Tras los enfrentamientos del 23 de mayo en Tanhuato, Michoacán, donde se enfrentó la Policía Federal con integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación —y donde murieron 42 presuntos delincuentes—, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) presentó este jueves una recomendación al Gobierno mexicano por “violaciones graves a los derechos humanos”.
En su informe, la CNDH documentó violaciones graves a derechos humanos por parte de la Policía Federal, además de abuso de la fuerza, actos de tortura, manipulación de cuerpos, peritajes incompletos y negligentes, siembra de armas de fuego, entre otras “arbitrariedades”.
Pero ante los hechos, se trata de un absurdo más de la CNDH al defender otra vez a criminales y no a las autoridades que hicieron su labor de repeler el ataque del Cártel.
Otra vez, la CNDH da trato de criminales a los policías; otra vez la CNDH escucha la voz de quienes quieren destruir al Estado; otra vez parece ser que a la CNDH sólo le importa el protagonismo; otra vez la CNDH únicamente quiere sacar raja política más que aclarar los hechos.
Al respecto, el titular de la Comisión de Derechos Humanos, Luis Raúl González Pérez, pidió castigo para los culpables y enfatizó que “los derechos humanos no son un recurso para la impunidad o la ilegalidad”.
Y ante este caso, algunos se preguntan ¿Qué pasó en Tlatlaya? ¿Qué pasó en Ayotzinapa? ¿Qué pasó en Nochixtlán?
Aunque se emitieron recomendaciones, pareciera ser que la CNDH ha salida en la defensa de criminales, le faltó mencionar a qué se dedicaban los abatidos por las fuerzas federales.
Par algunos, a la CNDH le faltó decir que los federales cometieron el abuso de no recibir con flores a los integrantes del crimen organizado.
