Después de que la polémica en torno al caso de la llamada #LadyCoralina se apagara en redes sociales, los análisis y las críticas sobre los “matones” virtuales ocuparon algunas páginas de los diarios más importantes del país.
En un par de artículos, periodistas mostraron sus indignación al encontrar una suerte de linchamiento hacia la joven que en su despedida de soltera se besó con otro chico que no era su prometido.
Gracias al video que se hizo viral, miles de páginas reprodujeron todo tipo de historias -algunas falsas- sobre lo que dicen realmente sucedió. Pero lo más grave se vio en redes sociales, donde a la joven la tacharon -por decirlo suave- de puta.
Sin embargo, en este espacio, la semana pasada ya condenamos ese tipo de actitudes que solo demuestran que la legión de idiotas a las que se refería Umberto Eco, siguen y seguirán ocupando las redes sociales.
A continuación, les compartimos el texto publicado el jueves 22 de septiembre.
En las últimas horas, el caso de #LadyCoralina ha inundado las redes sociales y los medios de comunicación, y el escándalo ha escalado hasta el punto de que los padres de la joven pidieron que dejaran de molestar cibernéticamente a su hija.
Y quizá este caso debería servirnos como punto de partida para evitar lo sucedido en Italia con la joven de 31 años, Tiziana Cantone. Después de que un video sexual -en el que ella aparece se hiciera- se hiciera viral, la mujer no aguantó la presión, las burlas y la crítica por parte de la sociedad en su país, y se quitó la vida.
La noticia conmocionó a tal grado a los italianos que, después de las miles de lamentaciones en las mismas redes sociales donde la condenaron, el Congreso decidió sacar a adelante una ley en contra del ciberacoso que castigaría hasta con 6 años de prisión este tipo de conducta.
Además de otros importantes cambios en la materia, uno que ha sido aplaudido es el que tiene que ver con las escuelas y el ciberacoso entre compañeros. Al parecer, cada escuela tendrá que asignar a un maestro para vigilar y denunciar este tipo de prácticas que lastiman a miles de niños no solo en Italia, sino alrededor del mundo.
Pero hay más. También existe la propuesta de que los familiares de la víctima puedan pedir que el contenido sea borrado en su totalidad en redes sociales y medios de comunicación. Y es que en el caso de Cantone, eso no sucedió. La chica pidió que se bajara el material donde ella aparecía teniendo relaciones sexuales con su pareja, pero ninguna empresa respondió adecuadamente.
Decíamos al inicio del texto que el caso de #LadyCoralina debe servirnos como punto de partida, para que nuestros políticos eviten una tragedia como la italiana. Y es que legislando podrían castigar a aquellos que hacen del escarnio y burla en redes sociales, su manera de vivir. Porque -no se trata de escandalizar- pero el caso de Cantone podría repetirse si no se tiene cuidado con este tipo de videos virales que hieren no solo a los protagonistas sino a todo su entorno.
