Emboscada a policías en Guerrero: ¿la cara opuesta de Tanhuato?

Luego de que el pasado jueves la CNDH calificó como excesivo el uso de la fuerza durante el enfrentamiento entre la Policía Federal y presuntos integrantes del Cártel de Jalisco Nueva Generación —el 22 de mayo de 2015 en Tanhuato, Michoacán— esta semana semana se registró un hecho que parece ser la otra cara de la moneda. Resulta que 15 miembros de la Policía Estatal de Guerrero fueron emboscados por “civiles armados” mientras realizaban un patrullaje en la Sierra del municipio General Heliodoro Castillo.

Y es que para algunos, este acontecimiento pone—otra vez— al descubierto la indefensión que pueden llegar sufrir los elementos policiacos frente a miembros del crimen organizado.

De acuerdo con información proporcionada por el titular de la Secretaría de Seguridad Pública estatal, Pedro Almazán Cervantes, así como por el vocero de la dependencia, Roberto Álvarez Heredia, mientras los policías patrullaban la zona fueron agredidos por civiles armados. Luego de que los uniformados repelieron el ataque, arribaron al lugar más presuntos miembros del crimen organizado, llegando a haber una proporción de 10 a uno a favor de los delincuentes.

Durante aproximadamente cuatro horas, los policías estatales enfrentaron a sus agresores con municiones insuficientes, equipo deficiente, y sin poder disponer de sus vehículos, pues quedaron inutilizados a causa del fuego enemigo. Debido a las condiciones climáticas, las Fuerzas Armadas no pudieron acudir de forma inmediata en auxilio de los policías, por lo que el saldo fue de tres uniformados muertos y otros dos heridos.

Al igual que en Tanhuato, los criminales contaban con un poderoso armamento. El helicóptero de las fuerzas armadas que acudió en auxilio de los policías estatales presentaba impactos de armas de alto calibre, lo cual pone en evidencia el poderío de los agresores.

Sin embargo, la gran diferencia entre Tanhuato y Guerrero es que en el segundo caso la Policía Estatal se encontró con un gran número de presuntos sicarios y no contó con el equipo adecuado.

Para algunos, la emboscada en Guerrero y sus tres víctimas mortales son una muestra de que en este tipo de enfrentamientos las corporaciones policiales se juegan la vida.

En este ataque a las autoridades guerrerense, ¿Qué dirá la CNDH? ¿Denunciará un uso excesivo de la fuerza por parte de los civiles armados? ¿Atraerán el caso?