En 2022 la población en pobreza laboral superó los niveles de prepandemia

Para el tercer trimestre de 2022 el porcentaje de personas en situación de informalidad se incrementó a 21.8 por ciento

En 2022 la población en pobreza laboral superó los niveles de prepandemia
Foto: puntoporpunto.com

El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) reveló que el nivel de pobreza laboral en México es decir, la población total que vive en hogares donde no alcanza el ingreso para alimentar a la familia— superó a finales de 2022 los porcentajes que se registraron durante 2019 y principios de 2020, antes del inicio de la pandemia del coronavirus.

De acuerdo con el Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2022 del Consejo, durante 2019, el porcentaje de pobreza laboral se mantuvo en torno a 39 por ciento e incluso disminuyó hasta 36.6 por ciento para el primer trimestre de 2020.

Después se produjo la mayor alza en el tercer trimestre de 2020, cuando alcanzó 46 por ciento, y luego una leve recuperación comenzó a registrarse apenas a inicios de 2022, que abrió con un 38.8 por ciento. Sin embargo, en el tercer trimestre del año pasado volvió a subir y alcanzó el 40.1 por ciento. 

Aunado a ello, los niveles de pobreza laboral en el tercer trimestre de 2022 reflejaron una brecha de 17.2 puntos porcentuales entre la población del ámbito urbano (36 por ciento) y la del ámbito rural (53.2 por ciento).

Respecto de las personas ocupadas formales e informales, si bien el documento destaca que para inicios de 2022 la brecha entre ambas había comenzado a descender, al llegar a 19.9 puntos porcentuales tras haber sido de 22.6 en 2019, para el tercer trimestre de 2022 el porcentaje de personas en situación de informalidad se incrementó a 21.8 por ciento, por lo que la brecha volvió a subir a 21 puntos porcentuales. 

Por otro lado, el informe destaca los aumentos en el salario mínimo en los últimos años. Mientras que entre 2015 y 2018 estos incrementos variaron entre dos por ciento y 4.4 por ciento, a partir de 2019 se han mantenido constantes, con variaciones que superaron el 17 por ciento durante ese mismo año. En términos absolutos, eso significa que, de 2018 a enero de 2022, el salario mínimo pasó de 105.4 a 152.4 pesos.  

De acuerdo con el Coneval, esto es un acierto de política pública para el ingreso de las personas trabajadoras; sin embargo, su alza ha sido modesta en relación con la magnitud de la pérdida del poder adquisitivo.

Además, se deberán valorar a la luz de las altas tasas de inflación que se han reportado en el último año”, especifica el documento.

De ahí la relevancia de los niveles de pobreza laboral, pues aunque más personas tengan trabajo o ingresos, los recursos no son suficientes para alimentar a todos los integrantes de una familia.

El aumento en empleo, además, ha sido en circunstancias informales, sin registro ni supervisión de condiciones laborales, aunado a que el ingreso promedio disminuyó para el sector informal, según el propio Coneval ha publicado en análisis previos. 

El informe también subraya que, respecto del ingreso de las y los trabajadores, “es importante mantener la política orientada a la recuperación de los salarios mínimos y elaborar una estrategia para evitar que la aceleración de la inflación vuelva a generar pérdida del poder adquisitivo de los salarios mínimos”. 

Del mismo modo, implementar medidas que reduzcan las diferencias salariales entre mujeres y hombres, para que ellas no tengan que dejar el mercado laboral. 

El Coneval subraya la importancia de considerar que para las mujeres “el costo de oportunidad de mantenerse fuera del mercado laboral para prestar servicios de cuidado no remunerados en la familia es menor que para un hombre”. A ello añade que la pandemia impactó en la distribución del trabajo no remunerado. 

De manera específica se identificó un aumento drástico en la carga de tareas domésticas y de cuidados no remunerados en las mujeres, resultado de las medidas de distanciamiento social, el cierre de las escuelas y los sistemas sanitarios saturados que implicaron que las mujeres cubrieran el acompañamiento educativo de las y los niños, el cuidado de personas enfermas o de avanzada edad”, destaca el organismo. 

El Coneval detalla que en México, en 2020, las mujeres destinaban en promedio 21.7 horas semanales a los quehaceres domésticos y 27 al cuidado de otras personas, es decir, 48.7 horas semanales al trabajo de cuidados no remunerado, lo que equivale a una brecha de 12.9 y 11.5 horas, respectivamente, al tiempo que dedicaban los hombres a estas actividades. 

Esto se agudizó con la presencia de toda la familia en el hogar y la necesidad de adoptar las medidas de prevención en salud como resultado de la emergencia sanitaria… Desde hace tiempo se reconoce el trabajo de cuidados no remunerado de las mujeres como impulsor de desigualdades, especialmente en lo relativo al salario e ingresos más bajos”, señala el informe.

Con información de Animal Político

MSA