El coronavirus continúa golpeando con fuerza a la sociedad mexicana, pero cuando estos pacientes arriban a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), literalmente, están entre la vida y la muerte. No obstante, el 81 por ciento de los decesos registrados en las clínicas del país sucedió en el área de hospitalización general.
Con base en cifras de la Secretaría de Salud (SSa), desde el comienzo del brote en México —el 28 de febrero pasado— han fallecido seis mil 421 personas por COVID-19 al interior de un centro de salud, pero de éstas únicamente mil 215 ingresaron a una sala de terapia intensiva.
Cabe señalar que la Ciudad de México es el lugar más afectado, pues contabiliza mil 683 decesos de individuos contagiados e internados en una clínica u hospital, de ese universo 376 —que equivalen al 22.3 por ciento— necesitaron un ventilador artificial para respirar.
En estos momentos, en los que la pandemia se mantiene en su punto más álgido, a nivel nacional hay un 76 por ciento de ocupación para camas generales y un 65 por ciento para atender a pacientes intubados.
Más allá de que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador sigue sin dar certeza en las cifras generales de casos y decesos de coronavirus en el país, lo que va exhibiendo la incompetencia de las autoridades de salud para tratar de contener el brote, es la ocupación hospitalaria, si ésta colapsa, quedará claro que las acciones y el discurso siempre fue erróneo.
Con información de Milenio
