El encontronazo que tiene lugar entre aspirantes a la dirigencia nacional de Morena podría ser muy divertido, si no fuera porque esa lucha basada en ataques con lodo la estamos pagando todos los mexicanos.
Hasta el momento, el INE ha gastado 21 millones de pesos en la organización de la elección interna de Morena. Y aún falta realizar una nueva batería de encuestas para definir el ganador entre los dos punteros.
Esos recursos salen de los impuestos de todos los mexicanos, pues aunque el INE descontará lo gastado de las prerrogativas de Morena, de todos modos se trata de recursos públicos.
Para los morenistas solo hay de dos sopas: o los dirige Porfirio Muñoz Ledo, en su papel de ariete de los ultras de ese partido, o los dirige Mario Delgado, un político gris que como dirigente será un “obediente ciego” del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.
Debido a que Morena tiene un padrón de militantes inflado con fantasmas y fácilmente manipulable, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ordenó que el INE realizara la elección.
Hace algunas semanas dijimos en este espacio que Morena ni es un partido ni es un movimiento, sino un taxi al que políticos de todos los perfiles e ideologías se suben solo con la intención de que el vehículo los lleve a su destino, es decir, a obtener algún cargo público.
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En estos momentos, ese taxi ya no solo tira aceite, sino que se mueve en zig zag y da volteretas y enfrenones debido a que varios de sus militantes están jaloneando el volante.
El partido Morena solo ha tenido tres dirigentes: su principal fundador, López Obrador, y los otros dos, incondicionales suyos: Martí Batres y Yeidckol Polevnsky, que lo fue exclusivamente por el mecanismo de prelación.
La convocatoria para elegir a la nueva dirigencia fue emitida hace más de un año, desde el 19 de agosto del 2019. En aquella ocasión se fijó la fecha del 20 de noviembre de ese año para que se llevara a cabo el Tercer Congreso Nacional, en donde se llevaría a cabo la elección.
Desde entonces se agudizó la guerra de lodo entre liderazgos y corrientes internas de Morena, para obtener el control del partido, con la mira puesta en la definición de candidaturas a cargos de elección popular para el 2021.
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Tras jaloneo entre corrientes, en algún momento hubo dos convocatorias para elegir a la nueva dirigencia. La de Yeidckol Polevnsky, que había ajustado la fecha para el 17 de noviembre y la emitida por el Consejo Nacional, encabezado por Bertha Luján, que citó a Congreso Nacional para el 24 de ese mes. Ninguna se cumplió.
El estira y afloja se mantuvo y finalmente, el 26 de enero de este 2020, el Congreso Nacional de Morena –desconocido por Yeidckol—eligió al diputado federal Alfonso Ramírez Cuéllar como presidente del CEN provisional, con la encomienda de convocar a la elección de la nueva dirigencia.
El 1 de julio, Ramírez Cuéllar convocó a la elección de la dirigencia mediante encuesta solo entre la militancia, a pesar de que desde octubre del año pasado el TEPJF había determinado que la encuesta fuera abierta a la población en general, debido a que el padrón de Morena no era confiable y no había sido depurado.
Por esta y otras irregularidades, el TEPJF anuló la convocatoria y, ante las reiteradas violaciones estatutarias y la premura, ordenó que el INE organizara el proceso interno de Morena.
Morena nació con todos los vicios que nunca pudo superar el PRD, entre ellos, el caudillismo y el tribalismo. El lodazal en que está convertido el proceso para renovar la dirigencia lo confirma.
OFF THE RECORD
**DEFIENDEN FIDEICOMISOS
Organizaciones sociales –más de 60— y aproximadamente 500 ciudadanos pidieron al Senado que le enmiende la plana a la Cámara de Diputados y dé marcha atrás en la extinción de 109 fideicomisos.
Entre las organizaciones firmantes están Fundar, Justicia para las Mujeres, Greenpeace México, México Evalúa y el Instituto Mexicano para la Competitividad.
¿Cómo harán los senadores de la 4-T para batear esta petición?
**DENUNCIA CORRAL MANO NEGRA
El gobernador de Chihuahua, Javier Corral Jurado, anunció que presentará denuncias por el bloqueo a las vías del ferrocarril que atraviesan ese estado, pues, aseguró, detrás de esas acciones hay un interés de generar violencia.
Dijo también que el gobierno federal busca evadir su responsabilidad y dejar al estado el problema, con todo el daño que acarrea.
Posiblemente detrás de los bloqueos no haya mano negra, sino guinda.
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