El pasado viernes, el periodista Ciro Gómez Leyva compartió en sus redes sociales un video en el que se aprecia la angustia que pasaron varias personas al ver cómo su familiar se moría a causa del Covid-19 cuando suplicaban que fuera recibido en el Hospital General.
El personal médico del nosocomio se negaba a recibir al paciente no por capricho o negligencia, sino porque simplemente no había ni camas ni ventiladores. Y mientras explicaban esto a los familiares, el paciente murió.
La historia de esta familia se repite una y otra vez en los hospitales de la Ciudad de México y de varias partes del país, debido a la saturación que ha provocado el repunte de la epidemia y a la falta de previsión de las autoridades.
El señor que el pasado jueves falleció en el Hospital General engrosó la cifra de muertes por Covid-19 que oficialmente está a punto de llegar a los 120 mil pero que, de acuerdo con cálculos basado en modelos matemáticos, ronda en realidad los 360 mil.
Al igual que Gómez Leyva, otros comunicadores han compartido historias similares a la del señor que falleció en el Hospital General, historias en las que se repite el guion: no hay en dónde atender a los pacientes graves de Covid-19 y muchos de ellos mueren en su casa.
Decenas de miles de muertos. Siempre flotará en el aire la pregunta: ¿Esto se pudo evitar? Y la respuesta es que era imposible impedir que hubiera contagios y muertes. Pero sí se pudo haber evitado la magnitud de la tragedia.
Estamos hablando de decenas de miles de muertes causadas por una pésima actuación del gobierno federal, cuyos voceros intentan esconder el fracaso al decir una y otra vez que la pandemia está controlada.
Desde el inicio, el presidente Andrés Manuel López Obrador subestimó la pandemia al recomendar a la población que saliera y se abrazara y al negarse a utilizar cubrebocas, algo en lo que sigue tontamente empecinado.
Cuando el virus se empezó a propagar entre la población de nuestro país, el gobierno federal optó por cerrar actividades y recomendar a la población quedarse en casa, pero no aplicó medidas de contención, como las pruebas masivas y el seguimiento de los casos positivos.
El subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, se la ha pasado todo este tiempo defendiendo públicamente las posturas absurdas del presidente de la República sobre la supuesta inutilidad del cubrebocas y la falta de eficacia de las pruebas, en lugar de actuar como científico.
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Si esta postura nos hubiera llevado a controlar la pandemia, como el propio Gatell pretendía que ocurriera en pocos meses, los analistas no tendríamos argumentos para criticar la acción del gobierno. Lamentablemente no fue así.
La conducta errónea de Gatell no termina. A mediados de la semana pasada advirtió que los gobernadores de los estados no tienen autorización para comprar vacunas, lo que en lugar de ayudar dificultará el proceso de vacunación en el país.
A imagen y semejanza de su jefe, el presidente, López-Gatell pretende centralizar la compra y distribución de vacunas como si el gobierno federal hubiera demostrado eficacia en el abasto de medicamento.
Los responsables de la tragedia que estamos viviendo pagarán tarde o temprano los costos políticos de sus malas decisiones. La factura les podría llegar en las elecciones del 2021, sin menoscabo de que eventualmente pudieran enfrentar acusaciones de tipo penal.
OFF THE RECORD
**AHORA, ZACATECAS
Lo dijimos apenas el pasado viernes: la siguiente estación en la ruta de las acusaciones de fraude en Morena sería Zacatecas.
El sábado, el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, destapó a David Monreal Ávila como su candidato al gobierno de Zacatecas, al ser el mejor posicionado en la encuesta cuyos datos nadie conoce.
Las muestras de inconformidad del otro aspirante, José Narro Céspedes, no se hicieron esperar. Sus seguidores gritaron “fraude” en pleno destape.
¿Quién sigue?
**SIN LANA PARA REFORMAS
Lo advirtió la diputada federal del PRI, Mariana Rodríguez Mier y Terán: el gobierno federal no contempló recursos adicionales para la entrada en vigor de varias reformas aprobadas durante el periodo ordinario de sesiones que terminó el pasado 15 de diciembre.
Entre éstas se encuentran reformas en materia laboral y judicial, las cuales implican adecuación y construcción de nuevos espacios y contratación de personal.
La improvisación ronda en el grupo en el poder.
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