La noche del pasado jueves 15 de octubre se detuvo al exsecretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos, en un aeropuerto de los Ángeles, California. La detención fue solicitada por la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) al señalar que tiene relación con tráfico y distribución de drogas.
Debido a ello, para algunos especialistas el arresto de este general mexicano podría no sólo darle un duro golpe en la confiabilidad al Ejército mexicano, sino que también amenaza con dañar la relación que tiene el gobierno de Andrés Manuel López Obrador con los militares.
Falko Ernst, analista senior del International Crisis Group, resaltó que la administración del mandatario tabasqueño ha puesto mucho de su capital político a las Fuerzas Armadas a fin de que su proyecto de nación funcione; como pruebas de ello están que los militares están cargo de la construcción de sus megaconstrucciones, de la vigilancia de los puertos y su proyecto con el cual busca facultar al Ejército para que realice tareas de seguridad público.
Por su parte, un funcionario de alto rango de la policía mexicana, quien habló bajo condición de anonimato, indicó que la detención de Cienfuegos Zepeda cambió “las reglas del juego”, esto al advertir que con las acusaciones que se le imputan se corre el riesgo de sacudir un pilar clave del Estado mexicano hasta la médula y provocar su ira.
No hay que olvidar que López Obrador prometió en su campaña electoral que regresaría a los militares a sus cuarteles; sin embargo el se ha apoyado en las Fuerzas Armadas para impulsar algunas acciones para “transformar” al país; como ejemplo está la creación de la Guardia Nacional (GN) el cual prometió que tendría un mando civil, pero recientemente la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) asumió el control operativo de esta corporación de seguridad.
Con información de Diario 24 Horas
MSA
