El sábado pasado, me desperté con las terribles noticias del ataque de Hamás a civiles inocentes. Hombres, mujeres, niños, ancianos asesinados por terroristas. ¡Cuánto dolor!
Imágenes que no podremos olvidar. Actos que nos dejan sin palabras, nos llenan de dolor, son incomprensibles e injustificables. Si bien es importante poner en el contexto la situación de ocupación de Gaza, ésta no justifica ni explica las atrocidades de Hamás contra inocentes. Hoy, una semana después la situación es aún más violenta y dolorosa.
De la misma forma que el ataque de Hamás a civiles inocentes es injustificable, tampoco puede avalarse la desmedida fuerza de la respuesta de Israel, con un asedio inhumano, atacando a la población civil, violando el derecho internacional, bombardeando hospitales.
¿Cómo es posible pensar que es aceptable dejar a la población civil sin agua, electricidad y comida? La orden de evacuar de Israel es imposible de cumplir. Apenas a unas horas de escribir este texto, la UNRWA Agencia para Refugiados Palestinos de la ONU postes:
“#GAZA No hay electricidad, ni agua, ni combustible. Los suministros de alimentos se están agotando peligrosamente. Los hospitales, abrumados de pacientes, se están quedando sin medicamentos. Barrios residenciales enteros han sido arrasados”.
Y continuan explicando la situación que se vive: “Hogares, escuelas, refugios, centros de salud y lugares civiles están siendo objeto de intensos bombardeos. Las morgues están repletas. Los trabajadores humanitarios están siendo asesinados. #CivilesGazaNoSonObjetivo
Esto no es una defensa legítima de Israel contra los terroristas, son crímenes de guerra. Las cifras de muertos y heridos crecen a ambos lados del conflicto.
NO son números, SON SERES HUMANOS. Cada uno de esos civiles inocentes son hijos, esposas, amigos, hermanas, padres o madres del alguien. ¡Basta de violencia! Los derechos humanos no distinguen de nacionalidades.
El derecho internacional debe ser respetado. ¿Qué podemos hacer? Exigir un cese al fuego, inmediato. No podemos cerrar los ojos y quedarnos callados ante lo que está pasando. El asedio no puede continuar, es necesario que llegue la ayuda humanitaria a Gaza. Los civiles no pueden ser nunca el objetivo. La violencia no es el camino.
Mi solidaridad por todos los civiles que son víctimas de la violencia en ambos lados del conflicto. Los pueblos de Israel y Palestina merecen paz.
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