La próxima administración federal está obligada políticamente a reducir los precios de las gasolinas luego de las promesas de campaña del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador.
Sin embargo, de acuerdo con El Universal, el precio de las gasolinas puede subir más del doble en los primeros tres años del gobierno del tabasqueño respecto a lo ocurrido en la administración de Felipe Calderón, considerado el padre de los llamados “gasolinazos”.
Tal y como se expuso en este espacio informativo y de opinión a principios de julio, cumplir con lo prometido por el “mesías”, significa un sacrificio fiscal, como eliminar el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a combustibles.
En palabras del próximo secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, “en este momento está controlado el precio de la gasolina, no parece, pero sí. Porque el gobierno federal lo que está haciendo es bajar o subir el IEPS (…) Es lo mismo que haríamos nosotros”.
Urzúa planteó que el próximo año, no habrá más “gasolinazos” en términos reales, pero que los precios se estipularán conforme a la inflación.
¿Entonces? La respuesta es simple: sucederá justamente lo que planteó la administración actual y continuará la flexibilización de los precios del combustible.
“En tres años no habrá gasolinazos, pero no sólo eso, no aumentarán más allá de la inflación el gas, el diésel y la energía eléctrica, es mi compromiso”, dijo hace un mes el presidente electo.
Lo que significa una una estrategia similar implementada en 2015 por el entonces titular de la Secretaría de Hacienda, Luis Videgaray, que consistía en actualizar la cuota del IEPS conforme a la inflación.
Y con eso de que nos quieren vender que la gasolina no aumentará en términos reales, sino más bien nominales, Urzúa anticipa una inflación entre 4 por ciento y 5 por ciento durante el primer año de gobierno de López Obrador, es decir, alrededor de 4.5 por ciento.
En tanto, especialistas en economía del sector privado consultados en julio por el Banco de México (Banxico) anticiparon que la inflación va a promediar 3.5 por ciento por año, en 2020 y 2021.
Lo que nos llevará a otra promesa incumplida y que pegará, y duro, a los mexicanos. Considerando que el precio promedio de la gasolina Magna en México fue de 18.42 pesos por litro el mes pasado, este combustible puede llegar a costar 20.61 pesos para mediados del próximo sexenio. Es decir, un incremento de 2.19 pesos u 11.9 por ciento.
