Un común denominador desde que comenzó la “Cuarta Transformación” son la agresiones contra periodistas, las cuales, algunas veces, son motivadas por el presidente, Andrés Manuel López Obrador, cuando descalifica a la prensa que critica su administración.
El caso más reciente se suscitó el pasado de 1 de diciembre, cuando el comunicador de Azteca Noticias, Irving Pineda, cubrió el mitin de López Obrador en el Zócalo de la Ciudad de México, ahí simpatizantes del tabasqueño lo empujaron y gritaron “chayotero”.
Esta situación preocupa más allá de las banderas políticas. https://t.co/W77mNEOUll
— Irving (@IrvingPineda) 2 de diciembre de 2019
Este comportamiento de la ciudadanía, de una u otra manera, lo cosechó AMLO, ya que en diversas ocasiones ha cargado contra los medios que exponen sus falencias como gobernante, calificándolos de fifís, conservadores, chayoteros, maiceados, hampa del periodismo y señalarlos en tono sarcástico como “paladines de la transparencia y la honestidad”.
Tales expresiones peyorativas han afectado a los periodistas, sobre todo en redes sociales, donde granjas de bots arremeten contra su persona, incluso, los amenazan de muerte.
Tal y como sucedió con Jorge Ramos, el pasado 12 de abril; otro caso fue el de Jesús Cardona, cuando el 1 de noviembre, cuestionó a López Obrador por las agresiones contra el gremio, situación que, según él, puso en riesgo su vida.
17 periodistas han sido asesinados desde el comienzo de este sexenio –no todos se le pueden achacar al mandatario– pero que no cuide la formas y denosté la labor periodística da pie a que la gente se sienta con el derecho de agredir a reporteras y reporteros.
Panorama complicado vive el periodismo en México, los ataques y asesinatos no cesan, pero si el presidente, con sus expresiones, alienta el desacredito y el odio, la situación no va a cambiar, todo lo contrario, cabe la posibilidad de que empeore.
Con información de El Universal y Contrapeso Ciudadano