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Las secuelas de Ayotzinapa

En días se cumplirá un año de la masacre de Iguala. Un hecho doloroso, reprobable, que además retrató de cuerpo entero a una clase política podrida hasta la entraña.

Sin embargo, esta tragedia social también se convirtió en pretexto para todo tipo de actos vandálicos. Éstas son algunas de las secuelas de Ayotzinapa:

De acuerdo con el periódico La Razón —luego de un año de movilizaciones violentas por la desaparición de los 43 normalistas—, los estudiantes de la Normal Isidro Burgos mantienen retenidos 22 vehículos.

Entre los vehículos secuestrados destacan cuatro autobuses de pasajeros, camiones repartidores de refrescos, golosinas y pan; así como automóviles de dependencias de gobierno.

Junto con los camiones, siempre de acuerdo con el diario, también se encuentran miles de pesos en mercancía robada.

A su vez, La Razón publicó que los normalistas instalaron un deshuesadero clandestino donde guardan los camiones robados y algunos son destartalados y vendidos por partes.

Los vecinos del municipio de Tixtla —donde se encuentra la Normal—, también denunciaron que los precios de las mercancías básicas han aumentado a causa de los robos a repartidores; que las ventas en los negocios del lugar se han ido al piso; que los servicios de salud no operan pues, en una marcha, los normalistas incendiaron la ambulancia del lugar y que incluso se sabe de amenazas en contra de empresas que intentan instalar antenas u hacer uso de terrenos en la localidad.

Por otro lado, ayer, el periódico Excélsior publicó una entrevista con José Luis Hernández Rivera, director de la normal de Ayotzinapa, quien adelantó que se jubilará antes del próximo 15 de diciembre.

Sobra decir que Hernández Rivera dejaría la normal luego de un año sin clases y prácticamente en ruinas.

ABOGADOS MEXICANOS, ¿ABOGADOS PATITO?

Con alguna frecuencia, la prensa nacional –e internacional– exhibe a los abogados rufianes.

En ciertos casos se trata de vividores de la tragedia que buscan los reflectores y abandonan a sus clientes cuando las cámaras se apagan.

También se sabe de “licenciados” que prometen el sol, la luna y las estrellas pero que, luego de cobrar un anticipo, desaparecen de la faz de la tierra.

Y hay, desde luego, abogados que simplemente no tienen idea de lo que hacen, de cómo lo hacen y de por qué lo hacen.

Por todo esto, aquí hemos cuestionado con severidad a los abogados patito; a esos que se sirven del derecho en vez de usarlo para servir a terceros.

Coincidentemente, el periódico El País reveló que de los mil 600 cursos de derecho que se ofertan en México, sólo 300 están acreditados. Es decir, que cuatro de cada cinco carreras de derecho son piratas.

¿Esto qué significa?

Poca cosa, que los alumnos de cuatro de cada cinco escuelas de derecho no reciben una formación que cumpla con los mínimos de calidad. En consecuencia, son abogados patito.

De acuerdo con el Consejo Nacional para la Acreditación de la Educación Superior en Derecho en el país existen 321 mil abogados. No obstante, según estimaciones, sólo uno de cinco tendría el respaldo de una institución certificada. El resto –unos 260 mil–, vendrían de escuelas improvisadas.

Con estos datos en mente, ¿alguien se sorprende de las corruptelas, de la ineficacia y de la absurda burocracia que distinguen al sistema de impartición de justicia mexicano?

 

ASUNTOS DE FAMILIA

A propósito de la tragedia de Iguala –en la que 43 estudiantes fueron secuestrados, asesinados y calcinados–, mucho se habla de José Luis Abarca, el entonces alcalde del lugar. Sobre el edil han corrido ríos de tinta; que si lo impuso Obrador, que si operaba para el cártel Guerreros Unidos, que si lo hacía para “Los Rojos”, que si pretendía ser gobernador, que si, que si, que si…

Lo cierto es que en esta historia, pocos se refieren de María de los Ángeles Pineda, la primera dama de Iguala.

Por eso, a días de que se cumpla el primer aniversario de la desaparición de los 43 normalistas, reproducimos este texto de Jan Martínez Ahrens, que aparece publicado en El País.

Asuntos de familia

Por Jan Martínez Ahrens

Salomón Pineda Bermúdez y Leonor Villa Ortuño llegaron a vivir días felices. El matrimonio mexicano se dedicó a la venta de droga y a tener hijos. Julio Guadalupe, Alberto, Mario, Salomón y María de los Ángeles. Así se llamaron sus vástagos. Los primeros en despuntar fueron Alberto y Mario.

