¿Por qué nos torturas así Andrés?

Aunque pierda en las próximas elecciones, Andrés Manuel López Obrador no se va a ir a “La Chingada”. No sólo porque —de acuerdo con su declaración 3 de 3— ya heredó esa famosa propiedad a sus hijos, sino porque el tabasqueño descarta retirarse de la política si no lo favorecen los votos en elección presidencial de 2018, en la que irá—por tercera ocasión—como candidato.

Durante la gira que  realizó este fin de semana por Tamaulipas, el líder de Morena se dio tiempo para calificar a sus homólogos del PRI y del PAN, Enrique Ochoa Reza y Ricardo Anaya, respectivamente, como “aprendices de mafiosos”. Asimismo despreció la posibilidad de un debate con ellos en torno al tema de la corrupción.

El señor López Obrador también afirmó que el próximo gobierno panista de Tamaulipas —que estará a cargo del panista Francisco García Cabeza de Vaca— será “más de lo mismo”, en referencia al gobierno saliente del priista Egidio Torre Cantú.

Además, afirmó que si no gana en 2018, seguirá luchando por sus ideales “hasta la muerte”, por lo que aparentemente, la ciudadanía verá “más de lo mismo” que ofrece López Obrador desde hace 10 años.

Y ahora, ¿Será que López Obrador quiere convertirse en el Matusalén de la política y de las elecciones presidenciales?; Si pierde en 2018, ¿Se atreverá a presentarse una cuarta candidatura a Los Pinos de cara a 2024?

Cabe recordar que en 2012 el tabasqueño declaró que si perdía las elecciones se iría a “La Chingada” —la quinta en Chiapas que le heredaron su padres—, pues ya se encontraba “muy cansado”. Sin embargo,tras su derrota renovó bríos, fundó Morena y ya se apunta para 2018.

Entonces, ¿Habrá que seguir soportando spots con frases coloquiales como “frijol con gorgojo”, “no lo tiene ni Obama” o “rebelión en la granja”?

¿Seguirá el tabasqueño enarbolando la bandera de la transparencia pero ocultando de qué vive? ¿Continuará retando a “la mafia del poder y al mismo tiempo rehuyendo al debate? ¿Seguirán las muestras de intolerancia? ¿Habrá López Obrador para rato? ¿O será el hartazgo de la ciudadanía y el desgaste del mismo discurso lo que pondrá fin a su carrera política?