Las Dudas sobre el Informe del GIEI

Aunque muchos dieron por cierto –a ciegas– el informe hecho y publicado por el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes sobre el caso Iguala, no han sido pocas las voces que cuestionan y ponen en entredicho las conclusiones y hasta la seriedad del trabajo de los “expertos”.

A continuación, La Otra Opinión comparte algunas de las opiniones en este sentido.

El Universal

Ricardo Alemán

Los 43: el rentable negocio de la muerte

23 de septiembre de 2015

Resulta no sólo vergonzoso, sino de náusea, que el secuestro y muerte de los 43 normalistas de Ayotzinapa se haya convertido en grosero negocio para políticos inescrupulosos que convierten en votos el dolor y la muerte; negocio de pingües bonos económicos para dizque “expertos” de la CIDH y supuestos “científicos” argentinos que reclaman su tajada; negocio para vividores de depredadoras ONG y hasta negocio turístico global para padres de los normalistas.

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Los 43 y las 100 preguntas

20 de septiembre de 2015

A un año, son más dudas que respuestas sobre la tragedia de normalistas. Por eso 100 preguntas.

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Los 43, AMLO y el narco

15 de septiembre de 2015

De los cientos de preguntas que no respondió el grupo de expertos de la CIDH, tres son clave en la desaparición y muerte de los normalistas.

1.— ¿Quién impuso a los Abarca en la alcaldía de Iguala.

2.— ¿Nadie detectó vínculos entre el PRD, Morena y el narco?

3.— ¿Nadie investigó al rector de la Normal de Ayotzinapa y a líderes por presuntos vínculos con el crimen organizado?

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Los 43; ¿los mataron por narcos?

14 de septiembre de 2014

El 7 de octubre de 2014 —10 días después del crimen de Iguala—, en el Itinerario Político deslizamos la hipótesis de que algunos líderes de los normalistas estarían vinculados con bandas del narcotráfico. Por eso habrían masacrado a los estudiantes.

La hipótesis provocó que nos lincharan. Hoy, gracias al “Informe” de “expertos” de la CIDH, la versión podría ser probada por la autoridad federal: entre los normalistas había narcos.

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Ilegal y hasta delictivo el informe de ‘expertos’

9 de septiembre de 2015

(…) Se debe aclarar que todo peritaje es un dictamen que se sustenta en consideraciones y conclusiones. Y si el peritaje no se ajusta a reglas legales y principios internacionales, sus consideraciones y conclusiones son irrelevantes.

Además, todo dictamen pericial —independientemente de su naturaleza o materia—, no se sustenta ni se puede sustentar en la prueba testimonial o en declaraciones. La testimonial —por su propia naturaleza jurídica—, no es congruente con la pericia, la ciencia o la técnica a que está sujeta toda prueba pericial.

Y viene a cuento porque en el “informe” de “expertos” y/o “peritos” “independientes” del GIEI, más del 90 por ciento de las valoraciones son producto de entrevistas a testigos, de especulaciones, interpretación de hechos, recortes de prensa, supuestos, creencias y hasta rumores. ¿Y eso qué significa?

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Informe “engañabobos” de “expertos” en mentir

8 de septiembre de 2015

Resulta difícil creer que Emilio Álvarez Icaza, secretario ejecutivo de la CIDH, pudiera avalar el informe del “grupo de expertos” que durante seis meses y luego de un millón de dólares, presentó sobre la desaparición de los 43 normalistas.

Claro, a menos que Álvarez Icaza pretenda cobrar facturas porque en México le cerraron el paso a la presidencia de la CNDH.

En todo caso —y más allá de la evidente parcialidad legal, política y científica de los dizque “expertos”—, llama la atención la candidez y la poca capacidad de respuesta del gobierno federal, que dejó que el juicio mediático y el circo en redes sociales aplastaran la verdad legal del crimen contra los 43 y que, por ejemplo, sustenta el proceso penal que se sigue contra más de cien presuntos responsables que están en prisión.

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Héctor de Mauleón

Innsbruck VS el GIEI

17 de septiembre de 2015

Tras una semana de golpeteo intenso, en el que se dijo que el informe de Torero derribaba “ante los ojos del mundo” la supuesta “verdad histórica” del ex procurador Murillo Karam, la PGR autorizó al doctor Enelio Torres-García, uno de los expertos del Instituto Mexicano del Petróleo que habían participado en el peritaje oficial, a presentar su propia versión ante los medios. (…)

La PGR le levantó de pronto la prohibición. El reportero Rubén Mosso llegó hasta el doctor y logró entrevistarlo. Torres-García, premio nacional de la Academia de Ciencias de Cuba y experto en procesos térmicos, le dijo que el informe de Torero tenía “desatenciones” y que si fuese un artículo científico… sería rechazado por cualquier revista especializada.

