“Maniobra bananera”

Especial

Mucho más útil que la “maniobra bananera” –así la bautizó Jorge G. Castañeda– de preguntar a los ciudadanos si se enjuicia a los expresidentes, es la solicitud de consulta popular que hicieron senadores de oposición, más dos valientes de Morena: Armando Guadiana y Ricardo Ahued.

La realización de esta consulta tiene el propósito de preguntar a los ciudadanos si están de acuerdo en que se apoye económicamente a quienes han sido afectados por el covid-19, sean formales o informales.

La solicitud la hicieron los senadores poco antes de que venciera el plazo legal para iniciar el procedimiento: la medianoche del martes.

Proponen, en concreto, que se pregunte a los mexicanos si están de acuerdo en que haya un seguro de desempleo. Pero también ingreso básico universal para emergencia; ingreso básico único, incentivos fiscales, suspensión momentánea de pagos al IMSS…

A todo se han negado sistemáticamente el gobierno federal, su partido y sus aliados de la Coalición Juntos Haremos Prehistoria.

No quieren nada que no sea “entrega directa” de recursos para generar lealtad electoral.

Sólo un fanático, que los hay, daría prioridad a una consulta para enjuiciar a los expresidentes sobre una que proponga ayudar en estos tiempos difíciles.

A diferencia de la “maniobra bananera”, que ya está en la SCJN con pronósticos en contra, la solicitud de los 43 senadores fue turnada a la Comisión de Gobernación -y otras que correspondan‒ para ser dictaminada.

Posteriormente, deberá ser aprobada por la mayoría de cada Cámara del Congreso. En caso contrario, se procederá a su archivo como asunto total y definitivamente concluido.

Nos atrevemos a vaticinar que la propuesta de consulta para ayudar a los afectados económicamente por el covid-19 será enviada a la congeladora por los “representantes populares”.

Esos mismos que apoyaron con todo la realización de una consulta para enjuiciar a los expresidentes vivos, a excepción del nonagenario Luis Echeverría.

No les importa que la intencionalidad tenga un carácter exclusivamente político y netamente populista, como atinadamente escribió el respetado exministro de la SCJN, José Ramon Cossío (El País, 30-08-20).

 *A los seguidores de López Obrador les molestan las suspicacias alrededor del número de firmas recabadas para la consulta popular sobre el juicio a los expresidentes vivos ‒salvo Luis Echeverría.

Las sospechas de que no alcanzaron el número requerido ‒un millón 800 mil‒ se originan en el hecho que el propio jefe del Ejecutivo cifró en 800 mil las rúbricas logradas, en la mañanera del pasado lunes.

Pero al día siguiente se aseguró que ya eran dos millones 400 mil. El triple en 36 horas. Toda una hazaña que no lograron en semanas.

En redes sociales hasta se convirtió en tendencia el hashtag #Milagro, que ironiza sobre la multiplicación de las firmas en lapso tan corto, con la consiguiente cascada de enfurecidas reacciones por parte de los fanáticos del obradorismo.

Te puede interesar | Contradicen al presidente: Morena va por amnistía a ex presidentes

 *Cristóbal Arias, la carta fuerte de Morena al gobierno de Michoacán, sospecha que los ataques que ha recibido recientemente por un incidente que tuvo con su esposa, María Ortega, hace casi 20 años, es “fuego amigo”.

“Sospecho que más es de adentro que de afuera, por lo que he recabado no de ahora, sino de hace tiempo. Por ataques que me han hecho y que hemos enfrentado. Es gente de Morena que tiene estructura y recursos”, afirma.

Más adelante le pone nombre y apellido a sus sospechas: Raúl Morón, presidente municipal de Morelia y aspirante a gobernador, y su aliado Leonel Godoy, exgobernador del estado.

Aunque nos aclara con franqueza: “No lo puedo afirmar con contundencia”.

Cristóbal encabeza las preferencias para gobernador del estado en todas las encuestas.

Eso lo convierte en blanco de ataques que, de otra manera, no ocurrirían. Morón va en segundo lugar en las mediciones sobre los candidatos de Morena.

Otro que citó como posible fuente de los ataques es el gobernador del PRD, Silvano Aureoles, pero Cristóbal repitió convencido: “viene de adentro”.