Siete meses después, el PAN se deslinda de Chapodiputada

En el Itinerario Político del 16 de julio de 2015, exhibimos la relación entre Joaquín, el Chapo, Guzmán y la diputada panista Lucero Sánchez.

En aquella ocasión, documentamos las visitas de Sánchez López al penal del Altiplano, donde el Chapo estuvo recluido poco más de seis meses.

Incluso advertimos que las reuniones entre la panista y el narcotraficante se debían a que la primera esperaba un hijo del segundo y ambos decidirían si el niño nacía en México o en Estados Unidos.

A pesar de la revelación, nadie dijo nada.

Semanas después, otros columnistas expusieron otros acercamientos y otras reuniones entre el Chapo y Lucero Sánchez.

Igual que antes, nadie dijo nada.

Hoy, medio año después, la clase política finalmente despertó de su marasmo.

Tras la tercera captura del Chapo, los políticos entendieron la dimensión del problema y respondieron al hecho.

En una tardía conferencia de prensa, el presidente nacional del PAN –Ricardo Anaya–, anunció una investigación especial para descubrir quién –o quiénes– impulsaron la diputación de Lucero Sánchez.

De igual forma, se destituyó al coordinador de la bancada azul quien habría solapado las relaciones peligrosas de la diputada Lucero Sánchez e incluso estaría vinculado con cercano al Chapo Guzmán.

Tarde reaccionó el panismo, tarde respondió la clase política.

El problema, sin embargo, es que los partidos despertaron en medio del proceso electoral. Y no sobra recordar que el cinco de junio se votará por el nuevo gobernador de Sinaloa. Es decir, que en cuestión de tiempo conoceremos el efecto que tendrá la designación de la diputada Lucero Sánchez en los comicios de junio.