El experto sostuvo que Torero había cometido un error fatal al hacer sus cálculos, porque la noche del 26 al 27 de septiembre la dirección del viento no fue de sureste a noroeste, como afirma el perito peruano, sino de “3.2 kilómetros en dirección noreste” (hay que recordar que Torero sostuvo que la pira habría provocado un incendio forestal en Cocula).

Luego de checar “la topografía, la geografía local y la factibilidad de los eventos térmicos que se pueden generar cuando quemas o combustionas algún tipo de residuo material en cuerpos humanos”, Torres-García concluyó que sí era factible que un incendio de magnitud hubiera ocurrido en Cocula.

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¿De veras se cayó la verdad histórica?

10 de septiembre de 2015

(…) “El GIEI se ha formado la convicción de que los muchachos no fueron incinerados en el basurero de Cocula”, concluyó uno de los integrantes del grupo.

Fue el acabose. Las redes empezaron a sonar como un panal de abejas enfurecidas: Peña había mentido a la nación; la ciencia vencía con argumentos la “verdad histórica” del ex procurador Jesús Murillo Karam; el GIEI había derrumbado las infames mentiras de la PGR: no existían señales de “daños térmicos”; no había indicio alguno de que un incendio de esa magnitud hubiera ocurrido en el basurero.

El hecho de que en la conferencia se señalara varias veces que el doctor Torero había hecho “cálculos” y “estimaciones” no restó contundencia, ni a las afirmaciones de los expertos, ni a las manifestaciones de cólera que surcaron las redes. Esa indignación se sostenía, sin embargo, en la parte más frágil de la investigación del GIEI: hoy se sabe que el doctor Torero visitó el basurero sólo unos minutos, diez meses después de la noche de los hechos, y no recogió en el lugar ningún tipo de material que ayudara a sustentar sus conclusiones. Se limitó a pensar en lo que “no pudo ocurrir”.

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Excélsior

Pascal Beltrán del Río

Verdad Ideológica

14 de septiembre de 2015

Si hay una “verdad” sobre los hechos de hace un año en Iguala que resulta más persistente que la “verdad histórica” defendida por el exprocurador Jesús Murillo Karam es la que debemos llamar verdad ideológica (…)

Esa “verdad” no requería de evidencias. Para quienes la han propalado, es un hecho que los normalistas de Ayotzinapa fueron atacados por miembros del Ejército —mandados por un ente que ellos llaman “el Estado”— de la misma forma artera en que fue reprimido el movimiento estudiantil de 1968, y 43 de ellos fueron desaparecidos como lo hicieron los propios soldados con guerrilleros y sus presuntos y reales simpatizantes durante la Guerra Sucia.

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¿Fue el estado?

9 de septiembre de 2015

A reserva de que se dilucide si la PGR se equivocó, mintió o acertó en su conclusión de que los normalistas de Ayotzinapa fueron asesinados y calcinados en el basurero de Cocula, hay una coincidencia importante entre el informe del GIEI de la CIDH y la investigación de la Procuraduría.

Ambas instancias centran la responsabilidad de los hechos en dos corporaciones policiacas –las de Iguala y de Cocula– que trabajaban al servicio de un cártel de la delincuencia organizada, los Guerreros Unidos, de la que formaba parte el propio alcalde de la primera localidad, José Luis Abarca.

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Jorge Fernández Menéndez

Contra la amnesia: los Abarca

10 de septiembre de 2015

El trabajo del comité de expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha dejado algunas certidumbres, muchas especulaciones y generado contradicciones, como la de lo ocurrido en el basurero de Cocula. Pero más allá de eso, parece haber producido amnesia en varios actores sobre la verdadera historia de los hechos de Iguala y sobre sus principales protagonistas: el presidente municipal José Luis Abarca y su esposa, María de los Ángeles Pineda; los grupos criminales Guerreros Unidos y Los Rojos; las relaciones de esos grupos con el gobierno de Ángel Aguirre Rivero; la participación de dirigentes del PRD y Morena, y detrás de todos ellos la producción de mariguana y goma de opio en la zona.

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Iguala: los expertos especulan

8 de septiembre de 2015

El grupo de expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que estuvieron investigando el caso Iguala han llegado a una serie de conclusiones que lo único que demuestran es que su indagatoria no pasa más allá de lo que ha dicho cualquier investigación periodística y es igual de poco concluyente.

