Todo el mundo –al menos en esta galaxia–, sabe que este fin de semana se estrenó el séptimo capítulo de la saga de Star Wars.
O si lo prefiere –a riesgo de sonar como trabalenguas–, llegó a los cines la primera parte de la tercera trilogía de la Guerra de las Galaxias.
Y como ocurre con las películas populares, todo el mundo habla del lado bueno, de lo no tan bueno y de lo más malo del Episodio VII: El despertar de la fuerza.
Aquí, evidentemente, no somos expertos en cine. Por eso
evitaremos dar nuestra opinión sobre el filme. No obstante, somos especialistas en cuestionar, en indagar y en reflexionar.
Por eso cuestionamos, indagamos y reflexionamos, ¿pudo ser mejor la nueva entrega de la Guerra de las Galaxias? Si, como dicen algunos, el director J. J. Abrams se quedó corto, ¿quién podría haber hecho un mejor trabajo?
A continuación, La Otra Opinión presenta una revisión –del verbo “su propia versión”–, de las siete películas de Star Wars. ¿Cómo sería la saga si, en vez de cineastas, los guiones hubieran estado en manos de los hombres y las mujeres de la política?
La Guerra de las Galaxias. Versión chaira.
Si el eterno candidato presidencial –y la fiel iglesia de Morena–, hubieran escrito los guiones de la Guerra de las Galaxias, seguramente habríamos visto algo así:
Episodio I. La amenaza fantasma. 
De cómo el salinismo, el priismo, el calderonimos, el peñanietismo, el televisismo –y otros ismos–, urden redes de corrupción para joderse a los más jodidos y para llenarse los bolsillos de plata.
Episodio II. El ataque de los clones.
De cómo las plumas al servicio del poder –todas mononeurales, enchayotadas y repletas de mentiras–, cierran el paso a la salvación de México.
Episodio III. La venganza de los Sith.
De cómo el lado oscuro de la mafia del poder hostigó, acorraló y exterminó a los estandartes del pueblo bueno. Desde el misal matutino que por años se transmitió en las frecuencias de MVS –anulado con un haz de luz que salió desde la Estrella de la Muerte–; hasta el noble y puro Distrito Federal, hoy conocido –simplemente– como CD3PO.
Episodio IV. Una nueva esperanza.
De cómo en 2006, en 2012, en 2018 –y al paso que vamos, en 2024–; nace y renace una nueva esperanza… la esperanza de salvar a México.
Episodio V. El imperio contraataca.
De cómo, reagrupado, el prianperredismo intenta reducir a la Morena. De cómo le arrebataron curules en la Asamblea Legislativa, de cómo la dejaron fuera en el congreso constituyente del Distrito Federal y de cómo pretenden borrar a AMLO Wan Kenobi de los medios impresos y digitales.
Episodio VI. El regreso del Jedi.
De cómo –algún día–, Han Celo volverá de París. A bordo del halcón milenario, uno de los mejores operadores –políticos y de naves espaciales–, regresará a casa a tomar lo que le pertenece.
Por cierto, ya circula una petición en Change.org para evitar que la princesa DoLeia Padierna aparezca en el conocido atuendo de esclava intergaláctica.
Episodio VII. El despertar de la fuerza.
De cómo en una demarcación perdida en el Distrito Federal –la Cuauhtémoc, obviamente–, renace la esperanza de un futuro mejor. Un chatarrero venido a político suma fuerzas con el habilidoso Mon-Rey-al, derrota la monstruosa maquinaria del PRDimer orden y –apoyados por viejos conocidos–, ponen en marcha la nueva rebelión.
La Guerra de las Galaxias. Versión de un peñabot.
Si, por el contrario, la fuerza estuviera con el gobierno federal y el imperio hubiera puesto casa en Macuspana, ésta habría sido la saga de Star Wars:
Episodio I. La amenaza fantasma.
De cómo en estados y municipios muy lejanos –y otros no tanto–, se consolidan pequeñas candidaturas que, por la libre, amenazan a la fuerza… del tricolor. Inspirados por Darth Bronco, más de un temerario caza recompensas se cree con los tamaños para asumir el control de la RePRIblica.
Episodio II. El ataque de los clones.
De cómo los mismos de siempre abuchean, bloquean, marchan, apedrean y pintarrajean, con el rostro cubierto –y desde el anonimato–, perturban la fuerza con ataques orquestados desde el lado oscuro.
EpisodioIII. La venganza de los Sith.
De cómo la derrota política y la ambición desmedida llevaron a unos pocos aexhibir las flaquezas de quienes sólo quieren mover a la RePRIblica. Que si la estrella blanca, que si los droides desaparecidos, que si el abuso a los derechos intergalácticos, que si, que si, que si… ¡ya chole con sus quejas..!
Episodio IV. Una nueva esperanza.
De cómo –en la recóndita oficina de la RePRIblica–, ocurre un despertar de la fuerza. La sangre jedi corre en las venas del joven Nuño Skywalker. El consejo jedi cierra filas alrededor de la nueva esperanza. Entonces… sí se puede.
Episodio V. El imperio contraataca.
De cómo, en un asombroso giro de tuerca, el maestro Obi Wan Peñobi y su pupilo, Nuño Skywalker descubren que su enemigo acérrimo –Darth Pejer–, es en realidad, su padre (político). Formado en las mismas fuerzas básicas Jedi, el otrora conocido como Obradin Skywalker, alguna vez tuvo un sable tricolor y hasta escribió odas a la RePRIblica.
Episodio VI. El regreso del Jedi.
El ahora jedi Nuño Skywalker –atemperado y reformado en un tardío ingreso a la educación pública–, intenta salvar a la rePRIblica de un futuro oscuro… o más bien moreno. Junto al jedi marchan viejos guerreros como Han Chonglo y la incansable PRIncesa Robleia, adorada entre las masas.
Episodio VII. El despertar de la fuerza.
Una desertora del lado oscuro, de nombre Mariana MoRey, se une a la RePRIblica para consolidar la rebelión en el corazón de la galaxia. Aunque no lo sabe, MoRey tiene sangre jedi. Sus habilidades –y las de su madre–, serán invaluables para el consejo jedi. Y aunque ésta historia la hemos visto otras veces –y ya sabemos cómo acaba–, seguramente volveremos a pagar por verla.