Ambos empezaron con el menudeo de droga en Guerrero, pero pronto pasaron a mayores. Dando el salto a Colombia, mostraron su habilidad para la importación. Nada masivo. Pero un incidente les llevó a aguas profundas. Alberto, por una deuda, fue secuestrado en Colombia. Su hermano pidió ayuda al todopoderoso cártel de Sinaloa. La mediación surtió efecto e hizo que los grandes capos se fijasen en ellos. Les ofrecieron ampliar la organización en Guerrero, un territorio en disputa con Los Zetas y la mesiánica Familia Michoacana. Alberto y Mario aceptaron y quedaron a las órdenes del legendario Arturo Beltrán Leyva, el Jefe de Jefes. Su desempeño fue brillante. Ampliaron las rutas de entrada, y formaron una brutal cohorte de sicarios, Los Pelones. Eran tiempos prósperos. La familia participaba en el crimen. El dinero corría a raudales y la hermanita lo guardaba en cajas de cartón. Pero las tinieblas andaban cerca.

Alberto y Mario, ebrios de poder, se alejaron del Jefe de Jefes. El 11 de septiembre de 2009, Alberto fue calcinado vivo. Dos días después, Mario recibió 17 balazos. Entretanto, Julio Guadalupe fue liquidado por la Familia Michoacana, y los progenitores, con Salomón, cayeron apresados por narcotráfico. Sólo María de los Ángeles, casada con un vendedor de sandalias, quedó libre.

Todo parecía perdido. Pero el tiempo devolvió algunas cosas a su sitio. Murió a tiros el Jefe de Jefes, y Los Pelones emergieron reconvertidos en Guerreros Unidos. Salomón salió de la cárcel y se integró en el nuevo cártel. Y la hermana vio ascender con el dinero del crimen a su marido hasta la alcaldía de Iguala. Así estaban las cosas cuando la tarde del 26 de septiembre de 2014 un centenar de estudiantes de magisterio entraron en la ciudad. Pero esa es otra historia. O no.

Tomado de El País

Las Dudas sobre el Informe del GIEI

Aunque muchos dieron por cierto –a ciegas– el informe hecho y publicado por el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes sobre el caso Iguala, no han sido pocas las voces que cuestionan y ponen en entredicho las conclusiones y hasta la seriedad del trabajo de los “expertos”.

A continuación, La Otra Opinión comparte algunas de las opiniones en este sentido.

El Universal

Ricardo Alemán

Los 43: el rentable negocio de la muerte

23 de septiembre de 2015

Resulta no sólo vergonzoso, sino de náusea, que el secuestro y muerte de los 43 normalistas de Ayotzinapa se haya convertido en grosero negocio para políticos inescrupulosos que convierten en votos el dolor y la muerte; negocio de pingües bonos económicos para dizque “expertos” de la CIDH y supuestos “científicos” argentinos que reclaman su tajada; negocio para vividores de depredadoras ONG y hasta negocio turístico global para padres de los normalistas.

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Los 43 y las 100 preguntas

20 de septiembre de 2015

A un año, son más dudas que respuestas sobre la tragedia de normalistas. Por eso 100 preguntas.

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Los 43, AMLO y el narco

15 de septiembre de 2015

De los cientos de preguntas que no respondió el grupo de expertos de la CIDH, tres son clave en la desaparición y muerte de los normalistas.

1.— ¿Quién impuso a los Abarca en la alcaldía de Iguala.

2.— ¿Nadie detectó vínculos entre el PRD, Morena y el narco?

3.— ¿Nadie investigó al rector de la Normal de Ayotzinapa y a líderes por presuntos vínculos con el crimen organizado?

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Los 43; ¿los mataron por narcos?

14 de septiembre de 2014

El 7 de octubre de 2014 —10 días después del crimen de Iguala—, en el Itinerario Político deslizamos la hipótesis de que algunos líderes de los normalistas estarían vinculados con bandas del narcotráfico. Por eso habrían masacrado a los estudiantes.

La hipótesis provocó que nos lincharan. Hoy, gracias al “Informe” de “expertos” de la CIDH, la versión podría ser probada por la autoridad federal: entre los normalistas había narcos.

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Ilegal y hasta delictivo el informe de ‘expertos’

9 de septiembre de 2015

(…) Se debe aclarar que todo peritaje es un dictamen que se sustenta en consideraciones y conclusiones. Y si el peritaje no se ajusta a reglas legales y principios internacionales, sus consideraciones y conclusiones son irrelevantes.

