María Elena

En nuestra cultura, la imagen de la madre es definida como esa mujer abnegada, dedicada a las labores del hogar, tierna, cariñosa, en donde su mundo y sus deseos están enfocados al cuidado de su hijo.

Según diversos autores, el ser madre va más allá de ser abnegada. Se requiere de cierta preparación  tanto física como psíquica para poder ejercer la función de madre. La preparación física está en relación con certificar que el organismo de la mujer se encuentra en buen estado de salud para poder tener un buen embarazo y procrear a un bebé sano.

En el aspecto psíquico la mujer tendrá que aceptar que su función comprenderá el estar presente con el hijo para después ser abandonada.

En un inicio tendrá la gran tarea de cimentar de manera armoniosa la unidad que formará con su hijo. Dejará de pensar en ella como un solo individuo y pasará con las dificultades y resistencias que esto conlleva, a experimentar una relación en donde madre e hijo se funden en uno solo (Geissmann).

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Sin embargo, con el nacimiento inicia una separación paulatina del hijo larga y dolorosa la cual corre a la par de las diferentes etapas del desarrollo del niño, desde el nacimiento, el destete, la entrada al kínder, y así  hasta la etapa adulta para lo cual la mujer necesita estar preparada.

Si la mujer está ahí para no faltarles a sus hijos, ahí para soportar su progresiva independencia, ahí para sentirse contrariadas por el rechazo de sus hijos, ahí para tolerar el ser abandonadas. Si la mujer logra resistir la independencia de sus hijos con alegría y a la vez cierta amargura, logrará que sus hijos logren madurar y alcancen su independencia y autosuficiencia, resultando así una madre lo suficientemente buena.

Pero si por el contrario, la mujer no logra estar ahí para ser abandonada, puede llegar a generarle culpa a su hijo  por su independencia y crearle necesidades para que ella pueda satisfacérselas, convirtiéndose así en una madre controladora, en una mamá Wendy.

En el cuento infantil, Peter Pan representa al niño que no quiere crecer, que se niega a madurar y que nunca quiere hacer frente a sus responsabilidades. Por su parte, Wendy es la persona que vela por él, le protege y hace todo lo posible porque no le ocurra nada.

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Se denomina el síndrome de la madre Wendy a aquella madre que al igual que en el cuento, es sobreprotectora, que está siempre atendiendo a su hijo, olvidando incluso de sus propias necesidades, su vida queda volcada en el hijo.

Son madres controlan la vida del hijo y su propia vida es el cuidado del hijo al que no le permiten crecer psíquicamente al evitarle frustraciones, eliminando obstáculos de su camino. Son madres  que se sacrificadas y abnegadas pero que crean hijos inseguros y dependientes.

El ser madre va más allá de ser abnegada o sacrificada, se requiere de mucha fortaleza para asumir que las madres están ahí para ser abandonadas.

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