Destapan cochinero en Monterrey

Para nadie es un secreto muchas alcaldías son objeto del saqueo oficial cada vez que se renueva el gobierno. Las noticias sobre el alcalde priísta que cometió fraude, del panista que robó terrenos –o, piadoso, los entregó al cura del pueblo– o del perredista que se llevó hasta los lápices son cosa de todos los días en la prensa nacional.

Y hoy toca a Monterrey y a su exalcaldesa, la panista Margarita Arellanes, quien, al parecer, antes de dejar el cargo vació las arcas regias.

De acuerdo con el nuevo alcalde Adrián de la Garza (PRI), Arellanes dejó en quiebra a la capital neoleonesa y –presuntamente– hizo perdedizos 30 millones de pesos que pertenecían al fondo de ahorro de los Trabajadores. Por tal motivo, los empleados a quienes pertenecía el dinero no podrán cobrar su parte y es posible que tampoco pueda pagarse la nómina de jubilados y pensionados.

¿Adónde habrá ido a parar esos recursos?, ¿será que la panista los utilizó de “guardadito” para financiar su fallida campaña al gobierno de Nuevo León?,  ¿será que con ello pagó los favores que le hacían los empresarios, entre los que se incluía la censura a sus críticos?, ¿qué opinará la dirigencia del PAN ahora que –dicen– no tolerarán a los corruptos?