Además, todo dictamen pericial —independientemente de su naturaleza o materia—, no se sustenta ni se puede sustentar en la prueba testimonial o en declaraciones. La testimonial —por su propia naturaleza jurídica—, no es congruente con la pericia, la ciencia o la técnica a que está sujeta toda prueba pericial.

Y viene a cuento porque en el “informe” de “expertos” y/o “peritos” “independientes” del GIEI, más del 90 por ciento de las valoraciones son producto de entrevistas a testigos, de especulaciones, interpretación de hechos, recortes de prensa, supuestos, creencias y hasta rumores. ¿Y eso qué significa?

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Informe “engañabobos” de “expertos” en mentir

8 de septiembre de 2015

Resulta difícil creer que Emilio Álvarez Icaza, secretario ejecutivo de la CIDH, pudiera avalar el informe del “grupo de expertos” que durante seis meses y luego de un millón de dólares, presentó sobre la desaparición de los 43 normalistas.

Claro, a menos que Álvarez Icaza pretenda cobrar facturas porque en México le cerraron el paso a la presidencia de la CNDH.

En todo caso —y más allá de la evidente parcialidad legal, política y científica de los dizque “expertos”—, llama la atención la candidez y la poca capacidad de respuesta del gobierno federal, que dejó que el juicio mediático y el circo en redes sociales aplastaran la verdad legal del crimen contra los 43 y que, por ejemplo, sustenta el proceso penal que se sigue contra más de cien presuntos responsables que están en prisión.

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Héctor de Mauleón

Innsbruck VS el GIEI

17 de septiembre de 2015

Tras una semana de golpeteo intenso, en el que se dijo que el informe de Torero derribaba “ante los ojos del mundo” la supuesta “verdad histórica” del ex procurador Murillo Karam, la PGR autorizó al doctor Enelio Torres-García, uno de los expertos del Instituto Mexicano del Petróleo que habían participado en el peritaje oficial, a presentar su propia versión ante los medios. (…)

La PGR le levantó de pronto la prohibición. El reportero Rubén Mosso llegó hasta el doctor y logró entrevistarlo. Torres-García, premio nacional de la Academia de Ciencias de Cuba y experto en procesos térmicos, le dijo que el informe de Torero tenía “desatenciones” y que si fuese un artículo científico… sería rechazado por cualquier revista especializada.

El experto sostuvo que Torero había cometido un error fatal al hacer sus cálculos, porque la noche del 26 al 27 de septiembre la dirección del viento no fue de sureste a noroeste, como afirma el perito peruano, sino de “3.2 kilómetros en dirección noreste” (hay que recordar que Torero sostuvo que la pira habría provocado un incendio forestal en Cocula).

Luego de checar “la topografía, la geografía local y la factibilidad de los eventos térmicos que se pueden generar cuando quemas o combustionas algún tipo de residuo material en cuerpos humanos”, Torres-García concluyó que sí era factible que un incendio de magnitud hubiera ocurrido en Cocula.

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¿De veras se cayó la verdad histórica?

10 de septiembre de 2015

(…) “El GIEI se ha formado la convicción de que los muchachos no fueron incinerados en el basurero de Cocula”, concluyó uno de los integrantes del grupo.

Fue el acabose. Las redes empezaron a sonar como un panal de abejas enfurecidas: Peña había mentido a la nación; la ciencia vencía con argumentos la “verdad histórica” del ex procurador Jesús Murillo Karam; el GIEI había derrumbado las infames mentiras de la PGR: no existían señales de “daños térmicos”; no había indicio alguno de que un incendio de esa magnitud hubiera ocurrido en el basurero.

El hecho de que en la conferencia se señalara varias veces que el doctor Torero había hecho “cálculos” y “estimaciones” no restó contundencia, ni a las afirmaciones de los expertos, ni a las manifestaciones de cólera que surcaron las redes. Esa indignación se sostenía, sin embargo, en la parte más frágil de la investigación del GIEI: hoy se sabe que el doctor Torero visitó el basurero sólo unos minutos, diez meses después de la noche de los hechos, y no recogió en el lugar ningún tipo de material que ayudara a sustentar sus conclusiones. Se limitó a pensar en lo que “no pudo ocurrir”.

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Excélsior

Pascal Beltrán del Río

Verdad Ideológica

14 de septiembre de 2015

Si hay una “verdad” sobre los hechos de hace un año en Iguala que resulta más persistente que la “verdad histórica” defendida por el exprocurador Jesús Murillo Karam es la que debemos llamar verdad ideológica (…)

Esa “verdad” no requería de evidencias. Para quienes la han propalado, es un hecho que los normalistas de Ayotzinapa fueron atacados por miembros del Ejército —mandados por un ente que ellos llaman “el Estado”— de la misma forma artera en que fue reprimido el movimiento estudiantil de 1968, y 43 de ellos fueron desaparecidos como lo hicieron los propios soldados con guerrilleros y sus presuntos y reales simpatizantes durante la Guerra Sucia.

