AMLO también es parte de la simulación

La imagen de hoy ha sido la misma durante más de una década: el señor Andrés Manuel López Obrador aparece en medios –con la distintiva camisa blanca que empata con el color de su cabello–, y argumenta que todo lo que se hace en las instituciones es una simulación, es una tomada de pelo y es una trampa.

En esta ocasión, el señor López se fue contra la iniciativa 3 de 3.

De acuerdo con el tabasqueño, la ley general de responsabilidades administrativas no va en serio y no combatirá la corrupción.

Dice el de Macuspana que mientras el PRI siga en el poder, de nada servirán las leyes aprobadas en el Congreso.

Aun así, sentenció el eterno candidato presidencial, sus alfiles en el congreso deberán votar en favor de todo lo que se haga para combatir la corrupción… y es que no quiere que parezca que ellos solapan a la mafia del poder.

¡Qué curioso..!

Obrador “tira línea” después de la votación.

¡Qué sorpresa..!

Obrador vuelve a “salirse por la tangente” diciendo que todo se reduce a una simulación.

¡Qué novedad..!

Obrador vuelve a utilizar la demagogia para evitar la transparencia y la rendición de cuenta.

¿Si Andrés Manuel López Obrador estuviera tan comprometido con la renovación del país, no cree que habríamos visto a sus legisladores en la primera línea de guerra, promoviendo el voto en favor de la Ley 3 de 3?

¿Si López Obrador estuviera tan interesado en la rendición de cuentas, no cree que habría dado instrucciones a sus senadores afines antes de la votación; cuando todavía servía de algo?

¿Si Obrador fuera un verdadero prócer de la democracia, no cree que ya sabríamos cuánto gastó y de dónde salió el dinero de los segundos pisos en la Ciudad de México?

Lo cierto es, sin embargo, que Andrés Manuel López Obrador hará hasta lo imposible por frenar cualquier intento por regular la transparencia y la rendición de cuentas; ¿sabe por qué?

Porque si las declaraciones patrimoniales y fiscales fueran obligatorias, tendría que explicar de qué ha vivido los últimos 10 años, cuando renunció –formalmente– a la jefatura de gobierno de la capital; su último empleo conocido.

Por eso, una vez más, Andrés Manuel engaña con la verdad. Nuevamente, el tabasqueño insiste en que todo es una simulación… pero olvida decirnos que él mismo es parte de esa tomada de pelo.

Por cierto, ¿usted se imagina cómo sería la declaración 3 de 3 de López Obrador?

Para empezar, tendría que explicar cuánto ha pagado de impuestos en 10 años. También tendría que decirnos cuánto ha ganado y quién le ha pagado. Y para rematar, tendría que explicar si existe un conflicto de interés entre todo el dinero que ha recibido y su ambición presidencial.