La crisis económica y la pandemia del Covid-19 provocaron que durante el ciclo 2020-2021 dejaran de inscribirse en las diferentes escuelas cinco millones 200 mil alumnos que sí lo habían hecho el año anterior.
A este fenómeno hay que agregar que de los que sí se inscribieron, 750 mil no concluyeron el ciclo por diversos motivos, por lo que la deserción escolar en tan solo un año ronda los seis millones de estudiantes.
De acuerdo con datos del INEGI, la inmensa mayoría de los casos de deserción, cerca del 90 por ciento, se registra en la educación básica y media superior, es decir, desde preprimaria hasta preparatoria.
Lo anterior significa que millones de niños y jóvenes interrumpieron sus estudios durante el reciente ciclo escolar debido a que sus padres fueron víctimas de una crisis económica derivada tanto del Covid-19 como de las malas decisiones del gobierno.
Te recomendamos: Cada Guardia Nacional nos cuesta mil mdp al año
Respecto al nuevo ciclo escolar, que arrancó este lunes, las expectativas no son buenas, pues la pandemia del Covid-19 sigue sin ser controlada y el gobierno se ha negado a poner en marcha programas de apoyo a la población para la reactivación económica.
El desastre que fue el regreso forzado a clases presenciales refleja toda la problemática del sector educativo, caracterizado por la falta de interés del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
El regreso a clases se dio de manera parcial, con criterios diferenciados entre los diferentes estados, con muchas escuelas en mal estado y sin que el gobierno federal garantice mínimas condiciones de sanidad.
El hecho de que esté al frente de la SEP una persona sin experiencia, sin visión y sin carácter, como lo es Delfina Gómez, es un botón de muestra de lo que le importa al presidente de la República la educación.
