El escritor estadounidense, Howard Phillips Lovecraft, escribió hace algunas décadas el cuento de “El Intruso”, un antecedente para el género zombie de la actualidad.
La historia relata el momento en que un hombre –quien aparentemente vive en un castillo–, decide salir a las calles de su pueblo.
Sin embargo, el hombre no emerge de lo alto, sino del submundo, y no recuerda nada ni a nadie.
El hombre merodea diferentes lugares pero se desconcierta cuando todos corren al verlo.
El pueblo se vuelve un caos, todos huyen, pero el hombre no sabe de qué o de quién.
Finalmente, el protagonista en la historia de Lovecraft se da cuenta que él es la causa del terror colectivo. Y es que, según parece, está muerto.
Resulta curioso que en este mundo –y no sólo en la ficción–, existe al menos un muerto viviente del que todos huyen. Este zombie se llama Nicolás Maduro.
El mandatario de Venezuela es lo que queda de la dictadura de Hugo Chávez y hoy encabeza a un gobierno de escombros.
Como sabe, en su afán por mantenerse al frente de su país, Maduro ha dañado a sus gobernados.
Es así que los venezolanos huyen del régimen del presidente y se refugian en otros países donde la crisis es menor.
Es así como incluso ex funcionarios del gobierno de Hugo Chávez se unen a la exigencia de un referendo revocatorio. Por ejemplo, Ana Elisa Osorio, quien fue ministra de Ambiente en el gabinete de Hugo Chávez durante cinco años, y el lunes pasado aseguró que los ciudadanos deben decidir el futuro de su nación.
Es así como el presidente de Venezuela se quiebra por el miedo de perderlo todo en un lugar donde la esperanza es poca. No obstante, parece que Maduro no se da cuenta de ello, y cada vez se aferra más a su cargo.
En el cuento de Lovecraft, “El Intruso”, el protagonista de la historia es el único que no sabe que él es el problema.
En el caso de Venezuela todo indica que ocurre lo mismo, pues Nicolás Maduro no se ha dado cuenta de que su gobierno y su persona son la causa de los males que aquejan a los ciudadanos que aquél país.
