¿Papa secuestrado o arzobispado resentido?

El semanario Desde la Fe –que edita la Arquidiócesis de México– señaló en su editorial que, durante su visita a México, el Papa Francisco fue secuestrado por el exagerado control de seguridad.

Además, la publicación aseguró que el Sumo Pontífice no hubiera estado de acuerdo con los cierres de calles, de avenidas y la suspensión parcial del servicio de transporte público en las sedes donde Francisco encabezó actos públicos.

La publicación –a cargo del Cardenal Norberto Rivera– también cuestionó la logística del evento y agregó que la desorganización provocó tensión en distintos aspectos.

Sin embargo, dicen los enterados que el texto estaría más cerca del berrinche que de la crítica a la organización de la visita papal. Y es que, como todo el mundo pudo constatar, el arzobispado no sirvió de anfitrión durante la visita de Jorge Mario Bergoglio al país. En realidad, esta visita confirmó el secreto a voces: el cardenal Norberto Rivera Carrera no tiene la mejor relación con el Vaticano.

Basta recordar los desacuerdos en el armado de la agenda papal. A finales de diciembre, las autoridades vaticanas rechazaron que el Papa encabezara un evento masivo en el Auditorio Nacional, tal como propuso el Espiscopado Mexicano.

Además, cabe agregar que cuando Francisco aceptó que vendría al país, las autoridades vaticanas pidieron discreción; incluso se dijo que el Papa sería quien confirmara la visita. No obstante, se sabe que el Cardenal Rivera habría ignorado la solicitud directa y en la primera oportunidad que tuvo, confirmó –en la Basílica de Guadalupe– que el Sumo Pontífice vendría a México.

Por eso, crecen los rumores de que el cardenal estaría molesto con el Estado mexicano y con el Vaticano; prueba de ello sería el editorial al que se hace referencia en estas líneas.

Después de todo, Rivera Carrera pasó prácticamente desapercibido y tuvo mínima participación en los eventos papales, porque –dicen los enterados– sus días como autoridad eclesiástica estarían contados.

Por cierto, durante el rezo del Ángelus este domingo, el Papa Francisco lamentó que el pueblo mexicano sea un pueblo oprimido, despreciado y violado en su dignidad. Y entonces preguntamos, si el Papa estuvo secuestrado, ¿cómo es que llegó a estas conclusiones? Si el Papa fue obstaculizado por un operativo de seguridad exagerado, ¿cómo hizo para darse cuenta de estos asuntos? ¿acaso no vio la opresión, las violaciones y los desprecios con sus propios ojos? ¿sugiere la Arquidiócesis que el Papa miente?

No sobra recordar las palabras del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong; quien a finales de la semana pasada aseguró que el Pontífice se movió como quiso, en donde quiso y dijo lo que quiso. Por eso insistimos, ¿realmente vimos a un Papa secuestrado o será que estamos ante una jerarquía católica resentida?