Anteriormente explicamos los motivos que detonaron la salida prematura de Mauricio López de la dirigencia del PRI en el Distrito Federal.
La falta en el cumplimiento de la cláusula de equidad de género obligó al priismo capitalino a reponer el proceso de elección y nombramiento de su dirigencia.
Sin embargo, lo relevante no es saber por qué se va Mauricio López sino entender quién –y por qué– ocupará su lugar.
Algunos dicen que López podría reelegirse.
Otros ven a la hija de Rosario Robles –Mariana Moguel–, como la candidata ideal para ocupar el cargo.
Sin embargo, hay quienes creen que Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre –quien dejó la dirigencia del partido en medio del escándalo–, podría recuperar el control del mismo.
Nuestro colaborador Adrián Rueda –el periodista que mejor conoce la vida política en la capital–, es de ese tercer grupo.
Para Rueda, existen todas las condiciones para que Tonatiuh González –actual secretario general del PRI DF–, se convierta en el próximo dirigente de partido.
¿Cuáles son los argumentos de Adrián Rueda?
Simple. El responsable de elegir al nuevo dirigente local es el Consejo Político del PRI DF y sus 16 consejeros delegacionales. ¿Y a quién son fieles estos consejeros? En efecto, a Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre. Después de todo, fue Gutiérrez quien los llevó al cargo cuando todavía era el presidente del partido.
Pero hay más. Frente al alud de procesos electorales que ocurrirán el próximo año, la dirigencia nacional del PRI difícilmente querrá abrirse un flanco en el Distrito Federal. Es decir, que no tienen interés en distanciarse con el grupo mayoritario en el PRI DF.
De este modo –y considerando que el presidente que resulte electo antes del 3 de diciembre sólo estará un año en el cargo–, no sería extraño que el CEN del PRI decida entregar el partido a la gente de Gutiérrez de la Torre y ponga a una de sus cercanas –como dique– en la secretaría general.
Es así que cuando llegue el momento de renovar el congreso político, el CEN podría impulsar sus figuras, jugar el contrapeso al grupo de Gutiérrez de la Torre y cuando se elija al próximo dirigente del PRI capitalino –dentro de un año–, entonces sí llevar al cargo a un cercano a la presidencia nacional del tricolor.
El escenario que plantea Adrián Rueda suena probable. La duda sería, ¿permitirá Mauricio López que le arrebaten el control del partido? O quizá más importante, ¿estará dispuesto a entregar el cargo al hombre que se ha dedicado a obstaculizar su desempeño durante más de año y medio?
