“¿Cuántos muertos van? Los que usted quiera, señor Presidente…”

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Los gestos del doctor Hugo López-Gatell iban de la fingida cara de sorpresa a una risa burlona que se dibujaba detrás del cubrebocas, durante su comparecencia en el Senado.

El caso es que asentía o negaba con la cabeza, alzaba las cejas, pelaba los ojos y hasta aplaudía a las opositoras que, estadísticas en mano, ilustraban la pésima estrategia del gobierno para hacer frente a la pandemia.

Ésa era su primera respuesta a las durísimas críticas de senadoras de la oposición que le hablaban de los 83 mil 945 muertos por covid, y de 821 mil 45 contagios registrados oficialmente. Las senadoras le reprochaban el bajísimo número de pruebas, la resistencia al uso del cubrebocas y su deseo de quedar bien con el Presidente, aun a costa de su deber como médico.

* La intervención que se llevó la comparecencia fue de la exmorenista —hoy panista— Lilly Téllez, convertida en vocera de muchos mexicanos.

Le restregó a López-Gatell que la letalidad por covid es de 10.3% en México, contra el 3% promedio de los ocho países con más contagios en el mundo.

Pero también que el 73% de los intubados fallecen en este país; que las autoridades de salud han mandado a su casa, sin hacerles pruebas, a 36 de cada 100 enfermos del covid; mientras que a los funcionarios de la 4T se les hace al primer estornudo.

Las cifras mencionadas no fueron desmentidas por el compareciente. En su respuesta habló de la “negligencia” de una “minoría” que ahora quiere dar lecciones de honestidad, pese a que gobernaron el país 30 años.

Sobra decir que López-Gatell formó parte de las instituciones públicas de Salud en los gobiernos de Felipe Calderón y de Enrique Peña Nieto.

Lilly Téllez se unió al coro que reprochó al funcionario no haber hecho caso al llamado de la OMS de hacer “pruebas, pruebas y más pruebas” para rastrear el virus.

“Le voy a decir por qué: usted quería quedar bien con el Presidente. Le ofreció resolver todo a bajo costo. Con pruebas iba a ser carísimo y con el modelo Centinela baratísimo. Usted es la encarnación del dicho: lo barato sale caro”, le dijo.

Fue incluso hasta el lugar que el compareciente ocupaba en tribuna para entregarle un cetro, luego de nombrarlo “pequeño virrey de las camas vacías y los muertos en casa”.

Ya para entonces la sesión era un relajo.

Otra panista, Martha Márquez, paseó en su cara una caricatura que mostraba a López-Gatell ocultando con una sábana un montón de calaveras.

La caricatura llevaba una mordaz leyenda: “¿Cuántos muertos van? Los que usted quiera, señor Presidente”.

Otras dos pancartas paseó Márquez por todo el salón: “Exceso de arrogancia”; “Exceso de incompetencia”.

Verónica Delgadillo, del MC, le pidió la renuncia, mientras que Nuvia Mayorga, del PRI; resaltó la pésima estrategia para enfrentar la pandemia.

Los oradores de Morena le aplaudieron. Todos le dijeron que era un chingón.

* Desconocí ayer al muy respetado senador de Morena Miguel Ángel Navarro, presidente de la Comisión de Salud. Suspendió abruptamente la comparecencia de López-Gatell y de José Alonso Novelo, titular de la Cofepris, por considerar que no había garantías ni respeto a los comparecientes.

No le gustó el maltrato de los opositores al subsecretario de Salud. Se le olvidó que un legislador no puede ser reconvenido por sus opiniones, y él lo hizo con Téllez y con Márquez.

Por cierto que nos quedamos en ayunas de datos del extraño robo de medicamentos para niños con cáncer.

Porfirio Muñoz Ledo optó por la prudencia. No se presentó en la sede de Morena a rendir protesta como presidente de ese partido, como había anunciado. “Hay un asalto violento”, explicó el diputado.

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Y es que alrededor de 15 feministas le cerraron el paso. Dos de ellas se treparon en la reja de entrada de la sede de Morena, detrás de unos letreros en los que acusaban a Porfirio de acosador.

“¡Vendidas!”, replicaban mujeres morenistas que llegaron hasta la sede de Morena, en las calles de Chihuahua, para apoyar al veterano político.

A gritos les pedían pruebas de los señalamientos contra Porfirio. Hubo aventones y jaloneos, pero no pasó a mayores.

La ausencia de Muñoz Ledo en la sede de Morena no quiere decir que aceptó el “empate técnico” que cantó el INE como resultado de las encuestas. Esas mediciones lo ponen arriba por centésimas.

“Yo soy el presidente legítimo de Morena y voy a rendir protesta muy pronto”, prometió en rueda de prensa por Zoom.