El punto más destacado es que, según José Torero, un experto peruano que trabaja en una universidad de Australia, los cuerpos no pudieron ser incinerados en el basurero de Cocula porque se necesitaría mucho más material y más horas para poder hacerlo. Los de la CIDH hacen suyo el peritaje de Torero, pero al hacerlo desechan los realizados por la PGR y los de expertos mundiales reconocidos como John De Haan, Elayne Juniper Popeo Guillermo Rein, que han declarado que la incineración de los cuerpos sí era posible en ese lugar y en esas condiciones. Pero además, desconocen de un plumazo una parte clave de la investigación: las declaraciones ministeriales de los detenidos que reconocieron que ellos mataron a los jóvenes, incineraron los cuerpos y luego arrojaron los restos al río en bolsas negras de basura. Es una investigación en la que se cuentan 487 informes periciales, 386 declaraciones, hay cerca de 120 detenidos, 95 teléfonos móviles investigados y 14 registros, así como restos óseos que fueron recuperados en una bolsa en el río Cocula y que fueron enviados al laboratorio austriaco de Innsbruck donde, por lo menos, un fragmento se identificó, a través de pruebas genéticas, como correspondiente a uno de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa. Desechar todo eso a partir de un peritaje de alguien que no ha estado siquiera en el lugar de los hechos es una irresponsabilidad. No se cuestiona el grupo de expertos el porqué los jóvenes fueron a Iguala esa noche.

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La Razón

Rubén Cortés

UNAM y el profe Torero: ¿quién tiene la razón?

Torero concluyó que en el basurero sólo hay focos de fuego pequeños que se pueden remontar a un tiempo imposible de determinar (…) Mientras, la conclusión de la PGR se basa en el trabajo de más de 100 peritos, en las confesiones de los sicarios detenidos y en estudios del Instituto de Biología de la UNAM, avalados por los forenses del Imperial College en Londres y la Oficina Forense de Norfolk, Estados Unidos.

¿Fueron comprados los más de 100 peritos, los sicarios, la UNAM, el Imperial College de Londres, la Oficina Forense de Norfolk…? ¿Se vendieron todos al gobierno mexicano? Claro que no. ¿Entonces por qué no les cree el sector que insiste en que los normalistas están vivos?

Por eso: porque ya es un asunto de dogma, como el Dios que en las religiones monoteístas plantea que “si crees en mí, soy el único”. En el caso Iguala sucede igual, por lo cual la opinión pública se ha modulado definitivamente y eso no va a cambiar nunca.

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El Financiero

Pablo Hiriart

Cocula, conclusión a  ojo de buen cubero

11 de septiembre de 2015

Lo expresado por el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) ha sido tomado en redes sociales y por analistas políticos como si fuera La Biblia. Se nota que no lo han leído. De haberlo hecho tendrían que admitir que no fue el Estado, sino el narco. Pero hoy el punto es otro. El Informe de 560 páginas https://drive.google.com/file/d/0B1ChdondilaHd29zWTMzeVMzNzA/view basa su rechazo a la verdad legal en el dicho del perito peruano José Luis Torero –que no se apoya en ninguna investigación científica– para concluir que los normalistas no fueron calcinados en Cocula.

Estuvo 20 minutos en el lugar de los hechos, tomó fotos del basurero, se fue y concluyó, sin apoyo en peritajes ni metodología explícita, que era imposible quemar 43 cuerpos como se asentó en el informe de la PGR.

Por respeto a las víctimas y al dolor que su infortunio ha causado en el país, debería llamarse a cuentas al GIEI para que sus integrantes expliquen por qué le dan validez total a un trabajo chabacano, realizado a ojo de buen cubero.

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 Gil Gamés

Certeza moderada

18 de septiembre de 2015

En la feria de la incredulidad mexicana, Gamés oyó las primeras dudas: dos resultados no son todos los resultados; los otros cuerpos pudieron ser incinerados en otro lugar; quizás llevaron los restos a Cocula después de haberlos quemado lejos del basurero; tal vez todo es parte del montaje de Murillo Karam y la verdad histórica. Efectivamente, la incredulidad desaforada lleva a la locura: ¿quién soy yo? Nadie está seguro de que usted sea usted, ¿estamos?

