DEL “TECITO” A LAS “GOTICAS” DE MADURO

Al recomendar “un tecito”, ungüentos y vaporup para “curar” a los niños enfermos de Covid-19, el secretario de Salud, Jorge Alcocer Varela, hizo un ridículo internacional del tamaño del que al inicio de la pandemia hizo el dictador de Venezuela, Nicolás Maduro, al promover sus “goticas milagrosas”.

El 24 de enero del 2020, cuando el Covid se empezaba a expandir por el mundo, Maduro presentó “Carvativir”, un supuesto antiviral creado en Venezuela y avalado por las autoridades sanitarias de ese país, —controladas por el dictador— que haría milagros contra el nuevo coronavirus.

“Diez goticas debajo de la lengua, cada cuatro horas, y el milagro se hace”, afirmó Maduro, con lo que se ganó el repudio de la comunidad científica de su país y de una buena parte del mundo.

Otro populista latinoamericano, el presidente de Argentina, Alberto Fernández, recomendó el 12 de marzo del 2020 tomar bebidas calientes para enfrentar al Covid, “porque el calor mata el virus”.

Lo de los presidentes de Venezuela y Argentina es grave, porque se trata de dos jefes de Estado que tienen la obligación de brindar seguridad, bienestar y salud a sus gobernados, y eso no se logra con productos milagro ni con remedios caseros.

Pero lo de Alcocer es, además de grave, inconcebible pues se trata de una persona que durante muchos años se ha dedicado a la investigación científica y que ahora está al frente de la Secretaría de Salud de nuestro país.

Con su payasada del “tecito”, Jorge Alcocer se puso a competir con otros personajes que también han promovido soluciones mágicas contra el Covid, como la alcaldesa de Iztapalapa, Clara Brugada, quien en marzo del 2020 repartió entre habitantes de la demarcación chochitos homeopáticos “para prevenir infecciones, entre ellas el Covid”.

O como la senadora de Morena Lucía Trasviña, quien en noviembre del 2020 organizó un foro en el Senado para que el “investigador” de los ovnis, Jaime Maussan, presentara un medicamento milagro contra el Covid. El foro, por fortuna, fue cancelado.

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Y ni modo que el presidente Andrés Manuel López Obrador le reclame a Jorge Alcocer su frivolidad, si él mismo afirmó en su momento que su mejor protección contra el Covid era una estampita religiosa que le habían regalado.

Esa frivolidad de la gente que nos gobierna sería meramente anecdótica y hasta divertida, si no fuera porque ha provocado la muerte de miles de personas.

Al inicio de la pandemia, el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, aseguró que el número de muertos no rebasaría los 60 mil. Actualmente ya hay más de 300 mil reconocidos oficialmente y por lo menos el doble según estimaciones de especialistas ajenos al gobierno.

En estos momentos México tiene el nada honroso primer lugar en letalidad, al registrar 7.5 muertes por cada 100 contagiados, según el análisis realizado por la Universidad Johns Hopkins.

Lo más probable es que tengamos que esperar a que llegue un gobierno de un partido distinto al de Morena para que se revise la actuación de la actual administración frente a la pandemia del Covid y sean sancionados quienes fallaron por acción u omisión.

OFF THE RECORD

**AHORA, TORTURA EN VERACRUZ

Como si algo faltara, han surgido denuncias sobre la práctica de tortura en la Fiscalía General de Justicia de Veracruz, el instrumento del gobernador Cuitláhuac García para perseguir a críticos y opositores.

La comisión especial del Senado que investiga violaciones a los derechos humanos en Veracruz tiene mucho material para trabajar.

**CACICAZGO VIGENTE

El cacicazgo de Carlos Romero Deschamps en el Sindicato de Pemex está más vivo que nunca. La gente del eterno dirigente se prepara para darle continuidad al cacicazgo ahora a través de Ricardo Aldana, quien durante años ha manejado el dinero de los trabajadores.

Todo, con el aval del Supremo de Palacio Nacional.

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