De acuerdo con el concentrado de encuestas que realizó el sitio especializado Oráculus –actualizado al pasado 1 de septiembre– a 21 meses de su gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador tiene un nivel de aprobación del 58 por ciento, seis puntos menos que los que tenía Felipe Calderón Hinojosa en el mismo periodo.
El 1 de diciembre del 2006, el panista Calderón inició su gestión con un 56 por ciento de aprobación. Para agosto del 2008 –21 meses de gobierno– ya había ganado seis puntos, pues registraba un 62 por ciento. En años posteriores su nivel se mantuvo prácticamente estable y terminó, en diciembre del 2012, con un 59 por ciento, un punto más de lo que actualmente tiene el presidente.
La historia de López Obrador en lo que va de su gobierno es muy distinta. El 1 de diciembre de 2018 arrancó con 75 por ciento de aprobación. En pocas semanas su nivel se disparó, al grado de que en febrero de 2019, con apenas tres meses en el poder, alcanzó los 81 puntos.
Sin embargo, algo pasó y el presidente cerró diciembre del 2019 con 68 puntos de aprobación, lo que significa que en diez meses perdió 13 puntos. Luego, en solo tres meses –entre enero y marzo de este 2020— López Obrador perdió otros diez puntos, hasta mantenerse prácticamente estable con el 58 por ciento de aprobación que registra actualmente.
De manera paralela, su nivel de desaprobación va en ascenso. En febrero del 2019 registraba un 14 por ciento en este indicador, mismo que al 31 de agosto de este 2020 llegó a 38 por ciento.
Estas cifras nos revelan claramente una drástica caída en la popularidad del presidente de la República, pues, aunque mantiene su nivel de aprobación por arriba del 50 por ciento, las gráficas del concentrado de encuestas nos indican una clara tendencia a que se cierre la brecha entre sus niveles de aprobación y desaprobación.
¿Por qué López Obrador perdió tantos puntos en su nivel de aprobación de enero a marzo de este año? Es difícil encontrar una respuesta concreta y concluyente, pero en algo ayudará revisar la forma en que se comportó en este periodo.
El 17 de enero deslizó la posibilidad de rifar el avión presidencial, que tanto gasto ha generado por tenerlo inactivo. Ante la imposibilidad legal de hacerlo, el 7 de febrero anunció oficialmente que se rifaría una cantidad de dinero supuestamente equivalente al valor de la aeronave.
A partir de entonces ha utilizado un tiempo considerable de las conferencias mañaneras para hablar de esa frivolidad. Presionó a un grupo de empresarios para que compraran “cachitos”, pero aún así, la famosa rifa será un fracaso.
El 23 de marzo, el gobierno federal canceló el proyecto de construcción de una planta procesadora de cerveza de la empresa Constellation Brands, en Mexicali, Baja California, basado en una consulta ciudadana patito.
Te puede interesar | MORENA: EMPIEZA LA GUERRA CIVIL
La cancelación del proyecto, en el cual la empresa ya había gastado casi mil millones de pesos, provocó la pérdida de aproximadamente tres mil 500 empleos.
El 29 de marzo, López Obrador abrazó a la mamá de Joaquín “El Chapo” Guzmán durante una gira por Sinaloa, en un encuentro que nada tuvo de fortuito y que fue mal visto por un importante sector de la sociedad.
A estas acciones hay que agregar una serie de decisiones tomadas con anterioridad en materia económica que han redundado en la parte que más le pega a la ciudadanía, que es la pérdida de fuentes de empleo.
Quizá el presidente piense que todo lo que hace está bien hecho y que la fuerte dosis de demagogia y frivolidad que le receta a la sociedad cotidianamente durante las mañaneras fortalecerá su imagen, cuando está ocurriendo lo contrario.
Un dato importante del concentrado de encuestas es que de marzo a la fecha el nivel de aprobación y desaprobación de López Obrador se mantiene estable, lo que probablemente se deba a que las encuestas aún no han alcanzado a medir de manera adecuada la afectación de la imagen del presidente por la pésima forma de enfrentar la pandemia del COVID-19.
Habrá que estar muy pendientes de las encuestas que se realicen en los próximos meses, en las cuales ya se podría empezar a reflejar el malestar ciudadano derivado de las consecuencias –decenas de miles de muertos y pérdida de empleos— de un mal manejo de la pandemia.
**PT, A TRAGAR SAPOS
Finalmente se impuso la sensatez. Como estaba previsto, la priista Dulce María Sauri Riancho fue electa ayer presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados.
Ayer lo dijimos: la abstención, el pasado domingo, del coordinador de Morena en San Lázaro, Mario Delgado, fue solo un movimiento táctico para frenar el fuego amigo.
El PT y los Noroñas tendrán que tragar sapos, porque…ni modo que se salgan de la Cuatroté.
**FRENO AL DESAFUERO
La Cámara de Diputados aprobó ayer la iniciativa de López Obrador para eliminar el fuero del que goza el presidente de la República.
Sin embargo, poco les durará el gusto a los diputados, pues ayer mismo, el líder del Senado, Ricardo Monreal, aclaró que esa reforma constitucional no tendrá el respaldo de la Cámara Alta.
Correo: [email protected]
Twitter:@pepecontreras_m