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¿Fue el estado?

9 de septiembre de 2015

A reserva de que se dilucide si la PGR se equivocó, mintió o acertó en su conclusión de que los normalistas de Ayotzinapa fueron asesinados y calcinados en el basurero de Cocula, hay una coincidencia importante entre el informe del GIEI de la CIDH y la investigación de la Procuraduría.

Ambas instancias centran la responsabilidad de los hechos en dos corporaciones policiacas –las de Iguala y de Cocula– que trabajaban al servicio de un cártel de la delincuencia organizada, los Guerreros Unidos, de la que formaba parte el propio alcalde de la primera localidad, José Luis Abarca.

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Jorge Fernández Menéndez

Contra la amnesia: los Abarca

10 de septiembre de 2015

El trabajo del comité de expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha dejado algunas certidumbres, muchas especulaciones y generado contradicciones, como la de lo ocurrido en el basurero de Cocula. Pero más allá de eso, parece haber producido amnesia en varios actores sobre la verdadera historia de los hechos de Iguala y sobre sus principales protagonistas: el presidente municipal José Luis Abarca y su esposa, María de los Ángeles Pineda; los grupos criminales Guerreros Unidos y Los Rojos; las relaciones de esos grupos con el gobierno de Ángel Aguirre Rivero; la participación de dirigentes del PRD y Morena, y detrás de todos ellos la producción de mariguana y goma de opio en la zona.

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Iguala: los expertos especulan

8 de septiembre de 2015

El grupo de expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que estuvieron investigando el caso Iguala han llegado a una serie de conclusiones que lo único que demuestran es que su indagatoria no pasa más allá de lo que ha dicho cualquier investigación periodística y es igual de poco concluyente.

El punto más destacado es que, según José Torero, un experto peruano que trabaja en una universidad de Australia, los cuerpos no pudieron ser incinerados en el basurero de Cocula porque se necesitaría mucho más material y más horas para poder hacerlo. Los de la CIDH hacen suyo el peritaje de Torero, pero al hacerlo desechan los realizados por la PGR y los de expertos mundiales reconocidos como John De Haan, Elayne Juniper Popeo Guillermo Rein, que han declarado que la incineración de los cuerpos sí era posible en ese lugar y en esas condiciones. Pero además, desconocen de un plumazo una parte clave de la investigación: las declaraciones ministeriales de los detenidos que reconocieron que ellos mataron a los jóvenes, incineraron los cuerpos y luego arrojaron los restos al río en bolsas negras de basura. Es una investigación en la que se cuentan 487 informes periciales, 386 declaraciones, hay cerca de 120 detenidos, 95 teléfonos móviles investigados y 14 registros, así como restos óseos que fueron recuperados en una bolsa en el río Cocula y que fueron enviados al laboratorio austriaco de Innsbruck donde, por lo menos, un fragmento se identificó, a través de pruebas genéticas, como correspondiente a uno de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa. Desechar todo eso a partir de un peritaje de alguien que no ha estado siquiera en el lugar de los hechos es una irresponsabilidad. No se cuestiona el grupo de expertos el porqué los jóvenes fueron a Iguala esa noche.

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La Razón

Rubén Cortés

UNAM y el profe Torero: ¿quién tiene la razón?

Torero concluyó que en el basurero sólo hay focos de fuego pequeños que se pueden remontar a un tiempo imposible de determinar (…) Mientras, la conclusión de la PGR se basa en el trabajo de más de 100 peritos, en las confesiones de los sicarios detenidos y en estudios del Instituto de Biología de la UNAM, avalados por los forenses del Imperial College en Londres y la Oficina Forense de Norfolk, Estados Unidos.

¿Fueron comprados los más de 100 peritos, los sicarios, la UNAM, el Imperial College de Londres, la Oficina Forense de Norfolk…? ¿Se vendieron todos al gobierno mexicano? Claro que no. ¿Entonces por qué no les cree el sector que insiste en que los normalistas están vivos?

Por eso: porque ya es un asunto de dogma, como el Dios que en las religiones monoteístas plantea que “si crees en mí, soy el único”. En el caso Iguala sucede igual, por lo cual la opinión pública se ha modulado definitivamente y eso no va a cambiar nunca.

