El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Organización Internacional de Trabajo (OIT) señalaron que la transición a una economía menos carbonizada generaría cerca de 2.1 millones de empleos en México a lo largo de 10 años.
Dicho estimado forma parte de un pronóstico que realizaron para Latinoamérica en la que los organismos prevén 15 millones de empleos nuevos, al relevar los negocios vinculados con la explotación de energías fósiles y el uso intensivo del campo para ganadería por la producción de energías más limpias y la expansión de la agricultura.
En el estudio titulado “El empleo en un futuro de cero emisiones netas en América Latina y el Caribe”, en el cual colaboraron ambas instituciones internacionales, se resalta que México se encuentra entre los cuatro países donde la descarbonización de la economía afecta de forma negativa a más de 1 por ciento del empleo, donde también se ubican Brasil, Honduras y Venezuela.
Sin embargo, indicaron que el país destaca entre las economías donde es más económica la energía eólica y solar.
En ese sentido, la enfatizaron que la transición entre energías fósiles a renovables eliminaría 7.5 millones de trabajos en la extracción y explotación de combustibles fósiles y la ganadería; sin embargo, ello provocaría la creación de 15 millones de empleos nuevos en la región de América Latina y el Caribe, siendo el sector del campo el más beneficiado debido a los negocios vinculados a la agricultura, producción de alimentos de origen vegetal, energías renovables, silvicultura, construcción y manufactura.
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Sin embargo, ambas instituciones enfatizaron que para lograr este proceso de transición los países necesitan garantizar un pasaje a una “economía más sostenible”, ya que es fundamental que se apliquen políticas que actúen “hacia la igualdad”.
Ana María Rodríguez, vicepresidenta de Conocimiento y Sectores del BID, y Vinicius Pinheiro, director regional de la OIT para América Latina y el Caribe, destacaron en una videoconferencia que el estudio que realizaron plantea hacia dónde pueden virar las políticas públicas, dada la crisis económica y de salud que arrasa en la región y con ella 47 millones de empleos.
En ese sentido, subrayaron que el cambio en el modelo de producción a economías verdes resulta en “ganancias más grandes que las pérdidas”.
¿Será que la 4T entienda esto? No hay que olvidar que a mediados de mayo, la Secretaría de Energía (Sener) firmó un convenio con el cual frenó las inversiones a las energías renovables para asumir en su totalidad el Sistema Eléctrico Nacional (SEN).
Ello es una prueba más de como AMLO es el enemigo número uno de las inversiones en México, ya que sus decisiones equivocadas han provocado desconfianza entre los empresarios quienes optan por retirar sus capitales e inversiones del país.
Con información de La Razón y La Jornada
