No basta la detención de Rubén Núñez

Para nadie es sorpresa que durante años, el magisterio ha gozado de todo tipo de privilegios y de impunidad. Sin embargo, también es cierto que algunos maestros –de los “buenos” y de los “malos”–, han sido perseguidos por la autoridad. De hecho, en ocasión han caído peces muy gordos.

El caso más escandaloso es el de la exdirigente del SNTE, Elba Esther Gordillo, quien de ser una mujer con todo el poder y todo el control, hoy vive tras las rejas.

Pero no es el único caso. Recientemente también cobraron relevancia las detenciones de Rubén Núñez –líder de la CNTE–, y de Francisco Villalobos –secretario de Organización de la Sección 22–; ellos como Gordillo fueron acusados del lavado de dinero. Ambos arrestos ocurrieron durante el mandato del presidente Enrique Peña Nieto.

Si bien estos golpes en contra del magisterio se dan a la par de la Reforma Educativa, y en medio de una caída en la legitimidad y popularidad del Gobierno federal, también es cierto que podrían parecer insuficientes. ¿Por qué?

Porque así como Gordillo y Núñez están en prisión por lavado de dinero, el gobierno podría actuar de la misma forma en contra de otros. Los nombres los conocen todos: Martín Esparza, líder del SME; Napoleón Gómez Urrutia, líder de los mineros; Carlos Romero Deschamps, líder de los petroleros; Víctor Flores Morales, líder de los ferrocarrileros, y un largo etcétera.

Por eso, porque los casos de líderes sindicales corruptos son muchos y la demanda de justicia es incluso mayor; dicen los enterados que si el gobierno federal espera que la opinión pública vea con buenos ojos estas detenciones, será necesario que la medida no se quede en un par de arrestos sino que sea una acción coordinada, en todos los nichos de poder y de corrupción.

Por eso preguntamos, ¿será que realmente existe la disposición de enviar a prisión a los servidores públicos corruptos? ¿o será que se trata de venganzas políticas? ¿qué viene después de la detención de Gordillo y de Núñez? ¿caerán otros líderes mafiosos?¿se limpiarán los sindicatos?

Los líderes sindicales representan la corrupción en el país. Sin embargo, también representan votos, ¿qué pesará más?