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El Financiero

Pablo Hiriart

Cocula, conclusión a  ojo de buen cubero

11 de septiembre de 2015

Lo expresado por el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) ha sido tomado en redes sociales y por analistas políticos como si fuera La Biblia. Se nota que no lo han leído. De haberlo hecho tendrían que admitir que no fue el Estado, sino el narco. Pero hoy el punto es otro. El Informe de 560 páginas https://drive.google.com/file/d/0B1ChdondilaHd29zWTMzeVMzNzA/view basa su rechazo a la verdad legal en el dicho del perito peruano José Luis Torero –que no se apoya en ninguna investigación científica– para concluir que los normalistas no fueron calcinados en Cocula.

Estuvo 20 minutos en el lugar de los hechos, tomó fotos del basurero, se fue y concluyó, sin apoyo en peritajes ni metodología explícita, que era imposible quemar 43 cuerpos como se asentó en el informe de la PGR.

Por respeto a las víctimas y al dolor que su infortunio ha causado en el país, debería llamarse a cuentas al GIEI para que sus integrantes expliquen por qué le dan validez total a un trabajo chabacano, realizado a ojo de buen cubero.

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 Gil Gamés

Certeza moderada

18 de septiembre de 2015

En la feria de la incredulidad mexicana, Gamés oyó las primeras dudas: dos resultados no son todos los resultados; los otros cuerpos pudieron ser incinerados en otro lugar; quizás llevaron los restos a Cocula después de haberlos quemado lejos del basurero; tal vez todo es parte del montaje de Murillo Karam y la verdad histórica. Efectivamente, la incredulidad desaforada lleva a la locura: ¿quién soy yo? Nadie está seguro de que usted sea usted, ¿estamos?

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Creer

8 de septiembre de 2015

Gil no quiere ponerse pesado, pero los expertos independientes han logrado con muy poco una respuesta descomunal. La razón quizá estriba en que la investigación induce a concluir que el informe oficial de Murillo Karam ha construido interesadamente un montaje, una gran mentira. Quienes desde hace un año querían escuchar que “la verdad histórica” era un “patraña histórica”, al fin oyen esa música negra y no son, por cierto, solamente los padres sino el movimiento de oportunistas que ha tomado esa bandera. Ah, Gilga ya oye a lo lejos a la banda con sus estandartes y sus matracas: neoliberal infame, reaccionario de poca monta, integrante de la mafia en el poder, hirsuto.

Por cierto y cierta, especialistas de prestigio como el ingeniero español Guillermo Rein, con tantas medallas académicas que tapizarían esta página del fondo, y la doctora estadounidense Elayne Juniper Pope, con maestrías y doctorados de donde usted quiera y mande, ambos, han dicho que los jóvenes sí pudieron ser incinerados en el basurero de Cocula.

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Milenio

Rafael Pérez Gay

Sombras y relámpagos

9 de septiembre de 2015

No la menor de las calamidades de la desconfianza estriba en el crecimiento colosal del oportunismo, ese lugar donde las convicciones siempre están cerca de los intereses. El movimiento social que ha provocado la matanza de Iguala lo encabezan en su mayor parte chantajistas de la CNTE, rufianes activistas de Guerrero que exprimen la tragedia, organizaciones sociales de golpe en pecho.

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Carlos Marín

Luces en la noche del caso Iguala

15 de septiembre de 2015

(…) mejor aún si en el anunciado nuevo peritaje en el basurero participa quien, sin tomar en cuenta el reporte del servicio meteorológico durante las horas en que fueron quemados los cuerpos de muchos o todos los normalistas asesinados hace casi un año, negó que en ese lugar ardiera una pira, lo mismo que alguno, o varios, de quienes desmantelan su científica y jurídicamente vulnerable opinión.

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Solo con el peso de la ciencia

10 de septiembre de 2015

Si la complofilia gestó un atentado “del poder” a la libertad de expresión, abortado por la prostitución y las drogas en el caso Narvarte, hoy se relanza la consigna “¡crimen de Estado…!” por la excitación que provoca un apresurado (20 minutos) y tardío (diez meses después) “peritaje” que niega los estudios concluyentes de que el basurero de Cocula fue el horno de muchos o todos los cuerpos de 43 jóvenes asesinados.

Pero, ojo, los expertos de la CIDH no solo descalificaron a más de cien especialistas oficiales y académicos, sino hacen observaciones y recomendaciones atendibles para continuar las investigaciones.

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Héctor Aguilar Camín

Ayotzinapa, la dudosa ciencia

21 de septiembre de 2015

En su parte del informe, Torero dice que se requiere una “investigación de altísimo nivel, con peritos de formación y experiencia consistentes con la magnitud del problema” (p. 420).

