Rueda de la fortuna, otra táctica electorera de Morena

De la noche a la mañana, el gobierno capitalino anunció que construiría una rueda de la fortuna –de 60 metros–, en la primera sección del Bosque de Chapultepec.

Para muchos resultó sorpresivo que la administración capitalina echara a caminar este proyecto que, dicen, se convertirá en atracción turística y servirá para fomentar la actividad comercial en la zona.

Sin embargo, para otros –que dicen ser vecinos de Chapultepec–, el proyecto es inviable pues ocasionará más tráfico, traerá más basura e incrementará la delincuencia. Además, como ya parece costumbre, estos capitalinos reacios aseguran que el gobierno de la Ciudad de México no les consultó antes de construir la rueda. En consecuencia, algunos se oponen al proyecto y, de la misma forma en que hicieron con el Corredor Cultural Chapultepec, comienzan a movilizarse para echar abajo la nueva ocurrencia del gobierno de Miguel Mancera.

Probablemente tienen razón quienes advierten que la rueda de la fortuna no era un proyecto del gobierno capitalino. Y quizá estén en los cierto los vecinos que advierten que este atractivo turístico atraería más gente; pues ésa es la esencia del turismo. Sin embargo, también es cierto que la autoridad –en tanto electa legítima y democráticamente–, está en el cargo para tomar decisiones y para ejecutar el poder que le confirieron los ciudadanos.

Pero hay más. Todo indica que atrás de los inconformes por la rueda de la fortuna –y de los que antes se negaron al Corredor Chapultepec–, existe una intención política. En su momento se documentó que algunos líderes vecinales que echaron abajo el Corredor Cultural tenían vínculos con Morena. Y ahora, no sería extraño que se repita la historia.

Después de todo, Andrés Manuel López Obrador sabe que el enemigo a vencer rumbo a la elección de 2018 se llama Miguel Ángel Mancera, por eso, como ya hemos dicho en otros momentos, Obrador declaró la guerra a Mancera. Y si no, al tiempo.