Alejandro Encinas no quiere chambear de “mil usos”

Dice una canción popular que “el que sirve a dos amores, con alguno queda mal”.

Quizá es por ello que Alejandro Encinas solicitó al Senado de la República licencia para dedicar todo su “tiempo y esfuerzo” a la “tarea histórica” que le encomendó el Jefe de Gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera: participar en la Asamblea Constituyente que elaborará la nueva Constitución de la Ciudad de México.

Pero, ¿En realidad es necesario que Encinas deje temporalmente su curul?

Y es que a los senadores que participan en la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México no se les pide que sean omnipresentes ni que hagan la chamba del “mil usos”.

De hecho, esta misma semana, el pleno del Senado aprobó un acuerdo en el que se autoriza a los 14 senadores que fueron designados para participar en la Asamblea Constituyente —entre los que destacan el priista Raúl Cervantes Andrade, los panistas Roberto Gil Zuarth, Mariana Gómez del Campo y Ernesto Cordero, así como los perredistas Armando Ríos Píter y Dolores Padierna— ausentarse de sus responsabilidades en la cámara cuando las sesiones en ambos órganos se empalmen en fecha y horario.

Lo anterior significa que estos 14 legisladores podrán ser excusados en el Senado cuando su compromiso con la Asamblea Constituyente les impida asistir, pero el resto del tiempo deberán atender sus responsabilidades en la cámara alta. Por ello, ni Cervantes Andrade, Gil Zuarth, Gómez del Campo, Cordero, Ríos Piter, Padierna ni ninguno de los otros senadores pidieron licencia.

Entonces, ¿Por qué Encinas no puede someterse al mismo régimen que los demás senadores? ¿Será que haber sido nombrado por Mancera le da un estatus diferente al de los designados por la cámara alta? ¿Acaso no puede con el encargo?

Cabe recordar que durante los meses previos a la presentación del proyecto de Constitución para la capital, Encinas participó en el grupo de redacción encabezado por Miguel Ángel Mancera. En dicha oportunidad, Encinas no solicitó licencia al Senado, ¿Por qué ahora sí?

Por lo pronto, la solicitud de licencia deberá ser sometida a la votación del pleno del Senado.

Pero si se la otorgan, no vaya a ser que después pregunte —como dice la canción— “¿Qué me vas a dar si vuelvo que merezca el sacrificio?”