SOBRE LAS MASACRES

VIZARRETEA-CONSTELACION-POLITICA-SEGUNDO-DEBATE
Foto: La Otra Opinión

Estos eventos de violencia continúan, con diferentes matices, por causas diversas y objetivos disímbolos, que tienen en común la muerte de personas, y que en los últimos dos meses, por mencionar tres situaciones significativas de gran impacto, en tres entidades que han sido objeto constante de batallas entre grupos criminales.

Desde la muerte de elementos policiacos municipales en Coyuca de Benítez, Gro., donde la Familia Michoacana atacó la seguridad de este Municipio guerrerense, previo a la llegada del Huracán Otis, lo que disminuyó el impacto mediático, se manifestó la presencia territorial y control de este grupo delincuencial.

TODO ESTÁ BIEN

El caso de Texcaltitlán, en el Estado de México que tuvo gran impacto por la acción llevada a cabo por sus habitantes, en contra de la delincuencia que cobraba un derecho de piso, que hacía una extracción de recursos económicos abiertamente ilegal y que afectaba la producción de chícharo y otros productos, manteniendo bajo amenaza a muchas comunidades de este Municipio, hasta que los campesinos y productores de la región decidieron enfrentarlos, primero solicitando una disminución de la cuota y luego, al no tener respuesta positiva, la confrontación violenta, la justicia por propia mano y provocando así, la muerte de más de 14 personas, la mayoría de delincuentes y algunos de los productores.

Finalmente, la reciente tragedia de Salvatierra, Gto., cuando un grupo de jóvenes que realizaban un festejo decembrino, fueron atacados por un grupo de personas que, aparentemente fueron expulsados de la fiesta, y que reaccionaron con una violencia inusitada, atacando a los jóvenes que se divertían, sin saber el destino mortal que les esperaba. Desde luego, en estos tres eventos, no hubo elementos de previsión, ni la intervención de autoridades de seguridad que evitaran las tragedias.

Las personas que fueron víctimas de estos grupos de delincuencia organizada, por su número y objetivo de dañarlas, tuvieron respuestas distintas, aunque la matanza, la trágica masacre de personas muertas y heridas, fue un común denominador.

A posteriori se iniciaron las indagaciones y los señalamientos por autoridades políticas, de que se haría todo lo posible para esclarecer los hechos. De que habría justicia para todos y de que no descansarían hasta encontrar los responsables. Un discurso hueco, que ya no convence a nadie y que muestra el estado de indefensión en que se encuentra la sociedad.

GENEROSIDAD CONTRA MISERIA EN ACAPULCO Y COYUCA

En cada caso, la muerte de policías coyuquenses, de los productores de chícharo o de quienes se divertían en su festejo, son síntomas de escaladas de violencia por la delincuencia organizada, de encuentros y desencuentros en donde las muertes aumentan, que inducen pueblos fantasmas, caída de la producción y dolor en las familias.

La autoridad de seguridad y de justicia, al no obtener resultados en estas masacres, conduce a la pérdida de la tranquilidad social, la gobernabilidad y el estado de derecho.
El orden social, político y jurídico tiende a desaparecer. Nadie desea que prevalezca la justicia por propia mano, sin embargo ante una autoridad que ha sido superada por la violencia de la delincuencia, organizada o no, parece que no quedan rutas mejores para ello, la autodefensa está latente y el tigre suelto, anda por las zonas rurales y urbanas del país.

Los tiempos actuales que llevan a guardarse y a buscar la reconciliación social, religiosa y de mejor convivencia parecen no aparecer en el horizonte cercano. Finalmente, el tema de la inseguridad prevalece, el dolor acumulado sigue, no se puede prever el alcance de estos hechos registrados que se suman a otros más en diversas partes del territorio nacional. Difícilmente habrá un borrón y cuenta nueva.

Deseamos que pronto recuperemos la ruta de la tranquilidad, la pacificación, el desarrollo y la seguridad.

En Acapulco y Coyuca siguen, basura, insalubridad, desempleo y delincuencia, deseamos que la fortaleza alcance para ser superada la contingencia del huracán Otis, y que todos los involucrados asuman la responsabilidad que les corresponde.

VOCES EN EL DESIERTO TRÁGICO DE ACAPULCO Y COYUCA

Los tiempos electorales azuzan los abusos y los excesos, incluso la pérdida de brújula para atender el problema general que vive la costa guerrerense.

Deseamos buena mar y mejores tiempos para que pronto estemos en puerto seguro.

Agradecido siempre con todos los que nos permiten esta oportunidad de comunicación, del gran equipo de #LaOtraOpinión y de don #RicardoAleman, les deseo lo mejor en Navidad y el próximo año.