Por primera vez habrá equilibrio en el Congreso de la CDMX

Morena perdió la mayoría absoluta que tenía en el Congreso de la CDMX y con se tendrá que esmerar a tener un diálogo con la oposición

Congreso de la CDMX
Foto: El Economista

Por primera vez en su historia, la capital de la República tendrá un Poder Legislativo con equilibrio de fuerzas, como consecuencia del derrumbe electoral de Morena. El Congreso de la CDMX estará equilibrado. 

Desde la creación de la Asamblea de Representantes del Distrito Federal, en 1988, el órgano de deliberación, que fue adquiriendo mayores facultades al paso de los años, siempre estuvo absolutamente dominado por una fuerza política.

De 1988 a 1997, la ARDF estuvo plenamente dominada por el PRI, partido que también tenía el gobierno central y el de las 16 delegaciones (ahora alcaldías), pues a esos cargos se llegaba por designación presidencial.

A partir de 1997 la ARDF se convirtió en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (C). Desde ese año y hasta el 2015, el órgano legislativo local estuvo plenamente dominado por el PRD. 

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Desde el 2015 y hasta la fecha, Morena es el partido dominante dentro del órgano legislativo que, a partir del 17 de septiembre del 2018, se convirtió en el Congreso de la Ciudad de México.

Actualmente Morena por sí solo tiene la mayoría absoluta, con 34 de 66 diputados locales. El resto está disperso entre panistas, petistas, verdes, pesistas y dos independientes.

¿Qué va a pasar entonces?

Esta situación cambiará a partir de que entre en funciones la nueva legislatura, toda vez que en las elecciones del pasado lunes, Morena y sus aliados solo ganaron 19 de las 33 diputaciones de mayoría en disputa, mientras que las 14 restantes las ganó la oposición. 

Este resultado se reflejará necesariamente en la repartición de las 33 diputaciones plurinominales, por lo que de ninguna forma Morena tendrá la mayoría absoluta que tiene ahora y mucho menos la calificada.

El equilibrio de fuerzas que por primera vez llegó al órgano legislativo capitalino obligará a la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, a negociar con la oposición para sacar adelante su proyecto de presupuesto durante el resto de su mandato y las reformas legales que pretenda proponer.

En lo que queda de su mandato, Sheinbaum tendrá que batallar en contra de una mayoría de alcaldías gobernadas por la oposición y un congreso del cual perderá el control.