GENEROSIDAD CONTRA MISERIA EN ACAPULCO Y COYUCA

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Foto: La Otra Opinión

La generosidad es dar o compartir con los otros sin esperar nada a cambio. La miseria es la pobreza extrema, no dar ni compartir nada, ser ruin. Después de la tragedia del huracán Otis, que golpeó Acapulco y Coyuca, hace seis semanas, la generosidad y la miseria aparecieron de inmediato.

Fueron generosas las familias que atendieron a los sobrevivientes y a los damnificados. Fue generosa la sociedad civil que de inmediato decidió apoyar la emergencia, con todo lo que estuviera a su alcance, comida y agua.

Fue miserable lo tardío que reaccionó el gobierno, y más miserable fue el retirar la emergencia y no apoyar adecuadamente la organización de la recuperación y reconstrucción.

El apoyo vino de los familiares y amigos de los damnificados, de organizaciones sociales que, ante el bloqueo del gobierno por llegar a las casas directamente rompieron la ruin intención del gobierno de controlar todo, para que nadie mostrara cómo se podrían hacer mejor las cosas.

Los dichos y las acciones del presidente no ayudaron, no ayudan y no ayudarán mucho. La ignorancia y el miedo lo vencieron.

La generosidad cobró vida de muchas maneras, en la fortaleza de los damnificados, en la generosa solidaridad de la cruz roja, en unos taqueros de Chilpancingo y de la Ciudad de México, en un chef español, en restauranteros locales, empresas de radio y televisión, en universitarios y transportistas y en muchos otros que apoyaban la emergencia y después, el ejército y la marina, que reaccionaron con atención médica y medicinas, así como con despensas y agua.

La miseria estuvo del lado de los delincuentes que impulsaron el saqueo y la rapiña, de los paralizados gobernantes que se abstuvieron de estar al frente, con la gente, con quienes necesitaban de los recursos gubernamentales.

VOCES EN EL DESIERTO TRÁGICO DE ACAPULCO Y COYUCA

No hay datos duros disponibles, las condiciones post huracán no lo permiten, dispongo de manera muy subjetiva de lo visto en el sitio. Una mirada crítica acumulada.

Hoy día se observa la difícil situación general, muy parecida a los primeros días después del huracán. A bote pronto, sin duda la energía eléctrica alcanza casi un 60% en general, al igual que las telecomunicaciones, celulares e internet, y el agua. Aún hay colonias sin luz, sin agua y sin comunicación. La movilidad está en un 40%, aún hay sobre avenidas y calles muchos árboles y postes caídos; el transporte público va creciendo con lentitud, aunque ya hay gasolina suficiente; la basura acumulada sigue siendo un gran problema, se requieren más máquinas y carros de volteo para levantarla y llevarla a los tiraderos y celdas finales. Retirar la basura de las colonias, no solo de la Costera o las playas.

La inseguridad aumentó sensiblemente; la salud se ha deteriorado, las enfermedades de la piel, los ojos, la garganta y el estómago han crecido, no hay hospitales para el tratamiento de esas y otras enfermedades; los pacientes dejaron de recibir los tratamientos y sus medicinas.

Las escuelas fueron dañadas, solo funcionan un 15% del total. Y los empleos, que se perdieron casi en su totalidad y que en un 85% consistían en la actividad de la hotelería, restaurantes y servicios terciarios, siguen en espera de la recuperación y la reconstrucción.

La industria de la construcción está muy limitada, es de auto construcción, hasta donde es posible, los servicios de esta industria, así como de la decoración están por los suelos, los costos de los materiales y herramientas subieron hasta un 300% y no hay en existencia, los están llevando bajo pedido de la Ciudad de México o de Cuernavaca.

Hace unos días se empezaron a entregar los apoyos económicos de 8 mil pesos por familia o vivienda y algunos paquetes de enseres domésticos -refrigerador, estufa, ventilador, vajilla para cuatro personas-, sin embargo, dado que el censo sólo alcanzó un registro de menos del 15%, en personas y viviendas, y no se han vuelto a registrar personas ni viviendas en censo alguno, y se les dice que hasta enero, se observa un problema mayor en el corto plazo. Los tiempos de espera para recibir estos apoyos son indignantes, más en y para los adultos mayores.

A PESAR DE TODO, ACAPULCO, COYUCA Y GUERRERO DE PIE

Puesto que en un universo de casi un millón de personas y más de 280 mil viviendas, los apoyos de quienes pagan impuestos serán insuficientes para cubrir la demanda, la felicidad de quienes han sido beneficiados con el apoyo económico y en especie, contrastará con los que falten. Más aún cuando no se aprobó un solo peso para Acapulco y Coyuca en el Presupuesto de Egresos de la Federación de 2024.

La delincuencia, el crimen y la insalubridad habrán de hacer su miserable acción, junto con la negligencia gubernamental, de impedir una recuperación pronta, lo que avizora un panorama incierto en una recuperación a mediano plazo, en al menos dos años.

El agradecimiento de los costeños a quienes los han apoyado es sumamente generoso; también se ha anidado coraje contra quienes han sido miserables, más aún aquellos servidores públicos que poco o nada han hecho para atender y mejorar la tragedia guerrerense.

La tragedia del huracán Otis continúa en emergencia, sigamos apoyando generosamente a Acapulco y Coyuca, dejemos a un lado a los miserables y avancemos.