AMLO, TAN ESPÍA COMO TODOS

En realidad, el Cisen solo cambió de nombre. Las funciones institucionales del CNI son las mismas que tenía el antiguo órgano de inteligencia

El presidente Andrés Manuel López Obrador se rasga las vestiduras por el hecho de que él y su familia fueron espiados en el pasado, pero no dice que su gobierno hace lo mismo con periodistas críticos, activistas sociales, políticos de oposición y hasta con algunos de casa.

La difusión, a finales del pasado mes de mayo, de una conversación telefónica del entonces vocero de la Secretaría de Gobernación, Omar Cervantes Rodríguez, en la que hace un señalamiento sobre el consejero jurídico de la Presidencia, Julio Scherer, confirma que el espionaje está más vivo que nunca en tiempos de la “4-T”.

López Obrador desapareció el Cisen, pero creó en su lugar el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), dependiente de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, el cual dejó a cargo de un personaje de toda su confianza, el general en retiro Audomaro Martínez Zapata.

En realidad, el Cisen solo cambió de nombre. Las funciones institucionales del CNI son las mismas que tenía el antiguo órgano de inteligencia, que a su vez sustituyó en 1986 a la ya legendaria Dirección Federal de Seguridad.

Es claro que el titular del CNI, Audomaro Martínez, le reporta directamente al presidente de la República, con quien tiene tanta cercanía que estuvo a punto de ser nombrado secretario de la Defensa.

El espionaje siempre ha existido en México y en todos los países del mundo. Aquí antes lo hacían la DFS, el Cisen y la PGR; ahora lo hace la CNI y la Fiscalía General de la República, que de autónoma solo tiene el nombre.

Durante el primer año del actual sexenio, agencias gubernamentales de eso que llaman “Cuarta Transformación” utilizaron el software Pegasus para espiar a periodistas, activistas y opositores, como lo documentó el Citizen Lab de la Universidad de Toronto.

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Varios periodistas, entre ellos Raymundo Rivapalacio y Héctor de Mauleón, han denunciado haber sido víctimas de espionaje no durante el gobierno de Peña Nieto, sino durante la actual administración.

En la entrega del pasado 4 de junio dijimos que la “4-T” se armó para perfeccionar las labores de espionaje. Entre  2019 y 2010, la FGR adquirió varios juguetitos para espiar, entre ellos un  equipo conocido en el mundo del ciberespionaje como Geomatrix, capaz de rastrear al mismo tiempo 135 mil líneas de teléfonos celulares.

Y las reformas recientemente aprobadas a la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión que contemplan la creación de un padrón de usuarios de celulares, le permiten a la FGR y a la Guardia Nacional acceder a los datos personales de todos los ciudadanos sin orden judicial. ¿Eso es espionaje a gran escala o no? ¿Para qué entonces se rasgan las vestiduras?

OFF THE RECORD

EL LODO DE SANJUANA

El asunto de la campaña de desprestigio que la directora general de Notimex, Sanjuana Martínez, ha emprendido en contra de periodistas críticos al gobierno de López Obrador y empleados de la empresa del Estado llegó a la Comisión Permanente del Congreso.

La bancada del PAN pidió exhortar a la Secretaría de la Función Pública para que investigue a Sanjuana por utilizar recursos públicos en dichas campañas de desprestigio.

**AMLO SE BURLA DEL INE

Una vez más, López Obrador se burló del INE y de la ley, al invitar, durante su mañanera de ayer, a la gente a votar por la consulta gansito del próximo 1 de agosto.

¿Por qué el jefe del Estado puede violar impunemente una y otra vez la Constitución y las leyes secundarias?

Algo no hemos hecho bien.

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