TRES AÑOS DESPUÉS…GATOPARDISMO

Si bien cualquier razón es válida para emitir un voto, si verdaderamente queremos cambiar al país, tenemos que ser mejores ciudadanos

Buscando otro archivo, me topé con algo que escribí hace casi tres años, en junio de 2018 titulado “México necesita un cambio, no gatopardismo”. Estábamos también en época electoral.
Si bien el país estaba polarizado, muchos coincidíamos en la necesidad de un cambio. No era cualquier cambio, era fundamental un cambio profundo, no una simulación de cambio o ‘gatopardismo’.
A casi tres años, releyendo el texto, que copio al calce de esta reflexión y confrontándolo con la realidad, me doy cuenta de lo poco que las cosas han cambiado. El haber votado utilizando las vísceras en vez de la cabeza, ha tenido serias consecuencias.
Si bien cualquier razón es válida para emitir un voto, si verdaderamente queremos cambiar al país, tenemos que ser mejores ciudadanos. Como dijo hace dos milenios Marco Tulio Cicerón: “Dentro del carácter del ciudadano reside el bienestar de la nación”.
Si somos honestos, aceptaremos que las cosas no están mejor que hace tres años. La evidencia está ahí ante nuestros ojos, todos los días. Sobran ejemplos. Es indispensable cambiar la mentalidad limitada y revanchista, que tanto daño ha hecho al país. Porque, seamos sinceros, estamos viendo la misma mafia, con otros nombres, la misma impunidad con otros impunes, los mismos problemas agravados y dolorosamente, vemos como los mismos que antes criticaban ciertas conductas, hoy las defienden o aplauden. El prometido cambio, resultó ser gatopardismo.
Este seis de junio, es necesario ver por México, no por un partido. Buscar tener instituciones fuertes e independientes. Ser críticos y congruentes. Hay mucho en juego en estas elecciones como para no votar o desperdiciar el voto. Votemos inteligentemente.  Al igual que dije hace tres años: Tener un diferente diablo en el infierno, no mejora las condiciones dentro del mismo, sigue siendo infierno.
México necesita un cambio, no gatopardismo
Cambio: Acción o transición a un estado diferente. Diferente, que no se parece, ahí está la clave. Un cambio nos impide volver a lo que alguna vez fuimos. No podemos volver a la adolescencia una vez que llegamos a la edad adulta; tampoco un adolescente puede volver a la niñez.
Una vez que alguien realiza un cambio interno, difícilmente puede volver a lo que algún día fue. Es este país que de demento se encuentra tan polarizado, si en algo podemos decir que estamos de acuerdo es en que México necesita un cambio. Necesitamos transitar a un estado diferente, porque la corrupción, violencia e inseguridad resultan insoportables.
Ante el escándalo que se suscitó en redes al conocer los gastos de la senadora Layda Sansores, me sorprendió encontrar en Twitter memes y comentarios que en vez de pedir una investigación u aclaración del asunto; defendían “el derecho a elegir quién los robe”.
Cito algunos: “San ATEO: (@San_ATEO) “Voto por MORENA porque estoy harto de que me robe el PRI y el PAN. Ahora se me da la gana de que me robe AMLO… también tiene derecho”. Tdc: (@tcd10663885) Ahora quiero que me robe amlo cual es tu pedo???” O bien:  Juan Carlos Romero C (@chincolito75) “Muera el PRI no estoy dispuesto a que me sigan robando mi tranquilidad y si de robar se trata prefiero que ahora me robe AMLO”.  
No son tuits aislados hay varios en el mismo sentido. Desconozco si sean bots o personas reales. Lo que me parece preocupante es el pensamiento que se esconde en esos tuits.  No hay un deseo a un cambio sino a seguir en el mismo infierno, pero con diferente diablo.
O en este caso: con los mismos políticos corruptos, misma mafia del poder, mismos negocios chuecos, pero con diferentes nombres.  No es repudiar la violación a las normas, sino cambiar simplemente el nombre del violador. Una tragedia. 
Giovanni di Lampedusa escribió en 1957 una novela fue merecedora de varios premios, entre ellos el Premio Strega. En Il Gattopardo, Lampedusa narra  la historia de la llegada de Garibaldi a Sicilia. El príncipe Fabrizio se indigna al saber que su sobrino Tancredo está del lado de Garibaldi; pero se tranquiliza cuando su sobrino le dice: “Si queremos que todo siga como está, necesitamos que todo cambie”. Esta frase se ha traducido en la política como el “gatopardismo”. 
Por ello, cuando leo estas frases en Twitter, no puedo más que pensar en Lampedusa y sentir que el alma se me encoge. ¿Misma mafia, otros nombres? ¿Misma impunidad, otros los impunes?.¿Vamos a justificar en otros lo que ahora criticamos? ¿Aplaudiremos los actos que hoy reprobamos, sólo por ser de otro partido? ¿Es eso lo que queremos? ¿Lo que México necesita? ¿Es el país en el que queremos vivir?, ¿El que dejaremos a nuestros hijos? ¿En serio? México necesita un cambio, no una simulación. Ésta no cambiará la violencia, pobreza y el dolor que padecen muchos. 
Sí, cada uno es libre de elegir a quien le plazca este 1º de julio y por las razones que les parezcan válidas, aún si éstas son absurdas como “prefiero que me robe otro”. El voto es libre. Sin embargo, los invito a reflexionar si lo que queremos es gatopardismo o un cambio. Cambiar no es fácil, requerirá del esfuerzo de todos, pero es posible.
Un cambio verdadero exige congruencia, esfuerzo y determinación. Fortalecer instituciones, luchar contra la corrupción. Aplicar la justicia a quien la cometa una falta, independientemente de su nombre o partido, si nos parece simpático o aborrecible.  Tener un diferente diablo en el infierno, no mejora las condiciones dentro del mismo, sigue siendo infierno. 
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Buen domingo a todos y gracias por leerme.

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