Uno de los peritos de no altísimo nivel aludidos, el científico cubano Enelio Torres García, dice que Torero se equivoca en cosas tan elementales como la dirección en que soplaba el viento ese día (MILENIO, 14/9/15).

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Carlos Puig

Ayotzinapa o la desazón

7 de septiembre de 2015

No acabo de comprender los motivos de la decisión del grupo de expertos de la CIDH de haberse comprometido con un solo perito, José Torero, en materia de incendios para “convencerse” de que en el basurero de Cocula no fueron incinerados los cuerpos de los 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapa.

Hoy en MILENIO, Juan Pablo Becerra-Acosta y Esteban Illades recuerdan sus conversaciones con tres expertos internacionales más, tan acreditados como al que recurrió el GIEI, que habían llegado a conclusiones similares a los de los peritos de la PGR. Lo dice Torero al final de su informe, “la evidencia recolectada no permite inferir mayores conclusiones acerca de los presuntos eventos ocurridos el 27 de septiembre o a su correlación con la hipótesis establecida a base de testimonios”. ¿Por qué el GIEI sí se lo permitió?

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Esteban Illades

Comentarios al informe de expertos sobre Ayotzinapa

7 de septiembre de 2015

El informe, de aproximadamente 560 páginas, es, por decir lo menos, complejo. No solo busca rehacer la investigación de la Procuraduría General de la República (PGR) y de la entonces Procuraduría General de Justicia de Guerrero —hoy Fiscalía General del Estado—, sino que también hace su propia investigación sobre la investigación; es decir, analiza el actuar de los gobiernos a escala estatal y federal en el trabajo que hicieron para esclarecer este crimen de lesa humanidad.

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¿QUIÉN EXHIBIÓ A VOLKSWAGEN?

A pesar de que él lo niega, el ingeniero Daniel Carder es responsable de exhibir el engaño de la Volkswagen.

Como sabe, al menos 11 millones de vehículos cuentan con un software que reduce la cantidad de emisiones contaminantes al momento de las inspecciones. No obstante, en el uso diario, estos vehículos contaminan hasta 40 veces más de lo que marca la norma.

Lo anterior fue descubierto –hace un año– por el ingeniero Carder. No obstante, él mismo dice que su intención nunca fue exponer a la fabricante de automóviles. En realidad, su objetivo era demostrar que los motores de Diesel contaminan menos que los que funcionan con gasolina.

No obstante, el trabajo de Daniel Carder puso en aprietos a la vendedora número uno de autos.

Pero, ¿cómo responde este ingeniero ante las repercusiones de su trabajo? Esto fue lo que dijo a El País

EXHIBEN TRAMPA DE VOLKSWAGEN

Seguramente se pregunta cómo hizo la Volkswagen para engañar a millones de verificadores de emisiones en todo el mundo.

La respuesta es muy simple: con un programa diseñado para reducir los contaminantes cuando los autos se encuentran en el proceso de verificación.

No obstante, si quiere saber cómo operaba este software, lo invitamos a revisar esta nota de El País.

¿LA TRAMPA DE VOLKSWAGEN PODRÍA ENFERMARLO?

Mucho se ha dicho del engaño de la Volkswagen.

Muchos han hablado de cómo la empresa alemana instaló un software en sus vehículos para falsear los contaminantes emitidos por sus vehículos.

Y muchos han comentado la caída del director de la empresa, Martin Winterkorn.

No obstante, pocos han explicado si la trampa de Volkswagen tendría alguna repercusión en la salud de los millones de personas que cohabitan con estos automóviles.

La respuesta a esta pregunta es sí.

El País publica los detalles.

ASCENSO Y CAÍDA DEL CONDUCTOR DE VOLKSWAGEN

El 2015 había sido un buen año para Martin Winterkorn, el ahora ex presidente de Volkswagen.

A principios de enero, el entonces consejero delegado de la VW, entregó cuentas formidables. Durante 2014, la empresa a cargo de Winterkorn vendió 10,14 millones de vehículos; el volumen de negocios llegó a los 202 mil millones de euros y las ganancias netas rozaron los 10 mil 800 millones de euros.

Meses después, el 25 de abril, Winterkorn arrebató la empresa a Ferdinand Piëch, nieto del fundador de Volkswagen e inventor del mundialmente célebre “vocho”. Para sorpresa de muchos, el consejo de la trasnacional respaldó a Winterkorn –luego de un desencuentro con el octogenario patriarca de la VW– y forzó la renuncia de Piëch.

