“¿VIEJOCRACIA?”

Especial

“Cómo te ves me vi, como me ves te verás…” – Refrán mexicano

En varias ocasiones he tratado el tema de la edad en este espacio. ¿Qué es ser viejo? ¿Qué es ser joven? ¿Cuáles son las virtudes de la juventud o de la vejez? El ser viejo, de acuerdo con el diccionario, es tener edad avanzada. Nada más. Una condición, como muchas otras.

Es curioso que en vez de aceptar que la vejez es una etapa de la existencia de todo ser (si tenemos suerte), en esta sociedad efebólatra y que valora las apariencias en la que vivimos, hemos condicionado la belleza a la juventud y junto con la belleza, muchos otros atributos.

Es necesario “verse bien” a toda costa y verse bien implica verse joven, al grado que cuando una mujer mayor de 35 años se ve muy bien, después del “guapaagregamos el “para su edad”.

 Al etiquetar a la persona por su edad la limitamos. Decretamos que no puede escuchar la misma música un “treintañero” que un “sesentón”. Tampoco disfrutar de las mismas cosas. Uno será tachado de anticuado y el otro de ridículo.

El definir las actividades por edad es también una carga pesada:  El “No estás en edad de…” y peor aún el “ya no estás en edad de…” son etiquetas que debemos sacudirnos si queremos ser felices.

No debería ser así, ya que salvo por unas cuantas cuestiones legales, médicas o deportivas, una vez que eres mayor de edad, el numero de años de una persona, debería ser francamente irrelevante. 

 En vez de que unas canas o una arruga sean tan sólo una señal del paso del tiempo, se han convertido en un crimen infamante, algo que hay que esconder. Las canas ya no son señal de respeto, sino de ineptitud.

Esta creencia absurda, ha hecho que cada año que pasa sea más difícil conseguir un empleo. Supe, hace tiempo, de un policía que invertía parte de sueldo en un tinte bien negro para su cabello, a fin de que nadie pensara al ver sus canas, que ya no era apto para desempeñar su trabajo. No era un tema de vanidad, sino de supervivencia.

 Tristemente, al asociar la palabra “vejez” con adjetivos negativos inservible, inestable, con poca inteligencia, sin ideas de vanguardia, el que te digan: “ruco”, “viejo” o parte de la “viejocracia”, es una descalificación o un insulto. Se representa a la justicia con una venda en los ojos, ya que debe juzgar el hecho, no a la persona. Una idea, una frase o una obra de arte deben valorarse por su contenido, no por la edad de la persona que las generó.

Descalificar a las personas por su edad, es exactamente igual de cruel que hacerlo por cualquier otra razón, como el color de la piel, sexo u orientación sexual.  No hay nada que hacer para cambiarla.

Definitivamente la edad nos vuelve más frágiles, es innegable, pero esa fragilidad no implica que no se pueda aportar mucho conocimiento.

Antiguamente, se recurría a los de mayor edad para buscar su guía y consejo. El consejo de ancianos o de sabios era visto con respeto y sus decisiones y aportaciones eran valoradas. Se entendía que (si bien no en todos los casos) la edad viene aparejada de conocimiento y sabiduría. 

Entiendo que suena a lugar común, y aunque no me salva del yugo de la efebolatría, soy de las que creen que la juventud tiene más que ver con la flexibilidad al cambio y la capacidad de aceptar nuevas ideas, que con el número de años que hemos pasado en el planeta desde el día que nacimos.

 Buen domingo a todos.

Espero tu opinión dejando un comentario en el blog, en mi cuenta de Twitter @FernandaT o en mi correo: [email protected]