Presentan a PRI joven en un evento viejo

Resulta curioso que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) pretenda mostrar un rostro más joven y que en sus prácticas apele a sus ceremonias más añejas.

Como seguramente sabe, este martes, Enrique Ochoa Reza se convirtió en el nuevo presidente nacional del PRI.

En el evento no estuvo presente Manlio Fabio Beltrones pero sí estuvieron algunos exdirigentes como Roberto Madrazo y María de los Ángeles Moreno.

Pero más allá de la forma, vale la pena centrarse en el fondo. Es decir, en los mensajes que envió Ochoa Reza durante su discurso inaugural. Por ejemplo:

Beltrones: Ochoa inició su discurso diciendo que reconoce “la destacada trayectoria política y el liderazgo ejercido por Manlio Fabio Beltrones”.

En entrevista para La Otra Opinión, el Doctor Rogelio Hernández Rodríguez –profesor investigador del Colegio de México–, explicó que este guiño hacia Beltrones fue mera cortesía política. Además, justificó la ausencia del exdirigente diciendo que el sonorense se tomó un descanso político y al no estar presente, ayudó a que Ochoa sea mejor recibido por el viejo priismo que, hasta ahora, no ha visto con buenos ojos su designación.

Confianza: En su mensaje, Ochoa dijo: “Debemos recuperar la confianza en nosotros mismos y la confianza de la sociedad en nuestro partido político”.

Para el Doctor Hernández Rodríguez, la recuperación de confianza es una de las tareas más grandes del nuevo dirigente. Ya hacia la militancia –que duda de las credenciales de Ochoa–, ya hacia los ciudadanos que han terminado desencantados con el desempeño de los gobernantes y la selección de candidatos.

Juventud: Ochoa señaló: “La juventud no es un tema de edades, la juventud es un tema de actitud, en la juventud caben todas las generaciones”.

En opinión del Doctor Rogelio Hernández, ésta fue la mayor contradicción del nuevo dirigente del PRI. Y es que mientras se presenta como un perfil joven, es ungido en las viejas prácticas del priismo rancio. Es decir, en medio del acarreo, con el respaldo de las confederaciones tradicionales del PRI y sin una elección interna real.

Autocrítica: “No debemos renunciar a la esperanza, ni diluir nuestra responsabilidad […] no podemos ignorar el problema, no podemos culparnos entre nosotros mismos y caer en el desánimo. Así como estamos orgullosos de nuestras aportaciones a la transformación de México, al mismo tiempo somos conscientes de nuestros errores”.

El Doctor Hernández Rodríguez estuvo de acuerdo en que la autocrítica resulta esencial. Sin embargo, también advirtió que no basta con cuestionar los malos candidatos y los gobiernos reprobados, es necesario tomar acciones y sancionar.

No basta con que el PRI reflexione, para el experto, el partido está obligado a corregir lo que hace mal, no hacia dentro sino frente a los ciudadanos y ante las instituciones del Estado.

Corrupción: Ochoa reconoció: “cuando uno de nuestros militantes le falla a la sociedad y se corrompe, nos lastima a todos […] Tenemos que ser un Partido que señale la corrupción de los gobiernos emanados de nuestras filas, que exija su fiscalización, incluso su destitución […] Vigilaremos a los otros partidos por igual”.

Para Rogelio Hernández, el señalamiento de Ochoa es adecuado pero llega tarde. Si, por ejemplo, este llamado se hubiera escuchado hace un año –antes de la elección del 5 de junio–, probablemente el resultado de la elección de Veracruz sería distinto. En los hechos, dijo el académico, los priistas parecen no estar dispuestos a corregir los errores; la mayoría se limita a hablar de las fallas pero no se dan por aludidos y no actúan en consecuencia.

El cierre: Finalmente, Ochoa Reza terminó su discurso discurso diciendo: “Les pido una oportunidad. Permítanme ganarme su confianza. Este es el PRI que quiero y al que los invito a trabajar conmigo”.

Al respecto, el Doctor Rogelio Hernández dejó ver que con este cierre, Ochoa demuestra dos cosas:

La primera, que sabe que no tiene la confianza de muchos en el partido.

La segunda, que desconoce al PRI. Pues al rodearse de confederaciones y sindicatos ignora a los verdaderos liderazgos del partido: los que están en los estados y municipios, y que realmente ayudan a ganar elecciones.

Por lo anterior, el especialista dijo que Ochoa tiene un gran pendiente: probar que tiene la capacidad para hacer lo que le encomendaron pues, si no lo consigue en el corto plazo, difícilmente podrá conducir al partido.