Y hace días —el 2 de septiembre—, el mismo comité ejecutivo del consejo de Volkswagen decidió extender el contrato de Martin Winterkorn hasta el 31 de diciembre de 2018.

Todo iba viento en popa para el ejecutivo alemán.

Sin embargo, el pasado 19 de septiembre, la agencia de protección al medio ambiente de Estados Unidos acusó a Volkswagen de engañar a sus clientes.

De acuerdo con el gobierno americano, la VW habría instalado un software que regularía el flujo de emisiones de sus vehículos mientras estos pasan por las pruebas de rutina. No obstante, en condiciones normales, los automóviles generarían hasta 40 veces más contaminantes de los que marca la normativa. Los coches alcanzados por el escándalo serían las versiones de cuatro cilindros del Jetta, Beetle, Audi A3, Golf y Passat.

Según la normativa estadounidense, el engaño de Volkswagen se traduciría en una multa de más de 37 mil dólares por vehículo. Es decir –que si el escándalo, como dicen, incluiría a cerca de 482 mil vehículos vendidos en Estados Unidos–, las sanciones llegarían a los 17 mil millones de dólares.

Pero el asunto no termina ahí, en declaraciones recientes, la directiva de la VW reconoció haber instalado el software en 11 millones de vehículos que se distribuyeron alrededor del mundo. En otras palabras, que el problema es mucho más grande de lo que se piensa. No sólo se trata de sanciones y problemas legales con gobiernos de todo el planeta —como los de Italia, Corea del Sur, Francia y Reino Unido, que ya levantaron la voz—; además se habla de pérdidas millonarias para la Volkswagen. Y es que, a raíz del escándalo, la empresa ha frenado la producción de vehículos —incluida su planta en Puebla—, y sus acciones han registrado pérdidas por hasta 20 por ciento.

Acaso lo más curioso es que en marzo de 2014, el mismo Winterkorn anunció que la sostenibilidad y la flexibilidad serían los ejes sobre los que giraría la estrategia de la VW. Es decir, que reducirían un 25 por ciento las emisiones de bióxido de carbono de sus vehículos.

El caótico escenario apagó el brillo de la estrella ascendente de Martin Winterkorn.

A pesar de haber reaccionado con rapidez —la directiva de VW emitió un comunicado a las pocas horas de que estalló el escándalo—; a pesar de haber reconocido la instalación del software; a pesar de haber anunciado una investigación minuciosa e incluso de haber ofrecido disculpas públicas por haber “traicionado la confianza de sus clientes y de los ciudadanos en general”, hace unas horas se confirmó la renuncia de Martin Winterkorn.

El hombre que llevó a Volkswagen al número uno de ventas a nivel mundial; el hombre que derrotó al patriarca de la VW —quien además fue su mentor—; el hombre que recientemente fue cobijado por el consejo directivo con un contrato por otros tres años; ese hombre se fue en medio del escándalo y del desprestigio.

El 2015 había sido un buen año para Martin Winterkorn, sin embargo, errores propios y ajenos lo enviaron de los cuernos de la luna a la hoguera pública.

Y en medio del escándalo, las preguntas son, ¿qué sigue? ¿quién pagará el costo por el fraude de Volkswagen? ¿cómo reaccionarán los gobiernos de todo el mundo? ¿quién responderá por los daños en la salud de millones de personas? Y quizá más importante, ¿cuál es el tamaño real del problema? ¿algún día los sabremos?

PRD: ¿SIMULACIÓN O ENGAÑO?

Empezó como una decisión acertada. Es decir, como un legítimo y valiente “mea culpa” del grupo hegemónico conocido como “Los Chuchos”.

Mas aún, la renuncia voluntaria de su dirigente, Carlos Navarrete, fue una luz de esperanza para muchos que han reclamado desde hace décadas la autocrítica entre los políticos y el fortalecimiento de la cultura de la dimisión.

Carlos Navarrete se iba del PRD por vergüenza, por pudor, porque no cumplió aquello para lo que fue electo.

Muchos creyeron que era una refundación del PRD, sin embargo, todo indica que terminará en una simulación; sino es que en el engaño.

¿Por qué?

