EL HORIZONTE DE LA POLÍTICA MEXICANA

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Foto: La Otra Opinión

Los autores de la política nacional han colocado sus esfuerzos a lo que observan en el horizonte por venir, los cambios en la representación política nacional: en la presidencia, senado y diputados, así como en nueve gubernaturas, incluyendo la Ciudad de México, alcaldías y congresos locales.

Los partidos políticos, junto a los aspirantes a las diversas candidaturas se preparan para la competencia electoral. Los ciudadanos observan los movimientos, los eventos y mensajes, las propuestas personales y de organizaciones.

Todo cuenta para el imaginario social, desde lo riguroso de los planteamientos para atender problemas nacionales, hasta lo ridículo que logre llamar la atención.

Los medios de comunicación y las redes sociales reproducen y analizan cada expresión y característica de quienes aspiran a ocupar algún cargo en el próximo año de 2024, conforme a las reglas partidarias y electorales, incluso en contra de ellas.

Tal parece que la autoridad electoral ha emprendido el camino de una laxa tolerancia, ya sea en los tiempos, actividades y recursos, así como en la interpretación del periodo de precampañas.

La misma batalla electoral va marcando los hitos de la violencia intrapartidaria, así como en el deseo de superar a los adversarios; el gobierno y sus representantes buscan colocar a quienes desean que continúen su ruta, los opositores muestran los excesos y abusos de quienes pretenden la continuidad oficial y buscan encontrar los medios que provoquen la alternancia. Los problemas nacionales, su atención y solución, se han suspendido en el gobierno, si no es que ya se les han dado carpetazos, aunque la sociedad padezca por ello.
Finalmente, los tiempos de la decisión llegarán, ya sea por encuestas, elecciones internas o valoraciones del poder organizado.

El tiempo político es diferente para el tiempo cotidiano. El horizonte se aleja cuanto más se acerca a él. Las expectativas se revaloran ante la realidad; la conjunción de necesidades, intereses y deseos, rompe la acción pública y limita el avance de lo que la sociedad limita; los recursos habrán de fluir, la presión crecerá y, al final, el resultado beneficiará a unos y perjudicará a otros.

Así el horizonte de la política mexicana, cuyos ingredientes de inseguridad y tensión exterior revuelven el río de las pasiones, y esperamos que no incentiven la violencia electoral.

Los factores habrán de delinear las acciones de cada actor y, así, veremos de qué están hechos todos y cada uno de ellos; mujeres y hombres ya están en la arena política, reciben el elogio y abucheo de quienes los observan, los sobrevivientes serán ungidos con el poder que les corresponde. Y así, el horizonte se acerca o aleja, lo mismo que un éxito o derrota que le acompañan. Así las cosas en la política actual.