El presidente Andrés Manuel López Obrador confirmó esta mañana que en los primeros días de julio sostendrá una reunión con su homólogo de Estados Unidos, Donald Trump, en Washington, con motivo del inicio del Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
En ese sentido, el mandatario tabasqueño explicó que que el encuentro se llevaría a cabo el 1 de julio, porque ese día, según él, se cumplen dos años de su victoria en las elecciones presidenciales, las cuales calificó como “históricas”.
Sin embargo, esta reunión contrasta con lo ocurrido en febrero de 2018 cuando el entonces presidente Enrique Peña Nieto canceló el encuentro que estaba programado con el magnate neoyorkino en la Casa Blanca debido a que en días previos sostuvieron una llamada en el cual el mandatario mexiquense le exigió a Trump que en dicha reunión no se abordara el tema del muro fronterizo, petición que el norteamericano se negó.
Por su parte, Trump aseguró que dicha reunión se había cancelado al señalar que iba a ser “estéril”; incluso había amenazado con cancelar el encuentro con Peña Nieto si México no estaba dispuesto a pagar por el “tan necesario” muro que quiere construir en la frontera sur de la Unión Americana, lo que fue calificado por algunos líderes políticos opositores mexicanos como una “humillación”.
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¿Será que en dicha reunión López Obrador se doblegará nuevamente ante Trump y de paso dejará que México nuevamente sea humillado?
Cabe recordar que López Obrador le tiene un miedo enorme a la furia del magnate neoyorkino que por ello se deja humillar y acepta sus órdenes sin cuestionarlo.
Como ejemplo tenemos la amenaza de Trump de junio de 2019 cuando aseguró que impondría aranceles a los productos mexicanos si el gobierno de AMLO no hacía nada para frenar el paso de las caravanas migrantes.
En respuesta, la 4T le prometió “construir” su muro fronterizo, para ello desplegó a miles de elementos de la Guardia Nacional (GN) en la frontera sur de México para impedir el ingreso de los centroamericanos.
¿Cobardía de Estado? López Obrador ha exigido que se debe respetar la investidura presidencial, pero si él ha sido el primero en ultrajarla con su comportamiento blandengue, inútil, tímido, inservible, sin carácter y pusilánime.
Con información de El Universal y El Sol de México
