EL LENGUAJE DE LOS BERRINCHES

DRA. MARÍA ELENA

Con seguridad, en algún momento nos ha tocado presenciar en un centro comercial, un restaurante, la playa o en la calle; como un menor lloraba a gritos o se tiraba en el piso pataleando y gritando para que le dieran algo que en ese momento deseaba ante las reacciones de desconcierto, vergüenza e impotencia de los padres.

Diversos autores han declarado que los berrinches en los niños están en relación directa con la baja tolerancia a la frustración y con una deficiente capacidad para expresar de forma verbal las emociones y los deseos.

Por lo general, la infancia se piensa como una etapa caracterizada por el sentimiento de felicidad, en donde no hay preocupaciones y lo único que importa es el poder jugar. Sin embargo, es una etapa en donde las frustraciones derivadas del conocimiento del mundo y del desarrollo de nuevas habilidades, están a la orden del día.

La mayoría de los niños pequeños por lo general aún no saben cómo regular y expresar sus emociones y deseos; es entonces que actúan las emociones y las frustraciones mediante los berrinches.

Los berrinches con gritos y llanto se hacen presentes cuando los niños enfrentan situaciones de frustración, miedo, enojo, angustia, o cuando demandan independencia.  

Es común que los berrinches de los niños sean interpretados por los adultos como una forma de desobediencia y los niños sean señalados como mal educados y los padres como incompetentes para controlar a sus hijos.

Es entonces que los padres recurren a castigos, amenazas, u optan por ignorar al niño, o le dan un sermón o le ofrecen un premio si logran calmarse. Sin embargo, lo más probable es que el niño no logre tranquilizarse y el malestar en él y los padres prevalezca.

Para poder manejar los berrinches y lograr que deje de ser un recurso de los niños para expresar sus emociones, se requiere que los padres puedan ante todo, mantener la calma ante un berrinche por difícil que parezca.

Si un niño que se está en una pataleta porque se siente angustiado o quiere algo, los padres deben mostrarse tranquilos y hablarle al menor de sus emociones: “se que tienes miedo pero no va a pasar nada, yo te protejo, o, se que quieres mucho ese juguete pero ahorita no te lo puedo comprar”.

Los padres entre tantas responsabilidades tienen además la nada fácil tarea de ayudar a sus hijos a desarrollar la capacidad de pensar y de poner en palabras sus emociones. 

También es importante hacerles saber a los niños los limites de manera clara y concisa —lo que les está permitido y no permitido—-, esto les brindara seguridad y la capacidad para que gradualmente logren auto-regularse.

Los berrinches son comunes en los niños pero si estos se presentaran de forma frecuente e incontrolable, es recomendable asistir con un especialista.

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