El Chapo juega a la victimización

Luego de semanas de utilizar todos los recursos a su alcance para advertir que las medidas de seguridad no le permiten dormir, el Chapo Guzmán consiguió un amparo para que le permitan descansar por las noches.

Como seguramente sabe, los abogados del narcotraficante aseguran que los derechos de sus cliente han sido vulnerados pues los custodios del penal lo despiertan cada cuatro horas para el pase de lista.

Y aunque todo el mundo sabe que al estar en prisión se pierden algunos de los derechos básicos –como la libertad–, para el Chapo Guzmán y su defensa, las autoridades carcelarias se exceden en su intento por evitar una tercera fuga de uno de los criminales más relevantes en la historia reciente del país.

Probablemente, para algunos resulte justo, adecuado o necesario que el Chapo duerma sus horas y se le respete el derecho a descansar. Sin embargo, aquí creemos que más allá de proteger sus garantías, el Chapo intenta construir una imagen de víctima.

En efecto, atrás de las entrevistas, las declaraciones, las quejas y las exigencias, el Chapo pretende contar su historia, el Chapo quiere aparecer como un mártir del sistema y el Chapo aspira a ser visto como un ser humano decente.

La pregunta es, ¿le funcionará?