Apelo a nuestra memoria

Conforme avanzan los días para que termine el gobierno de Enrique Peña Nieto, es más difícil entender al futuro gobierno que continúa tomando decisiones sin haber llegado al poder, pero todavía es más complicado comprender las constantes contradicciones y que sigan convenciendo a pesar de ello.

Muchas veces se ha dicho que los mexicanos no tenemos memoria y creo que nuestra historia nos muestra que esto es cierto, pero ahora con el desarrollo de la tecnología siempre hay alguien en redes sociales que nos recuerda, con videos, las declaraciones de los distintos personajes de la política.

“Que no se utilice (a los soldados) para suplir las incapacidades de los gobiernos civiles, no es con el Ejército cómo se pueden resolver los problemas de inseguridad y de violencia, no con el uso de la fuerza, no desgastando más a las instituciones de la República”, dijo el presidente electo Andrés Manuel López Obrador.

Y ahora, toda la estrategia de seguridad estará en manos del Ejército con la Guardia Nacional, que de acuerdo con el coordinador de los diputados de Morena, Mario Delgado, estará conformada por 83 mil elementos.

Según la información que dio a conocer, estos 83 mil elementos se componen de los 37 mil que integran actualmente la Policía Federal, 36 mil militares y 10 mil de la Naval, además de que se contratarán 50 mil más en tres años.

Por cierto, entre tantas contradicciones estas cifras no cuadran con la del Presupuesto de Egresos de la Federación de 2018, que en el Analítico de Plazas señala que la Secretaría de Marina tiene un total de 66 mil 616 plazas; la Secretaría de la Defensa Nacional, 215 mil 236, y la Policía Federal, 43 mil 724.

De estas hay 70 mil 780 soldados, 12 mil 792 marinos y siete mil 13 policías federales.

Es decir, que actualmente hay 90 mil 585 plazas de marinos, policías y soldados, por lo que contratar a 50 mil más sería equivalente a más de la mitad de las plazas actuales.

Y ante la molestia que ocasionó esta propuesta entre organizaciones de la sociedad civil y en redes sociales, la respuesta es la misma: resolvamos el conflicto con una consulta a modo; y lo más triste es que mucha gente considera que esto es la democracia.

Cómo recuerdo a los ahora morenistas cuando eran perredistas y vociferaban en cada elección, y aseguraban que no habían sido transparentes, que se compraba el voto, que estaban ofreciendo dinero… en fin, que no se respetaba la voluntad popular y muchas veces esto era obvio.

Pero ahora no importa si las urnas ya están rellenas, no sabemos ni siquiera quién va a contar los votos, tampoco importa si vota el 1 por ciento de la población inscrita en el padrón electoral ni donde se guardan las urnas por la noche y mucho menos si alguien tiene una vaga idea de lo que le están preguntando.

Pero en este gran juego de la democracia en el que entraremos a la cuarta transformación, lo importante es creer, no confirmar y la duda no es válida.

Y yo pregunto: ¿si el pueblo mexicano, que es sabio, ya conocía la mejor fórmula para resolver el problema de la inseguridad, por qué nadie lo consultó antes?

Si es un problema de tan fácil solución que cualquiera puede saber qué es lo que se requiere, ¿por qué hemos llegado a 1 millón 560 mil 246 delitos, de acuerdo con la información del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública?

En definitiva tanta simplicidad provoca verdaderas dudas y sobre todo después de que el Presidente electo señaló, en la entrevista en “Tercer Grado”, que “con todo respeto” él es quien tiene que dar cuentas sobre la seguridad.