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Creer

8 de septiembre de 2015

Gil no quiere ponerse pesado, pero los expertos independientes han logrado con muy poco una respuesta descomunal. La razón quizá estriba en que la investigación induce a concluir que el informe oficial de Murillo Karam ha construido interesadamente un montaje, una gran mentira. Quienes desde hace un año querían escuchar que “la verdad histórica” era un “patraña histórica”, al fin oyen esa música negra y no son, por cierto, solamente los padres sino el movimiento de oportunistas que ha tomado esa bandera. Ah, Gilga ya oye a lo lejos a la banda con sus estandartes y sus matracas: neoliberal infame, reaccionario de poca monta, integrante de la mafia en el poder, hirsuto.

Por cierto y cierta, especialistas de prestigio como el ingeniero español Guillermo Rein, con tantas medallas académicas que tapizarían esta página del fondo, y la doctora estadounidense Elayne Juniper Pope, con maestrías y doctorados de donde usted quiera y mande, ambos, han dicho que los jóvenes sí pudieron ser incinerados en el basurero de Cocula.

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Milenio

Rafael Pérez Gay

Sombras y relámpagos

9 de septiembre de 2015

No la menor de las calamidades de la desconfianza estriba en el crecimiento colosal del oportunismo, ese lugar donde las convicciones siempre están cerca de los intereses. El movimiento social que ha provocado la matanza de Iguala lo encabezan en su mayor parte chantajistas de la CNTE, rufianes activistas de Guerrero que exprimen la tragedia, organizaciones sociales de golpe en pecho.

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Carlos Marín

Luces en la noche del caso Iguala

15 de septiembre de 2015

(…) mejor aún si en el anunciado nuevo peritaje en el basurero participa quien, sin tomar en cuenta el reporte del servicio meteorológico durante las horas en que fueron quemados los cuerpos de muchos o todos los normalistas asesinados hace casi un año, negó que en ese lugar ardiera una pira, lo mismo que alguno, o varios, de quienes desmantelan su científica y jurídicamente vulnerable opinión.

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Solo con el peso de la ciencia

10 de septiembre de 2015

Si la complofilia gestó un atentado “del poder” a la libertad de expresión, abortado por la prostitución y las drogas en el caso Narvarte, hoy se relanza la consigna “¡crimen de Estado…!” por la excitación que provoca un apresurado (20 minutos) y tardío (diez meses después) “peritaje” que niega los estudios concluyentes de que el basurero de Cocula fue el horno de muchos o todos los cuerpos de 43 jóvenes asesinados.

Pero, ojo, los expertos de la CIDH no solo descalificaron a más de cien especialistas oficiales y académicos, sino hacen observaciones y recomendaciones atendibles para continuar las investigaciones.

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Héctor Aguilar Camín

Ayotzinapa, la dudosa ciencia

21 de septiembre de 2015

En su parte del informe, Torero dice que se requiere una “investigación de altísimo nivel, con peritos de formación y experiencia consistentes con la magnitud del problema” (p. 420).

Uno de los peritos de no altísimo nivel aludidos, el científico cubano Enelio Torres García, dice que Torero se equivoca en cosas tan elementales como la dirección en que soplaba el viento ese día (MILENIO, 14/9/15).

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Carlos Puig

Ayotzinapa o la desazón

7 de septiembre de 2015

No acabo de comprender los motivos de la decisión del grupo de expertos de la CIDH de haberse comprometido con un solo perito, José Torero, en materia de incendios para “convencerse” de que en el basurero de Cocula no fueron incinerados los cuerpos de los 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapa.

Hoy en MILENIO, Juan Pablo Becerra-Acosta y Esteban Illades recuerdan sus conversaciones con tres expertos internacionales más, tan acreditados como al que recurrió el GIEI, que habían llegado a conclusiones similares a los de los peritos de la PGR. Lo dice Torero al final de su informe, “la evidencia recolectada no permite inferir mayores conclusiones acerca de los presuntos eventos ocurridos el 27 de septiembre o a su correlación con la hipótesis establecida a base de testimonios”. ¿Por qué el GIEI sí se lo permitió?

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Esteban Illades

Comentarios al informe de expertos sobre Ayotzinapa

7 de septiembre de 2015

El informe, de aproximadamente 560 páginas, es, por decir lo menos, complejo. No solo busca rehacer la investigación de la Procuraduría General de la República (PGR) y de la entonces Procuraduría General de Justicia de Guerrero —hoy Fiscalía General del Estado—, sino que también hace su propia investigación sobre la investigación; es decir, analiza el actuar de los gobiernos a escala estatal y federal en el trabajo que hicieron para esclarecer este crimen de lesa humanidad.

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