El aumento desmesurado del precio del gas LP tiene su origen principalmente en el hecho de que las empresas distribuidoras tienen que comprar el producto en el extranjero, sobre todo en Estados Unidos, debido a que la producción nacional es muy limitada.
Y claramente, el responsable de esto es el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien desde el inicio de su gobierno le pidió a Pemex reducir la producción de gas y al mismo tiempo ordenó a la Secretaría de Energía cancelar contratos con empresas privadas que lo producirían.
Actualmente, Pemex produce cuatro veces menos gas natural que en el 2017, mientras que el que se genera de manera automática como consecuencia de los procesos de extracción de crudo, se desperdicia casi en su totalidad por falta de ductos, tecnología y espacios para almacenarlo.
De acuerdo con el analista de El Financiero, Jonathan Ruiz Torre, al lanzar a la atmósfera ese gas que no se aprovecha, Pemex pierde 45 millones de dólares al mes, que es lo que obtendría si lo pudiera colocar en el mercado.
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La mayoría del gas que se comercializa en México proviene de Estados Unidos, en donde los precios se han incrementado debido a que hay mucha demanda del producto en Canadá, Europa y Asia, países que pagan mejor.
Y la producción de gas en nuestro país, que sería una de las consecuencias de la reforma energética del 2014, fue frenada por decisión del presidente López Obrador en cuanto llegó a la Presidencia de la República.
En el 2018, último año de Peña Nieto, Pemex suscribió un contrato de servicios por cinco años con una empresa privada para la exploración y extracción de gas natural en el campo Olmos, municipio de Hidalgo, Chihuahua.
Dicho contrato, al igual que otros similares, fue cancelado por la actual administración, lo que impidió la operación de pozos que en estos momentos estarían produciendo 117 millones de pies cúbicos diarios de gas natural tan solo en uno de los cuatro campos ubicados en el norte del país.
El presidente contempla crear una empresa estatal para vender directamente el gas a la población. Pero ese gas será comprado a Estados Unidos a un precio elevado, cuando México estaba en condiciones de producir su propio gas para consumo interno y para exportación.
