“Si hay una sola lección que nos enseña la vida, es que desearlo no lo hace realidad” ― Lev Grossman, The Magicians.
En inglés existe la expresión “reality check”, que podríamos traducir como “verificación de la realidad” que se utiliza para expresar la necesidad de reconocer la realidad en una situación, específicamente las dificultades que implica algo que deseamos lograr.
Las cosas son como son, no como queremos que sean. Es tan lógico, sensato, e infalible, que debería ser piedra angular en nuestra conducta. Sin embargo, con frecuencia me veo a mi misma y a gente a mi alrededor en pleito con la realidad, o dicho en otras palabras, sin poder aceptar lo que sucede a nuestro alrededor ni las consecuencias lógicas de nuestras elecciones.
La realidad no se cambia por decreto o por mucho que así lo deseemos. Las cosas son como son. No es un tema personal, ni el universo configura en nuestra contra. Este pleito, absurdo para todos menos para quien lo vive, ocasiona que nos tropecemos con la misma piedra nuevamente, o, peor aún, que nos metamos en peores problemas de los que ya estábamos.
Ante una situación difícil podemos reaccionar de diferentes maneras: minimizando los problemas, negándolos o buscando a personas que piensen como nosotros para confirmen nuestra visión de la realidad. Tratamos de huir de lo que no nos gusta en vez de afrontar los problemas. Negar la realidad no la cambia.
Por mucho que neguemos o minimicemos un problema, éste seguirá ahí, y seguirá empeorando hasta que no decidamos afrontarlo. De alguna manera, es como entrar en una vida paralela en la cual nuestra percepción de lo que sucede no es congruente con lo que está pasando. Por supuesto que esta vida paralela no encaja con lo que otros ven y lo que la realidad muestra.
Ejemplos sobran. Sin duda Donald Trump recibió una gran cantidad de votos, pero Joe Biden recibió millones más. Es un hecho indiscutible. Reality check: ningún conteo va a cambiar millones de votos. Ninguno. El todavía presidente de los Estados Unidos, puede alegar que hubo fraude sin pruebas y asegurar que él fue quien ganó, pero los votos para Biden están ahí. Su pleito con la realidad únicamente fomenta la división y pone en peligro a los norteamericanos y mina su sistema democrático.
Mis vecinos son otro buen ejemplo. Construyeron obras sin permiso alguno violando varias leyes. En vez de poner solución al problema conforme lo que manda la ley, buscan abogados que les dicen lo que quieren oír en vez de soluciones reales. Su actitud poco realista (y ética) los ha metido en un problema mayor del que tenían en un inicio.
Estamos en medio de una crisis sanitaria y económica. Llevamos muchos meses tratando de ajustarnos de la mejor manera posible. Sin embargo, todavía hay quienes alegan que el Covid no existe, que no hay pandemia sino “plandemia”. Cada uno tiene derecho a opinar o creer lo que quiera, pero son tiempos de escuchar a la ciencia y dejar las teorías de la conspiración para otro momento. Reality check: mas de cien mil muertos en nuestro país. Sí esta cifra no nos obliga a cuidarnos y cuidar de los demás, y creer en la ciencia, no sé qué lo hará.
Afrontar la realidad nos permite sentirnos mejor con nosotros mismos. Reconocer el error o la situación en la que nos encontramos permite buscar soluciones y cambios. Paso indispensable para cambiar o mejorar una la situación. Lo mismo sucede con los fenómenos sociales. No pueden cambiar si no los aceptamos, medimos y conocemos.
Solamente reconociendo y actuando en consecuencia, podremos cambiar la pobreza, violencia contra las mujeres, corrupción, etc. El presidente puede tener otros datos, pero lo cierto es que los grandes flagelos de México siguen aquí y no han mejorado.
Si así lo elegimos, podemos vivir en pleito con la realidad durante años, aunque en el fondo sabemos y no queremos aceptar que somos responsables de nuestra situación. Cuesta trabajo aceptar la realidad; sin embargo, ¿qué clase de vida puedes tener si tú mismo te engañas?
Buen domingo a todos
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