Porque sólo en un país de locos, en una democracia sin pies ni cabeza y en un sistema político engañabobos, la dirigencia de un partido sería capaz de tirar la toalla, renunciar a sus cargos, abandonar sus canonjías, olvidarse de la zona de confort y regresar al mundo de los mortales.
Porque es de sentido común que “Los Chuchos” no se iban a ir sin dar la batalla por el control del partido. Es decir, que si controlaron al PRD luego de una larga guerra de casi dos décadas, no se iban a ir como si nada. No iban a abandonar todo, a dar la espalda y escapar de la política.
Por eso lo que se produjo fue un reacomodo de fuerzas, un nuevo acuerdo, un nuevo reparto de posiciones, el cual sería adornado con un interinato que intentará lavar la cara del partido
Sin embargo, el maquillaje y el acuerdo no son suficientes. ¿Por qué? Porque en el fondo “Los Chuchos” siguen teniendo el control del PRD, siguen teniendo la hegemonía de los órganos de dirección y, sobre todo tendrán el control en la decisiva elección de 2018.
Por todo lo anterior, es posible concluir que la renovación del PRD, su congreso extraordinario y su nueva dirigencia no serán más que “una manita de gato” para salvar la emergencia y continuar como si nada.

Al tiempo

Tomado de La Silla Rota

Los 43: el rentable negocio de la muerte

Resulta no sólo vergonzoso, sino de náusea, que el secuestro y muerte de los 43 normalistas de Ayotzinapa se haya convertido en grosero negocio para políticos inescrupulosos que convierten en votos el dolor y la muerte; negocio de pingües bonos económico para dizque “expertos” de la CIDH y supuestos “científicos” argentinos que reclaman su tajada; negocio para vividores de depredadoras ONGs y hasta negocio turístico global para padres de los normalistas.

Y es que a nombre de los normalistas muertos se justifica todo lo imaginable; el saqueo, la depredación, la renta política, los votos de muerte y hasta se promueven venganzas personales. El eslogan de “Los 43” parece que justifica todo lo injustificable, menos la memoria de los normalistas muertos.

En realidad lo más importante para los vividores de esa causa no es el castigo a los culpables y tampoco la manoseada memoria de los estudiantes, sino el jugoso negocio de la manipulación de la muerte.

¿Saben por qué los normalistas fueron secuestrados en Iguala?

Porque antes de ser llevados “al matadero”, los jóvenes ya eran usados como “carne de mitin y protesta” por líderes venales y directivos escolares sinvergüenzas; porque al momento de ingresar a la normal de Ayotzinapa los muchachos ya eran carne de cañón de grupos guerrilleros y bandas del crimen organizado. Incluso en el último momento de su vida los normalistas fueron el pretexto ideal –la manipulación–, entre bandas del crimen organizado como los Rojos y Guerreros Unidos.

Pero los 43 no sólo fueron manipulados antes y durante su muerte. En realidad la memoria y la muerte de los normalistas fue convertida en el mejor negocio de un puñado de vividores de la tragedia y la muerte; los mismos que han manipulado Tlatlaya, el caso Narvarte y muchos otros. ¿Lo dudan?

1.- Paradójicamente y gracias a la manipulación de la muerte de los 43, AMLO –el verdadero culpable de que los Abarca despacharan en la alcaldía de Iguala–, hoy es el verdadero ganador de la muerte de los normalistas.

2.- Y es que igual que hizo con las raterías de Bejarano, Ponce e Imaz, AMLO convirtió el crimen de los 43 en bandera ensangrentada para su causa, a pesar de haber prohijado la tragedia.

3.- Y fue tal el éxito de la estrategia engañabobos diseñada por AMLO –y tal la torpeza del gobierno de Peña Nieto–, que la crisis de los 43 se puede convertir en la tumba de la gestión del mexiquense.

4.- Hoy la causa de “Ayotzinapa” es una bandera ensangrentada que da votos, imagen, credibilidad y prestigio a AMLO y a los radicales de su establo político.

5.- Pero no es el único ganador. Decenas de ONGs se han subido al negocio de la muerte de los 43, porque mantener vivo el engaño del supuesto crimen de Estado significa dinero; significa mantener vivo un negocio de millones de dólares.

6.- Porque mafias como la CNTE y grupos clandestinos como el EPR y otros, tienen en la muerte de los 43 una bandera que explotarán por décadas; que justificará por años el vandalismo, la violencia y la vigencia de rancios grupos clandestinos y sectores radicales.

7.- Porque para cierta prensa la bandera de los 43 es la coartada perfecta para golpear a las instituciones y –con ello–, estirar la mano de la depredación del dinero público.

Pero la causa más jugosa y la manipulación más vergonzosa del manoseo político de “los 43” la veremos en la elección presidencial de 2018.

Y es que así como en 2012 vimos la renta electoral de “la guerra de Calderón”, en 2018 veremos la renta electoral de “los 43”. Al tiempo.

Tomado de El Universal