Llevemos la Fiesta en Paz

Muchos fuimos los que en las pasadas elecciones no votamos por Andrés Manuel López Obrador.

Y es que no solo no lo creímos la persona adecuada para llevar a nuestro país a mejores niveles de vida, sino que peor aún, no comulgamos con la agenda ideológica de izquierda radical que abanderaba.

Si bien es cierto que como candidato, López Obrador trató de no comportarse de manera extrema, los dichos y posturas de sus allegados, no dejaron de causar desasosiego y preocupación.

Porque seamos claros: si bien somos millones los mexicanos que somos conscientes de la gran cantidad de desigualdades que prevalecen y de lo mucho que queda por hacer, no somos partidarios del paternalismo, la centralización gubernamental y mucho menos, de la cultura de la muerte, ajena por completo al modo de ser, de pensar y de los valores de nuestro pueblo.

En todo el país pudimos enterarnos de que Miroslava García, presidenta de la Comisión de Salud del legislativo y Jorge Alcocer, presunto secretario de salud del próximo gobierno federal, traen en sus respectivas agendas, impulsar la legalización del aborto en todo el país, en contra de los deseos, convicciones y creencias de la inmensa y abrumadora mayoría de los mexicanos.

Y en lo que respecta a este punto, queremos pedirle al próximo presidente de la república, que instruya a sus allegados para dar marcha atrás, que no ofenda de esa manera a la nación.

En primer lugar, porque es absurdo querer comenzar un nuevo régimen, una manera distinta de gobernar, promoviendo la división y el conflicto.

Impulsar la legalización del aborto, sin entrar en el análisis de los argumentos a favor o en contra, equivale a darse un balazo en el pie, antes de comenzar una carrera, porque se trata de una medida que polariza y que provoca inmediato rechazo de más de la mitad del país.

En segundo lugar, porque para ser congruentes con nuestra legislación, que ha proscrito la pena de muerte para castigar delitos verdaderamente graves, con el postulado del respeto a la vida y la oportunidad de una autentica rehabilitación, aprobar el asesinato de inocentes, implica una grave contradicción.

A continuación, añadimos, que nuestra patria ha signado el Pacto de San José, un tratado internacional, equiparable según los juristas a nuestra carta magna, que propugna por el respeto a la vida humana, desde el momento de la concepción.

Seguidamente, es preciso decir, que no es el remedio acabar con la vida de nadie ante una situación de necesidades y pobreza extremas, sino que es obligación de cualquier gobierno, velar por el bienestar de sus gobernados y generar las condiciones adecuadas para que puedan contar con una existencia digna.

A mayor abundamiento, debemos como sociedad, hacer mayor énfasis en la prevención de los embarazos no deseados y en la paternidad responsable, enseñando a los varones a no dejar hijos regados por ahí y a las mujeres, a ser conscientes de la enorme responsabilidad que implica concebir hijos y crear una familia.

Esta es una tarea, que debe impulsarse no solo desde el sector salud, sino desde las escuelas, por la trascendencia de su impacto social.

Promover y promocionar la paternidad responsable y los métodos de prevenir los embarazos debía de ser premisa de cualquier gobierno, sin distinciones de nivel.

Mas aún que pensar en negar a los futuros mexicanos por nacer, la posibilidad de la existencia, el gobierno federal debía pensar en abatir la tasa de mortalidad materna, que si constituye auténticamente un problema y debia ser tema prioritario para generar políticas públicas.

Todavia más, no resulta justo para los contribuyentes mexicanos, cargar con el costo de la irresponsabilidad ajena, pagando el precio de las calenturas de otros, toda vez que ningún aborto resulta verdaderamente gratuito, toda vez que se impulsaría realizarlos en hospitales del sector salud, debiendo los contribuyentes pagar el costo de la utilización de materiales, instalaciones y equipo y los sueldos de médicos y enfermeras encargados de hacerlos, lo que desmiente que sean sin costo, sin dejar de considerar la catarata de objeciones de conciencia que podrían recibirse, toda vez que la misión de médicos y enfermeras es preservar la vida humana y no extinguirla.

Y para concluir, porque queremos que el licenciado López Obrador sea consciente de que los mexicanos queremos vivir en paz y trabajar todos para que nuestro país avance y progrese, sin desgastarnos en enfrentamientos, porque eso sí, seremos muchos los que tomaremos las calles y nos enfrentaremos en lo legal, en lo mediático y en lo político a quien se proponga llevar a cabo semejante despropósito.

Señor presidente de la república, sea sensato, no despierte al México bronco, no ofenda usted de este modo a sus gobernados, México es nuestra gran casa y todos tenemos derecho a vivir con dignidad y con las mismas oportunidades, convénzanos a quienes no creímos en usted, de darle un voto de confianza.

Licenciado López Obrador, vivimos circunstancias complejas en este momento histórico para México, no las complique usted y nosotros nos comprometemos a ayudarle.

No despierte al tigre señor presidente, porque nunca se sabe como puede reaccionar un animal amenazado o herido, porque ya que se suelte, a ver quien es el guapo que lo pueda enjaular.

Mejor vamos a respetarnos todos y llevemos la fiesta en paz. ¿Le parece? Gire instrucciones al respecto y dele sus buenos tirones de orejas a quien sea menester. La nación se lo agradecerá.

Dios, Patria y Libertad