Como parte del proyecto de Programa General de Reordenamiento Territorial (PGRT) que envió al Congreso local, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, plantea la “apropiación” de predios baldíos, abandonados o subutilizados para desarrollar vivienda.
Lo que plantea la jefa de Gobierno es algo similar a lo que hizo el Hugo Chávez en Venezuela, quien el 26 de agosto del 2004 pidió a sus colaboradores activar la figura de “expropiación por causa de utilidad pública” de terrenos baldíos en los centros urbanos.
A partir de entonces fueron expropiados centenares de terrenos y edificios de vivienda supuestamente subutilizados en Caracas y prácticamente en todas las ciudades importantes de ese país, con el pretexto de dotar de vivienda a los más pobres.
Dentro del proyecto de PGRT que en días pasados envió al Congreso local, Claudia Sheinbaum plantea regular la ocupación sustentable y racional del territorio de la Ciudad de México “como base de las estrategias de desarrollo socioeconómico y de preservación ambiental”.
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Propone la apropiación por parte del gobierno de predios baldíos y abandonados a través de una figura que se llamaría Zona de Interés Público para la Rehabilitación Incluyente (ZIPRI).
Con esta figura, el gobierno haría declaratorias de apropiación y reconversión de predios baldíos, abandonados o subutilizados, con potencial para el desarrollo de vivienda o la construcción de parques públicos. La declaratoria correspondiente iría acompañada con un cambio de uso de suelo.
Las ZIPRIS también permitirían al gobierno hacer declaratorias sobre la necesidad de renovación, rehabilitación y mejoramiento de vivienda en los lotes cuya vida útil exceda los 50 años.
Con Sheinbaum en plena campaña adelantada por la candidatura presidencial de Morena, es fácil imaginar el uso clientelar que le daría a la promoción de vivienda de interés social en esos predios que sean expropiados, en caso de que sea aprobado el PGRT.
Como lo informamos hace unos días en La Otra Opinión, al enviar el proyecto al Congreso, Sheinbaum se brincó la obligación que tiene de someterlo previamente a consulta popular.
La intención de la jefa de Gobierno es que el PGRT y el Plan General de Desarrollo sean aprobados por la actual legislatura, toda vez que en la siguiente Morena no tendrá la fuerza que tiene ahora.
